LA PRENSA Digital publicó ayer una nota informativa sobre el deterioro de las instalaciones de este Diario, ocupadas por una fuerza policial desde el 13 de agosto de 2021.
Lo primero que destaca la nota informativa es que desapareció la Bandera de Nicaragua de gran tamaño, que durante mucho tiempo ondeó orgullosa en el frente del edificio. Habían dejado que la bandera se convirtiera en un harapo y finalmente optaron por quitarla.
Pero no solo la bandera nacional sufrió las consecuencias de la ocupación policial de LA PRENSA. Como se dice en la nota informativa, basta asomarse desde fuera para “identificar el abandono y descuido que han sufrido las instalaciones de El Diario de los Nicaragüenses”.
Ciertamente todo lo bueno, útil y valioso que hay allí se está arruinando. La costosa rotativa en la que se imprimía el Diario, la moderna imprenta comercial, los equipos de oficina y del sistema de internet; los archivos físicos y digitales, todo está en abandono y sufriendo las consecuencias de la falta de uso y cuidado.
“Las instalaciones de un medio no solo se destruyen bombardeándolas, quemándolas o derribándolas, sino que también haciendo lo que ellos exactamente están haciendo, que por la falta de mantenimiento la están destruyendo”. Eso dijo sobre la situación de LA PRENSA la doctora Vilma Núñez de Escorcia, la valiente presidenta del ilegalizado Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), cuya sede también fue ocupada por la fuerza policial y después confiscada.
Pero, aparte de los bienes materiales, algo invaluable histórica y culturalmente como es la Hemeroteca de LA PRENSA, rica en periódicos diversos, antiguos y recientes, y de otras publicaciones impresas, están allí a merced de la voracidad de las polillas, cucarachas y roedores. Y sin la climatización que es indispensable para la conservación de esa clase de materiales.
Los periódicos son una materia prima de la historia. Igual que los medios orales y visuales, y otras publicaciones escritas como revistas, folletos, cartas y documentos oficiales, los periódicos son una fuente primaria de la historia.
Los historiadores llaman fuentes primarias a las publicaciones sobre hechos que ocurrieron al mismo tiempo que los acontecimientos que se quiere conocer, estudiar y divulgar. Los historiadores disciernen, analizan y contrastan los periódicos y demás documentos mediante un riguroso procedimiento de selección.
En la escritura de la buena historia, como en la del buen periodismo, la verdad debe buscarse, revelarse y decirse por encima de todo. Pero no siempre es así. La historia también puede ser manipulada. A veces se distorsiona para favorecer determinados intereses, para poner a los villanos como héroes, y al revés. De allí que se diga que en general la historia la escriben los vencedores, en detrimento de los vencidos.
Sin embargo, si se conservan las fuentes primarias como son los periódicos, y se acude a las hemerotecas, se puede desenmascarar a los falsificadores y hacer que resplandezca la verdad histórica.
Por eso es muy lamentable que se estén destruyendo los archivos de periódicos de LA PRENSA, que hoy están en poder de los policías.
Puede interesarle: La hemeroteca de LA PRENSA: una víctima colateral del ataque de Daniel Ortega