14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

La pareja Ochoa García ahora tienen siete hijas por las cuales velar. Así viven en Wabule, San Ramón, Matagalpa.

Las tres Marías, las trillizas que nacieron hace un mes en el seno de una familia pobre de Matagalpa

Esta historia se cuenta desde Wabule, San Ramón, Matagalpa. Sus padres ya tenían cuatro hijas, una de ellas de un año de nacida, cuando recibieron la sorpresa del triple embarazo. El trío de recién nacidas consumen un tarro de leche cada tres días

Contenido Exclusivo CONTENIDO EXCLUSIVO.

Una cama pequeña, construida con varas y tablas, es lo que hace de cuna para las trillizas que nacieron el pasado 5 de abril de 2022 en Matagalpa. Un mosquitero rosado que cae desde el techo intenta protegerlas.

La primera que nació, a las 8:12 de la mañana de ese 5 de abril, fue Yenifer María y pesó 1,800 gramos (3.96 libras). La segunda, Yenis María, nació a las 8:14 de la mañana, la más pesada, con 1,850 gramos (4.07 libras). La tercera, Jessica María, llegó al mundo a las 8:16 de la mañana y fue la más liviana con 1,750 gramos (3.85 libras).

El trío de recién nacidas vive con sus padres y sus cuatro hermanas mayores, una de ellas de 1 año de edad, apenas 11 meses mayor que las trillizas, en una casa de madera y piso de tierra de unos siete metros cuadrados, en la comunidad Wabule, a más de una hora de camino pedregoso en vehículo desde San Ramón, Matagalpa.

El papá, Alexis José Ochoa Dávila, de 32 años de edad, ha trabajado como ordeñador, cortador de café, ayudante de albañilería, con el machete, pero tiene más de dos meses de no trabajar porque se ha dedicado a cuidar a la madre de sus ahora siete hijas, María Elsa García Dávila, de 35 años.

La familia completa: Ana Ruth, de 8 años; María Elsa García carga a una de las trillizas; Darling Jamileth, de 14, carga a su hermanita Claritza María, de un año; Alexis Ochoa carga a otra de las trillizas y Cristian de Fátima, la mayor de las hermanas, de 15 años de edad, carga a la tercera de las trillizas. LA PRENSA/ JADER FLORES

María Elsa también trabajaba, aún estando embarazada de las niñas, como cortadora de café. Pero hace cinco meses, cuando los médicos se dieron cuenta que ella esperaba a tres niñas, la hospitalizaron en el Centro de Salud de San Ramón para tenerla bajo cuido y vigilancia por ser embarazo de alto riesgo.

La hija mayor de la pareja, Cristian de Fátima, de 15 años de edad, es quien se ha hecho cargo de los quehaceres de la casa y de cuidar a sus tres hermanas más pequeñas, durante los más de tres meses que su madre ha estado ausente por el embarazo de las trillizas.

Ha sido tanta la ausencia obligada de su madre en su corta vida, que la niña de un año, Claritza María, se siente extraña y llora en los brazos de María Elsa. Prefiere estar en los brazos de Cristian, su hermana mayor.

La familia la completan Darling Jamileth, de 14, y Ana Ruth, de 8 años.

La sorpresa

María Elsa García, quien tiene 17 años conviviendo con su marido Alexis Ochoa, nunca fue a un centro de salud o a un hospital durante sus primeros cuatro embarazos. Siempre sus partos fueron en casa, en la comunidad Wabule, de San Ramón, Matagalpa.

Como ocurrió las veces anteriores, ella supo por sí misma que estaba embarazada esta última vez. Ya conoce todas las señales. Se preocupó porque no estaba en los planes de la pareja tener más hijos.

La situación económica de la familia es difícil. Alexis Ochoa gana 170 córdobas diarios como jornalero, ya sea ordeñando vacas o cortando café. Igualmente, María Elsa aporta cortando café, por lo cual le pagan 120 o 150 córdobas diarios. Juntando los dos salarios, no les alcanza para comer carne o algún otro acompañamiento nutritivo, explica María Elsa. Lo que siempre comen es arroz y frijoles.

Alexis se hace cargo de la cocina mientras María Elsa atiende a las trillizas. LA PRENSA

Viven desde hace tres años en una casa que no es de ellos, un antiguo patrón se las prestó mientras regresa la hija de él, quien actualmente se encuentra en España.

Las cosas se han encarecido mucho últimamente. En la zona de Wabule un litro de aceite les cuesta 100 córdobas. Una libra de arroz 16, un libra de frijoles 20. El dinero no alcanza para más. Por eso, cuando María Elsa se dio cuenta que estaba embarazada se asustó. Alexis lo que dijo fue: “Bueno, ahora tengo que trabajar más”.

Lo que no sabían todavía era que no se trataba de un solo bebé, sino tres los que esperaban.

Cuando tenía cinco meses de embarazo, María Elsa fue al Centro de Salud de San Ramón a chequearse, ahí le realizaron un ultrasonido. El primero que se hacía en su vida. Nadie la acompañaba ese día y tuvo que cargar sola con la noticia. Había tres bebés en su vientre.

Los médicos le dijeron que ya no la dejarían regresar a la casa. La dejaron hospitalizada bajo observación. Al día siguiente llegó Alexis. “(La noticia del triple embarazo) me tomó de sorpresa. Pero después le di gracias a Dios”, dice ahora sonriendo. No había chance para aflicción.

