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Ni el beneficio de la duda merecen

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Beneficio de la duda

Para regresar al poder, Daniel Ortega pidió el beneficio de la duda. Dejó atrás el uniforme militar, los trajes “achayanados” y se vistió de blanco. Pidió públicamente perdón a la Iglesia católica por todas las groserías que le hizo en los años 80. Comenzó a asistir a misa y hasta se casó por la Iglesia para que vieran cuánto había cambiado. “Lo que queremos es trabajo y paz”, decían sus canciones de campaña y “Amor, paz y trabajo” era su slogan político. El dinosaurio de la guerra fría parecía casi un sacerdote dispuesto a demostrar que ya no era el mismo, si se le daba la oportunidad.

Lobo disfrazado

Muchos otros no le creyeron. Veían en ese Daniel Ortega un lobo que, a pesar de estar vestido con piel de oveja, dejaba ver su negra cola debajo del traje. Al tiempo que contrito comulgaba, Ortega hacia un pacto mafioso con Arnoldo Alemán, organizaba una red de saboteadores electorales con Lenín Cerna e infiltraba a antiguos agentes de la Seguridad del Estado en el sistema judicial con miras a controlarlo por completo en el corto plazo. Las señales estaban, pero muchos no quisieron verlas. Le creyeron. Vieron a un hombre que merecía una segunda oportunidad, alguien que ya había aprendido de sus errores y estaba dispuesto a enmendarlos.

La víbora

Uno de quienes no le creyeron nunca fue el cardenal Miguel Obando y Bravo. Si después se alió con él es a sabiendas de quién era. Daniel Ortega, según las encuestas, pudo haber regresado al poder desde 1996. En octubre de 1996, en víspera de las elecciones, el cardenal Obando relató la famosa parábola de la víbora, en una homilía a la que asistían los candidatos Arnoldo Alemán, de traje y corbata, y Daniel Ortega, vestido de blanco. Dijo Obando en esa ocasión que dos hombres encontraron en el camino a una víbora muriendo de frío. Uno de ellos se apiadó del animal moribundo y decidió socorrerlo. “Ten cuidado, que esa víbora ya mató a alguien”, advirtió el otro, según el relato. “Las circunstancias han cambiado, esta víbora no me hará nada”. El calor del hombre piadoso, dijo Obando, revivió a la víbora que, una vez con energía, despertó su naturaleza salvaje, atacó y mató al hombre que le dio abrigo en su pecho. Arnoldo Alemán ganó esas elecciones con el 51.03 por ciento de los votos, según los análisis de la época, por la estampida que dio el voto que hasta esa parábola le daba el beneficio de la duda a Ortega.

La palabra

Yo vengo de un pueblo donde la palabra dada y un apretón de mano valían más que contrato firmado ante notario público. Soy de quienes siempre han creído en darle un voto de confianza a la gente. ¿Qué sería del mundo si todos empezamos a desconfiar de todos? Pero ¡diablos! por dar ese beneficio de la duda es, en buena parte, que estamos como estamos. Somos una sociedad que se ha quemado con leche y estamos viviendo en un mundo que se quema y no aprende la lección. ¡Hay que soplar hasta las cuajadas para no quemarse! Y es triste reconocer que aquellos que nos han quitado nuestro país, la libertad, a otros la vida, también nos hayan quitado la confianza en la palabra dada.

Jueces

¿Se acuerdan, por ejemplo, cuando poco después del triunfo de doña Violeta en 1990, tantos exmiembros de la Seguridad del Estado comenzaron a estudiar Derecho, en cursos exprés, a veces en universidades de zaguán? ¿Cómo la sociedad les iba a negar el derecho a reintegrarse a la vida civil y pacífica? ¿Por qué ver con malos ojos el esfuerzo de alguien por superarse académicamente y dejar las armas y la violencia que durante tantos años fueron su forma de vida? Resulta que, salvo algunas excepciones, aquellos alumnos tan pronto tuvieron título en sus manos fueron colocados como jueces, y luego, rápidamente, se convirtieron en magistrados como parte de un plan preconcebido para instalar otra dictadura en Nicaragua. Muchos de ellos son los jueces y magistrados que, contra toda ley, ahora condenan a opositores por razones políticas. Una vergüenza nacional.

Desconfianzas

Perdónenme, entonces, si no creo en los Boric, los Petro o los Bukele porque pertenezco a un pueblo que ya tiene muy lastimada esa parte donde se aloja la confianza. Nos han mentido demasiado. Vamos de frustración en frustración. Nos han dicho que cambiaron, que ya no son los mismos y, tan pronto pueden se revelan peores. En el 2000 estuve en Venezuela y vi la esperanza de tanta gente humilde puesta en Hugo Chávez. Pensaba que haría de su país un paraíso en la tierra por todo el cuento que metía. En 2018 vi a muchos de los que hoy felicitan y confían en Boric y Petro, felicitando a López Obrador, y miren lo que resultó. No me saquen citas de campaña para convencerme de que alguien es distinto porque por cada una que me muestren yo puedo presentar diez de Daniel Ortega que desdicen lo que es. Por creerlo cambiado, Ortega llegó hasta donde está. Prefiero, por tanto, desconfiar y reconocer después que estaba equivocado, que confiar y darme de narices otra vez.

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COMENTARIOS

  1. Hace 2 años

    Segoviano. Dentro esta nueva gama de leguleyos, tenemos que tirar un vistazo retrospectivo a los móviles que notábamos en nuestra sociedad desde la épocas de la colonia, en donde ser abogado era un sinónimo de estar en el poder y tener un Don de educación cimera, a estos corresponde una porción porcentual mínima de esa continuidad histórica. Siempre en esa secuencia de educados, posterior a los 80 se vio al campo de la producción de abogados en las universidades como un gasto social innecesario para el devenir tecnológico futurista, y junto al las Carreras Administrativas como una visión errónea a modernizar el estado moderno. No solamente nuestro Energúmeno Dictatorial se aprovechó de ese terron que le esta garantizando su estadía temporaria en el poder, sino también que mucho de nuestros graduados en esa materia de la jurisprudencia se creen haber alcanzado el Olimpo y Cumbre del saber y que el haber obtenido a un título de educación superior los hace sentir victoriosos de una meta. Fabian, a como esta el mundo de avanzado en el campo Competitivo , la Cibernética, Los Campos Digitales y Producción Masiva de Bienes Materiales, para ello es urgente la promoción de materias como: La Bioquimica , La de las Carreteras Electrónicas, La Electrodinámica y Saltos de Calidad en nuestro Campo Agropecuarios y otros. Aliento Segoviano que de todo eso tenemos en abundancia en esta nuestra nueva con una Pleyade de nuestros hijos poseedores de eso Dotes.

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