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Costa Rica y las revoluciones

El domingo 3 de abril pasado se realizaron en segunda vuelta las elecciones para presidente y para vicepresidentes en la hermana República de Costa Rica: ni un solo encarcelado por causa de sus preferencias políticas, ni un solo golpeado o torturado, ni un solo muerto. Ganó el que contó con el respaldo de la mayoría de la población, Rodrigo Cháves (52.9 por ciento) y uno de los primeros en reconocer su triunfo fue su principal adversario en la fiesta cívica, José María Figueres (47.1 por ciento). Los costarricenses deben sentirse muy orgullosos de su comportamiento ecuánime en estos eventos electorales y  con justa razón, pues su ejemplo admirable cada día está permeando más en la conciencia de los pueblos latinoamericanos y del mundo.

Si ajustamos  nuestro pensamiento al precepto bíblico de que: “Hay que dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” tenemos obligatoriamente que reconocer, que gran parte del triunfo alcanzado por Costa Rica en el concierto internacional, tanto en lo político, en lo económico, como en lo social, se debe a la visión de estadista que tuvo el jefe de la Revolución del 48, mi buen amigo don José Figueres Ferrer (don Pepe), quien poniendo por encima los intereses de su país a los propios, logró superar las enormes dificultades que se le presentaron.

Desgraciadamente, tenemos que hacer la comparación: en 1979 los nicaragüenses también tuvimos una revolución encabezada por 9 comandantes, que en vez de tratar de enrumbar al país por el camino del progreso y  la libertad —como lo había hecho don Pepe— se dedicaron a imitar a Fidel Castro con los resultados desastrosos que ya todos conocemos para Cuba y Nicaragua. Siempre recuerdo a doña Eulalia, que estando en casa del PSD por aquellos días con algunas amigas, comentó: “Si parecían zombis los pobrecitos 9 comandantes, cuando babeándose dirigían la mirada al comandante Fidel tratando de imitar sus gestos, poses y declaraciones”. Y algo más: mientras en Costa Rica el jefe triunfante, don Pepe Figueres, rechazó rotundamente en tres ocasiones convertirse en un dictador, en Nicaragua los comandantes eso es lo que trataban de hacer con su proyecto totalitario.

Así nos encontramos que a 74 años de la Revolución tica y a 43 años de la Revolución nica, la hermana república del sur aparece en el segundo lugar entre los mejores índices de desarrollo social en América Latina, mientras nuestra Nicaragua se encuentra en el poco honroso lugar de ser el segundo país más pobre (después de Haití) en todo el continente americano. Estos avances y algunos más que podría mencionar son el resultado  de que mientras en Costa Rica la revolución impulsó la democracia representativa, con elecciones libres y alternabilidad en el poder, en Nicaragua los “iluminados de la vanguardia revolucionaria” trataron de imponer una dictadura totalitaria. Otra importante diferencia ha sido la alternabilidad en el gobierno: mientras en Costa Rica en los últimos 42 años han desfilado 12 mandatarios por Casa Presidencial, en Nicaragua solo 4, con el agravante de que el que está por más señales que se le hacen, no se quiere ir.

La verdad es que en aquella coyuntura histórica Nicaragua no necesitaba imitar a ninguna revolución. Ni a la cubana, ni a la mexicana, ni a la costarricense. Las condiciones estaban dadas para hacer nuestra propia revolución. Todo el mundo estaba dispuesto a ayudarnos para salir de la postración en que nos había  dejado la dinastía somocista. Pero en 1979, por el fanatismo ideológico de los 9 comandantes principalmente, perdimos la oportunidad de oro que se nos presentó. Hoy, nuestra patria se encuentra nuevamente aislada, como en las postrimerías de la anterior dictadura. Pero al igual que aquella, más temprano que tarde tendrá que caer. Es designio inevitable de las dictaduras. 

Los nicaragüenses también tenemos derecho a vivir en democracia y libertad, aunque haya quienes porque tienen las armas se consideran ungidos, no sé por cuál deidad, para querer imponernos su voluntad. Pero no importa, con su apoyo o sin su apoyo, este capítulo execrable de nuestra historia que estamos atravesando tendrá que tener su fin. ¡La voluntad del pueblo prevalecerá y Nicaragua, una vez más, triunfará!

El autor es periodista y secretario general de la Asociación de Nicaragüenses en el Extranjero (ANE).

Opinión Costa Rica elecciones en Costa Rica Nicaragua archivo

COMENTARIOS

  1. Hace 2 años

    Wilfredo es vergozante encontrarse con un Costarricense en nuestro Exodo en cualquier parte del mundo en donde nos encontremos; su apacibilidad ciudadana y cortesía es abundante. Intel y Microsoft decidieron tener una representación tecnológica en su suelo y con ello una tecnificación y mejor calidad a su mano de obra, ademas podríamos agregar su hospitalidad reflejada en su Turismo en donde se han dado a conocer por su bello; territorio de abundante fauna y natura. Todo este potencial de sus recursos naturales en CR son replicales en nuestra Nicaragua agregando a ello nuestra cadenas; Volcánicas, Lagos y Lagunas que han sido desperdiciadas por la pareja Megalomana que solo anhelan martirizar a nuestros conciudadanos y desaparecer la libertad de expresión. Los tiempos se están configurando por su propio espectro, y hoy vivimos una realidad histórica en donde el comportamiento de la Pareja están coincidiendo con el comportamiento del nuevo Hitler…. Putin que ha venido coordinando toda esta maldad que nos aqueja en nuestro Noble Pueblo y como dijo Dario la verdad nos hará libres.

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