Amaru Ruiz, presidente de Fundación del Río y defensor de Derechos Humanos, tildó como un acto de crueldad el envenenamiento de palomas que ocurrió en Granada y recordó que es un delito que está tipificado en el Código Penal.
Alrededor de 60 palomas murieron el viernes, al comer arroz mezclado con veneno, que les lanzaron supuestos vendedores del quiosco del parque central de Granada. Agentes policiales, miembros del Equipo Técnico de Investigación (ETI), se presentaron en la tarde al lugar de los hechos, luego que pobladores reportaron la muerte de esos animales.
Los agentes, quienes llegaron acompañados de funcionarios del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena), determinaron que las aves murieron por envenenamiento.
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Cuatro comerciantes de la zona fueron investigados por la Policía y tres de ellos fueron trasladados a la delegación policial, sin embargo, un cuarto sospechoso, por ser de la tercera edad, no fue retenido por las autoridades.
Acto de crueldad
Ruiz mencionó que la Ley 747, Ley para la Protección y el Bienestar de los Animales Domésticos y Animales Silvestres Domesticados condena este tipo de acciones, que son “tipificadas como maltrato animal”.
“Es un acto de crueldad. Solo personas que tienen alguna enfermedad mental podrían llegar a atentar contra los animales. Hay mucho odio. Si hay algún problema de sobrepoblación, no se debe recurrir a esas acciones. Se deben plantear los problemas con especialistas del Ministerio de los Recursos Naturales o con especialistas independientes, es decir, dependiendo del asunto se pueden identificar cuáles son las mejores alternativas y soluciones”, opinó.
Explicó que cuando en otros países existe sobrepoblación de una especie, se define una metodología para establecer “variables que permitan disminuir la cantidad de esas poblaciones. Eso se maneja, eso es parte del manejo de la fauna, sobre todo cuando se convierten en plagas, pero yo no creo que las palomas en Granada sean una plaga”, aclaró.
Asimismo, recordó que las palomas son parte del paisaje de Granada. “Familias, niños, niñas, incluso turistas juegan con las palomas, algunos les dan de comer”, añadió.
“Si hay problemas vinculados al aseo o que (las palomas) están conviviendo dentro de una casa, por ejemplo, existen otras maneras para enfrentar eso y sobre todo depende del consenso de las autoridades y la municipalidad misma. Es decir, si uno tiene un problema con cierta plaga y es un problema de preocupación de toda una comunidad, estos se ponen de acuerdo para realizar medidas y creo que el establecer esas acciones, además de que es un delito, va en detrimento del propio turismo de la zona”, insistió.
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El también ambientalista e investigador sostuvo que es lamentable que se sigan observando esos incidentes con los animales en este país.
“Yo digo que tenemos que seguir educando ambientalmente a nuestra población. Creo que hay mejores herramientas para solucionar los problemas, sobre todo cuando hay sobrepoblación de una especie, aunque yo no me atrevería a decir que ese es el caso en Granada. Tal vez las palomas están concentradas en algunos lugares, porque la gente les da de comer, si vos le das de comer a una especie las vas a tener presente siempre en esos lugares”, expresó.
Más especies en peligro
Especialistas en la materia han explicado anteriormente a LA PRENSA que no existe voluntad política por parte del Gobierno para implementar las políticas de bienestar animal en este país.
Aunque en Nicaragua existe la Ley 747, aprobada en el 2011, aún no ha sido reglamentada, por lo que no castiga con prisión a las personas que infringen esa ley.
No obstante, uno puede denunciar un caso de maltrato animal conforme el artículo 391 del Código Penal, el cual castiga al que «maltrate, someta a tratamientos crueles o se ensañe con un animal de cualquier especie, sea doméstico o no», con días multa o trabajo comunitario.
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Al respecto, Ruiz considera que actualmente existe desconocimiento por parte de la población acerca de la ley y que se debería de educar a las personas para que adquieran conciencia y conocimiento sobre el respeto hacia todos los seres vivos.
“Yo creo que hace falta concientizar porque no son solo las palomas. Estamos hablando también de especies que venden en los semáforos. De ese tráfico ilegal, existe un sinnúmero de saqueos a la biodiversidad del país y creo que hace falta mayor atención para garantizar que se cumplan esas legislaciones y ese marco jurídico ambiental”, precisó.
Ejemplificó que esa situación “está sucediendo con otras especies, como iguanas, lapas verdes, lapas rojas, etcétera, es decir, el tráfico y el maltrato animal sigue siendo una realidad en Nicaragua, y falta que las instituciones se hagan cargo y se preocupen por la aplicación del marco regulatorio ambiental, para eso es que se creó la Ley de Protección Animal”, sostuvo.
“Creo es un deber de todos seguir concientizando, pero también hay una responsabilidad del Estado en función de la aplicación, porque de nada sirve que seamos educados, si no hay una aplicación de la Ley para la gente que tiene odio hacia los animales, incluso hacia sus propias mascotas”, concluyó.