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Ojalá esta pausa nos devuelva al verdadero Jonathan Loáisiga

Loáisiga fue un relevista confiable en 2021 y jugó un papel clave en el bullpen de los Yanquis. El de ahora ha batallado para estabilizarse

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Cuando algo no sale bien, por lo general se piensa en la salud, la mecánica o la mente. Esos tres elementos deben estar alineados para el éxito. En Jonathan Loáisiga era claro que algo no encajaba bien y por eso lo vimos batallar intentando alcanzar los niveles de dominio que consiguió el año pasado, cuando jugó un papel de mucho protagonismo en los Yanquis.

Loáisiga se convirtió en uno de los relevistas más confiables no solo de su equipo, sino del beisbol. Armado de una poderosa bola rápida que coqueteaba con las 100 millas y con sus movimientos precisos, además de una curva devastadora y un cambio en progreso, el nica mostró también mucho control, serenidad y valentía y pronto se volvió muy importante.

Tanto así que terminó con marca de 9-4 y 2.17 a lo largo de 70.2 innings, con 69 ponches y 16 bases. Tuvo un whip de 1.01 y los contrarios le batearon .215. Salvó cinco partidos y se adjudicó 18 holds (mantuvo la ventaja) en 57 actuaciones. Así que las expectativas para el 2022 eran enormes. Incluso, a menudo se le mencionó como un candidato a ser cerrador.

En lugar de eso, Jonathan ha batallado para estabilizarse y más todavía para imponerse. A este momento, tiene 1-2 y 7.02 en 16.2 innings con 18 ponches y diez bases. Ninguna de esas cifras va en correspondencia al talento del pinolero. Y lo primero que se apreció así desde fuera, fueron sus dificultades para comandar sus disparos. Eso lo volvió vulnerable.

Y una de las primeras conclusiones populares fue que los disparos no se le movían como el año pasado. Los datos indican que no hay una diferencia significativa. En 2021, su sinker tuvo 16.6 pulgadas de movimiento vertical (caída) por 16.3 ahora. Y de manera horizontal en 2021 tuvo 15.6 pulgadas de movimiento por 15.3 ahora. Así que quizá no sea por ahí.

Sus registros en velocidad, de acuerdo a Statcast, tampoco muestran mayor diferencia. El sinker alcanzó un average de 98.3 millas en 2021, por 97.6, que es redondeado a 98 ahora. Lo que sí ha llamado la atención, es la dificultad para comandar sus disparos: diez bases en 16.2 innings. El año pasado regaló 16 boletos en 70.2 episodios. Así que ahí hay una diferencia muy clara.

Jonathan no ha mostrado la fineza que exhibió a menudo en 2021 colocando sus envíos. A lo mejor, esto tenga que ver con un detalle en su mecánica y a veces eso se traslada a la mente y hace mucho daño. El fallar a menudo intentando recuperar la versión que mostró el año pasado, puede fracturar la confianza y hasta puede haber un sobreesfuerzo y eso lleva a las lesiones.

Ahora se ha presentado la dificultad con su salud: hay una inflamación en el hombro y de acuerdo a lo expuesto por el mánager Aaron Boone, no se trata de un problema severo o que haya daños estructurales. Así que va a descansar y una vez que esté sin la molestia, va a poder iniciar su rehabilitación para volver al equipo y jugar el papel valioso que realiza.

De paso, esta pausa puede servirle para replantearse algunas cosas y hacer los ajustes desde todo punto de vista en su entorno. No olvidemos que estos atletas de alto nivel se mueven sobre una finísima línea que divide la excelencia de la decepción y para poder florecer en ese ambiente tan exigente, se necesita además de salud, un elevado nivel de concentración.

Esperemos que esta pausa, nos devuelva al Loáisiga del 2021.

Edgard Rodríguez está en Twitter: @EdgardR

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