Fue hasta en un ultrasonido posterior, en Matagalpa, cuando se dieron cuenta que los tres bebés eran niñas.

El lavandero de la familia, en el patio de la casa. LA PRENSA

Un tarro de leche cada tres días

Las trillizas nacieron a través de cesárea en el hospital regional de Matagalpa. Todo salió bien.

Los médicos las mantuvieron en la sala de neonato durante siete días, hasta que el 12 de abril pasado las enviaron al Centro de Salud de San Ramón, para que continuaran bajo observación. En San Ramón estuvieron 21 días, donde procuraron que las bebés ganaran peso.

El martes 3 de mayo pasado, finalmente las niñas llegaron a su casa, en la comunidad Wabule.

Se trata de la pequeña construcción de madera y piso de tierra, a la cual le entran con fuerza los rayos del sol, el viento y el polvo que se cuelan en las múltiples rendijas que hay entre los tablones.

En la mitad de la casa hay dos camas hechas con tablas y una hamaca. En una de las camas duerme la pareja. En otra las tres hijas mayores. En la hamaca, la niña de un año.

Por la parte de afuera, la casa donde posa la familia de las trillizas en Wabule, San Ramón, Matagalpa. LA PRENSA/ JADER FLORES

Las trillizas duermen ahora en la recién construida camita con varas y tablas. Los padres no tienen para comprarles cunas.

En la otra mitad de la casa están la cocina, construida con arcilla, que funciona con leña y un molino de mano, además de cinco sillas. En la parte externa, un amplio terreno, hay una piedra que utilizan como lavandero y varios alambres que cercan la propiedad y que sirven además para tender ropa.

Tienen servicios de luz eléctrica y de agua potable. Por el servicio de energía eléctrica les cobran 70 córdobas mensuales, por el agua les cobran 45 córdobas al mes. A veces se les hace difícil pagar esas cantidades de dinero.

La situación económica de la familia se ha complicado mucho con la llegada de las trillizas. Están sanas y comen bastante. Entre las tres consumen cada tres días un tarro de leche que a los padres les cuesta 420 córdobas cada uno. En el mes se hacen alrededor de cuatro mil córdobas. Una cantidad de dinero que no tienen ni ajustando con sus dos salarios de trabajo diario, y por ahora salir a trabajar también es complicado.

Hace poco una señora les envió 90 dólares de regalo. Se alegraron mucho, aunque duraron poco, pronto se gastaron todo en las trillizas.

Felices

Las carencias en la familia Ochoa García son muchas. Sin embargo, todo en la casa es alegría con las tres Marías, las bebés de casa. Las tres niñas mayores, Cristian, Darling y Ana, están contentas ayudándole a su mamá a ver a las trillizas.

Cuando lloran por comida, María Elsa corre para amamantar a una, mientras Alexis carga a la segunda y Cristian a la tercera.

Las dificultades económicas no hacen decaer el ánimo de ninguno de los miembros del hogar.

En algunas ocasiones Alexis se ha sentido mal, porque familiares y amistades le hacen comentarios negativos y racistas, diciéndole “ahora vas a tener que trabajar como negro” o criticándolo por la cantidad de hijos que tienen, ya que las trillizas llegaron cuando la menor de sus hijas apenas tiene 1 año de vida. Pero María Elsa le dice que no se preocupe, que existen personas que sufren por no poder tener hijos.

María Elsa cuenta que nunca pensó en abortar. Confía en Dios para darles el sustento.

El interior del dormitorio con las nuevas inquilinas: las trillizas. LA PRENSA/ JADER FLORES

Después de dar a luz a las trillizas, María Elsa pidió ser operada para ya no tener hijos. Lo hace hasta ahora porque nunca antes había ido a un hospital, explica. Antes no tuvo acceso a salud sexual ni reproductiva, ni recursos.

Aunque en los últimos días la familia ha sobrevivido gracias al apoyo de algunas personas, Alexis espera encontrar trabajo pronto. Ya anda buscando en la zona donde viven, donde hay fincas ganaderas y cafetaleras, como La Escocia, una finca que era de Roberto Rivas, el expresidente del poder electoral ya fallecido.

Alexis Ochoa y María Elsa García tienen una tarea enorme por delante. No solo deben velar por las trillizas, sino también seguir cuidando y sosteniendo a las otras cuatro niñas que necesitan de ambos. Les esperan jornadas largas de trabajo de campo, así que cualquier ayuda o apoyo extra no les vendría nada mal. La familia comparte el número de teléfono celular para contactarles: 76273517. Es una línea telefónica regular, sin conexión a internet y pocas veces con saldo. Si al primer llamado no atienden, intente llamarles de nuevo, puede que estén afanados atendiendo a una o a las tres Marías.

Las trillizas en su máximo esplendor. LA PRENSA/ JADER FLORES

Puede interesarte

COMENTARIOS

  1. Hace 2 años

    Control de natalidad es lo que necesitan. Todo mundo habla de cambio climatica aqui o alla. Pero yo opino que es mas urgente controlar la natalidad no habra mundo que de lugar a tanta gente. Solo India y China tiene tan billones de gente Pero en Nicaragua la gente solo es parir y parir a los 16 ya tiene al menos uno. Le hablaron a la sra en la clinica de control de natalidad ya se que cada quien hace de su vida lo que quiera. Asi que ahora ha echar pecho…y adelanta con su 7 chicas. Wow wow..

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí