Este domingo tomar posesión el nuevo presidente electo de Costa Rica, Rodrigo Chaves, quien en las últimas semanas ha expresado su interés por mantener relaciones “pacíficas”, con la dictadura de Daniel Ortega, y lo cual ha despertado incertidumbre entre algunos exiliados en este país.
A inicios de abril, cuando Rodrigo Chaves resultó ganador de la segunda vuelta de los comicios presidenciales, dejó entre ver su interés por nombrar un embajador en Nicaragua. “Mi inclinación es nombrar un embajador en Nicaragua, (porque) tenemos relaciones diplomáticas y no estamos en guerra”, dijo el nuevo presidente de Costa Rica.
“Si hay que romper relaciones diplomáticas por razones de mérito, las rompemos, pero no estar en el jueguito de tener relaciones diplomáticas y no tener embajadores”, indicó Chaves.
Por su parte, el canciller Arnoldo Tinoco reveló el pasado 22 de abril que se reunió con el actual embajador de Nicaragua en San José, Duilio Hernández, como “signo de buena voluntad” y para “discutir temas bilaterales”.
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“En Nicaragua, tal cual el presidente (Chaves) lo ha anunciado, la intención es nombrar un embajador en el momento oportuno. Estamos haciendo las evaluaciones y consultas del caso para llegar ahí”, expresó ese día el canciller designado a los periodistas.
Sin embargo, el 29 de abril, después de que la dictadura de Ortega expulsara a la Organización de Estados Americanos (OEA), Chaves dijo que nombrar un embajador en Nicaragua seguía estando en consideración.
“Yo no he dicho que voy a poner un embajador en Nicaragua. Seguimos considerando la posibilidad. Obviamente el evento de haber sacado a la OEA de Nicaragua cambia la ecuación y cuando estemos listos lo hablaremos”, expresó Chaves en conferencia de prensa.
¿Qué esperar del nuevo gobierno de Rodrigo Chaves?
Un exdiplomático que habla bajo condición de anonimato, indica que con el nuevo gobierno de Chaves “es muy probable” que Costa Rica nombre un embajador en Nicaragua y que eso no necesariamente significa un reconocimiento a la dictadura de Ortega.
“Hay países que prefieren mantener a sus diplomáticos en el terreno porque consideran que pueden hacer más estando ahí. El mismo Estados Unidos está a punto de nombrar a un nuevo embajador”, explica el exdiplomático.
Por otro lado, Carlos Murillo Zamora, experto en derecho internacional y catedrático de la Universidad de Costa Rica (UCR), dijo a LA PRENSA a inicios de abril que es necesario esperar para definir cuál será la política de Rodrigo Chaves respecto a Nicaragua.
“Yo siento que no va a haber cambio por lo menos en este año. Hay una dificultad, que es que durante la campaña, Chaves no hizo ninguna alusión en temas de política exterior y en el plan de gobierno tampoco se habla de política exterior. Creo que va a mantenerse en este 2022 en los mismos términos”, dijo Murillo Zamora.
De igual manera, el exdiplomático nicaragüense considera que Costa Rica no cambiará su posición histórica de rechazo a las violaciones de derechos humanos y que, en cambio, “va a seguir denunciando en los foros internacionales y en general, con sus posiciones de condena”.
“Probablemente en lo que vaya a haber cambio es en el trato, pero eso va a hacer al inicio porque cuando Ortega se de cuenta de que Costa Rica no va a tolerar sus abusos, por mucho que ponga embajador y todo, probablemente vuelva a haber fricciones”, valora el exdiplomático.
Nicas en Costa Rica reclaman
Por su parte, los exiliados nicaragüenses han criticado las intenciones de Rodrigo Chaves de acercarse a la dictadura de Daniel Ortega. El profesor Gabriel Putoy considera que si Chaves envía un embajador a Nicaragua, estaría avalando a la dictadura.
“Él (Chaves) ha dicho que apoya la democracia y lo que queremos es que eso se traduzca no enviando ningún embajador a Nicaragua como la ha hecho el presidente Carlos Alvarado”, comenta Putoy, quien se encuentra exiliado en Costa Rica.
“Esperamos que el nuevo gobierno de Costa Rica apoye verdaderamente al pueblo de Nicaragua tal y como él ha dicho. Que no haga negocios con los criminales de El Carmen (domicilio de Daniel Ortega y Rosario Murillo)”, agrega Putoy.
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El gobierno saliente encabezado por Carlos Alvarado ha mantenido frías las relaciones con la dictadura de Ortega. Desde junio de 2018, Costa Rica no había enviado embajador a Nicaragua hasta que en marzo de 2021 se conoció que enviaría a una embajadora, pero la decisión cambió nuevamente y la diplomática nunca arribó a Managua.
Desde que comenzó la crisis política en Nicaragua en 2018, Costa Rica ha recibido más de 150,000 personas desplazadas, según informó la Agencia de Naciones Unidoas para los Refugiados (ACNUR). Esta cifra “representa el 3% de la población total de Costa Rica”, indicó ACNUR.
Por su parte, Suzzane Fischel, exprimera dama de Costa Rica dijo el pasado 19 de abril a LA PRENSA que su país tiene “retos enormes” de cara a la masiva llegada de exiliados nicaragüenses.
Sobre la política de Rodrigo Chávez respecto a los migrantes nicaragüenses, Fischel dijo que probablemente no haya cambios a la política que mantiene el gobierno actual. “Costa Rica ha sido un país de brazos abiertos para los migrantes. Es una posición histórica y yo esperaría y le pediría al nuevo gobierno que continúe con esa posición de brazos abiertos a los pueblos migrantes”, resaltó.