En la siega de organizaciones de la sociedad civil que sigue ejecutando el régimen ha caído también el Festival Internacional de Poesía de Granada.
En este caso, como en todos los demás, el pretexto o justificación para cancelar la personería jurídica del Festival es que sus representantes no estaban al día en sus obligaciones legales. Pero, la verdad es que las autoridades se negaron a recibir los documentos correspondientes.
En general es lamentable la liquidación de cualquier organismo de la sociedad civil, que son insustituibles intermediarios de la gente común con el poder del Estado para la promoción y defensa de sus derechos socioeconómicos y culturales.
Pero es particularmente dolorosa la liquidación de organismos sociales que, actuando en el marco de la ley, han realizado actividades de gran beneficio social, humanitario, en la defensa de los derechos humanos, el empoderamiento de la mujer, la protección de la niñez y grupos humanos más desfavorecidos. Así como también, una encomiable labor de formación cívica y democrática, promoción de la cultura y fortalecimiento de la identidad de los nicaragüenses.
Tal es el caso del Festival Internacional de Poesía de Granada, que con muchos esfuerzos y sacrificios de sus promotores se comenzó a realizar en el año 2005, con la participación de numerosos poetas de Nicaragua y diversos países del mundo.
El Festival se celebró 13 años consecutivos hasta que la crisis sociopolítica de abril de 2018 impidió que se continuara realizando. Sin embargo, la organización del Festival, y sus líderes, los renombrados poetas nacionales Francisco de Asís Fernández y su esposa Gloria Gabuardi, han estado allí, listos para volver a convocar y recibir a los poetas del mundo y hacer de nuevo en la hermosa Granada de Nicaragua, la gran fiesta de la poesía, el arte y la cultura nacional y universal.
En realidad, con la liquidación del Festival Internacional de Poesía de Granada le han dado una puñalada a la identidad cultural nacional de los nicaragüenses. El eximio poeta y gran investigador de las raíces y expresiones culturales de Nicaragua, Pablo Antonio Cuadra Cardenal (PAC, 4 de noviembre de 1912 – 2 de enero de 2002), señaló que la identidad nacional del nicaragüense tiene dos dimensiones fundamentales. Una es la militar, de los héroes guerreros como José Dolores Estrada, Benjamín Zeledón y Augusto C. Sandino; y la otra es la literaria y ante todo poética, fundada y extendida por Rubén Darío, el poeta nacional y universal de Nicaragua.
Como se sabe, la poesía es por definición el género literario que representa “la más depurada manifestación por medio de la palabra, de los sentimientos, emociones y reflexiones que puede expresar el ser humano”. De ese género literario superior, el más grande exponente nicaragüense ha sido Rubén Darío, quien según escribió PAC en su obra más emblemática, El Nicaragüense, fue “el primero que puso una gota de orgullo en el sentimiento de ser mestizo y de ser nicaragüense. Su obra y su genio —que trasladó y ocupó el trono de la poesía en lengua española a América— alimentó nuestra fe y confianza en nosotros mismos, en ese ‘nosotros’ escindido, disminuido, invadido, humillado…”
“Posiblemente —advirtió también PAC— sea la cultura la que venza a las ideologías y sea el arte el que rescate de las garras del Poder partidario el verdadero sentido de la nacionalidad”.
Nosotros creemos que así será, aunque por ahora el “poder partidario” haya apuñalado al sublime y supremo arte poético de Nicaragua y el mundo, pues eso significa la cancelación del Festival Internacional de Poesía de Granada