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Todos estamos en el mismo barco

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Naufragio

Hay una caricatura que, a mi criterio, retrata la situación que vivimos. Se trata de cuatro personas sobre una lancha que naufraga. Mientras dos de ellos se afanan por sacar el agua en la parte trasera, adelante, los otros observan tranquilamente acomodados en lo seco. “Menos mal que el agujero no está de nuestro lado”, le dice uno al otro, ignorando que la suerte de uno será ineludiblemente la suerte de todos.

América

América es ese barco que naufraga. Muchos países ven desde su esquina seca que la lancha hace aguas en Nicaragua, Cuba, Venezuela, El Salvador y otros, y piensan ilusamente que el agua no llegará donde ellos. Así como lo que le pasa a los opositores y críticos nicaragüenses no solo es un problema de ellos en el país, lo que pasa en Nicaragua no solo es un problema de los nicaragüenses, sino de todo el continente.

Nicaragua

A ver si me explico. Nicaragua es un barco que se hunde como consecuencia de la peor dictadura que ha sufrido en su historia. Nadie, nadie, fuera de la argolla de la familia Ortega Murillo puede decir que está mejor bajo este régimen, como está ahora, que como estaba antes de que la lancha comenzara a hacer agua. Y se pondrá peor por mucho que algunos se hagan al rincón. La suerte de un nicaragüense será la suerte de todos, aun cuando tengan diferencias ideológicas, incluso cuando sean enemigos. Miren nomás al Chino Enoc. Hace unos años andaba de paramilitar con una escopeta en las manos disparando contra opositores y hoy está preso en El Chipote a la par de otros que considera sus “enemigos”.

Mal ejemplo

Pero, a la vez, Nicaragua también es un hoyo en ese barco más grande que se llama América, y el agua que está entrando acá alcanza a otros países, ya sea como migración, como narcotráfico, y, sobre todo, como mal ejemplo. Muchas de las prácticas aberrantes que Daniel Ortega ha experimentado en Nicaragua comienzan a replicarse en otros países, cubiertos por el precedente de que ya se hizo en Nicaragua y, miren, no pasó nada. Los abusadores de derechos humanos están haciendo equipo, independientemente de la etiqueta ideológica que se pongan.

El Salvador

En esto de buscarle la cuadratura al círculo, salen con unas justificaciones que dan pena ajena. El Salvador, por ejemplo, se abstuvo de condenar la toma militar de la sede de la OEA en Nicaragua porque, aunque ellos dicen estar en contra de cualquier violación de las sedes diplomáticas –principio elemental y antiguo de las relaciones entre países– no la condenan porque en otras ocasiones la OEA se ha hecho de la vista gorda en situaciones similares. Si esa justificación tuviese algún sentido significaría que El Salvador nunca más condenará las tomas de sedes diplomáticas, supongo incluidas las propias, porque siempre habrá “ocasiones en que la OEA se ha hecho de la vista gorda en situaciones similares”.

México

En México, lo de Manuel López Obrador es un eterno “tirar la piedra y esconder la mano” o navegar con bandera de tonto. El principio de “no injerencia” es un comodín que le sirve como escudo para no criticar o condenar los evidentes malos comportamientos de sus compinches, porque, al contrario, cuando se trata de hacer equipo con ellos para caerle a otro país o pueblo, se guarda el comodín y le tira con todo. Cuando habla del principio de “autodeterminación de los pueblos” ¿de qué pueblo hablan? Ni Ortega es el pueblo de Nicaragua, ni Maduro el de Venezuela ni Diaz Canel el de Cuba. Ni siquiera los representan. Bastaría que se permitieran elecciones libres para demostrar este punto.

Derechos humanos

El problema de Nicaragua, el problema de América Latina, no es de ideologías, no es derechas e izquierdas, sino un grave problemas de derechos humanos. Basta definir si se está a favor o en contra de los derechos humanos y, en consecuencia, defenderlos, independientemente de quién los viole, para que la perspectiva del problema cambie. El debate de izquierda y derecha ha sido una trampa usada por los extremos para negar a los otros pasajeros del barco o para justificar a aquellos que hacen agujeros para que se hunda.

Barco

Todos estamos en el mismo barco. Cuando ese barco naufraga, de nada sirve colocarse en la parte que por algún tiempo estará seca, creyendo que solo es un problema de unos, porque el agua llegará de cualquier manera. En ese momento, no sirve reclamarse culpas el uno al otro y en nombre de ellas negar las ayudas, porque la suerte de uno será la de todos. Probablemente habrá quienes quepan en los botes salvavidas, pero de cualquier manera habrán perdido el barco. Lo que toca es ver entre todos, a pesar de las diferencias, a pesar de que el agua no me ha llegado todavía, cómo se saca el agua y se tapa el agujero para evitar el naufragio. Eso vale para los nicaragüenses y vale para los países.

COMENTARIOS

  1. Hace 2 años

    López Obrador nunca ha ocultado su perfil comunista, Él viendo siendo colaborador de los movimientos insurgentes terroristas en el pasado: Sandinista, Farabundo Marti e incluso Con el de Fidel Castro y hoy prosigue como el Avestrus haciéndose el mage.

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