Dispositivos menstruales: de lo tradicional a lo amigable con el medioambiente

LA PRENSA/ Getty Images

Desde siempre el tema de menstruación ha resultado un tema tabú, a pesar de la cotidianeidad con la que se presenta, y es que desde que conocemos la existencia del ser humano nos ha tocado lidiar con “el periodo”.

Si algo es cierto en este sentido, es que las mujeres en la antigüedad tenían menos periodos menstruales que en la actualidad, esto causado por diversos factores: iniciaban a reglar de forma tardía y muchas paraban antes, esto si llegaban a vivir lo suficiente para experimentar la menopausia; no contaban con métodos anticonceptivos realmente confiables, lo que provocaba numerosos embarazos y con esto, ausencia de la menstruación; asociado a esto, tenían largos periodos de lactancia que favorecían la ausencia de menstruación y finalmente la esperanza de vida era corta.

Con el advenimiento de los nuevos tiempos fuimos ganando en todos y cada uno de los aspectos antes mencionados, con métodos anticonceptivos confiables, menos embarazos, mayor longevidad y esto supuso un nuevo reto para las mujeres en relación con los dispositivos menstruales.

Historia de los dispositivos menstruales

Los primeros dispositivos menstruales descritos datan desde los egipcios, quienes utilizaban papiros y hierbas para realizar un dispositivo similar a un tampón; las romanas, en cambio, utilizaban materiales como algodón y lana para el mismo propósito: absorber el flujo menstrual.

Desde el siglo XX se han desarrollado numerosos avances, cada uno destinado a descubrir materiales más absorbentes y con formas más anatómicas para hacer más amigable esta experiencia. Las tradicionales toallas sanitarias han ido integrando elementos para hacerlas atractivas a las usuarias, las encontramos con tamaños, fragancias, colores, formas, incluso con materiales tan diferentes con la intención de adecuarse al estilo de vida cambiante de hoy en día. Es de recalcar que para algunas, esto resulta en problemas en la zona genital por la presencia de sustancias que pueden llegar a causar alergia.

Además de las tradicionales toallas sanitarias, tenemos a los conocidos y populares tampones, dispositivos cilíndricos hechos a base de diversos materiales absorbentes con la intención de disminuir las molestias en genitales externos y aun así evitar las filtraciones. De estos también los encontramos en distintos tamaños, desde los más pequeños diseñados para adolescentes hasta los más grandes que están pensados para mujeres mayores, con antecedentes incluso de embarazos.

Camino a lo ecológico

Y como ahora ya tenemos más conciencia del daño que podemos ocasionar al medioambiente por nuestros desechos, los dispositivos menstruales han atraído el foco de atención en búsqueda de maneras alternativas y amigables con el medioambiente, “eco-friendly”. Tras esta conciencia hemos regresado a las tradicionales compresas que pueden ser lavadas con cada periodo y reutilizadas hasta agotar su vida útil.

También, actualmente es frecuente escuchar a nuestras amigas hablar de la famosa copa menstrual, un dispositivo hecho a base de silicón grado médico, lo que evita la proliferación de microorganismos que causen daño al área genital, y al ser fabricadas a base de materiales inertes hacen menos probable los problemas de alergia en las usuarias. Encontramos copas en distintos tamaños, con distintas capacidades para recibir distintos flujos, con guías para retirarlas o sin ellas; su principal ventaja es que pueden ser reutilizadas hasta por diez años conservando sus propiedades.

Los discos menstruales son una variación a la copa menstrual, y al igual que su antecesor está fabricado de materiales inertes, principalmente silicón grado médico, lo que evita infecciones, carecen de guías o terminación y su colocación más alta garantiza menor incomodidad así como incluso poder tener relaciones sexuales durante el periodo menstrual sin miedo al desastre.

Y por último, pero no menos importante, tenemos la ropa interior absorbible que tal cual como su nombre lo dice, se encarga de retener el flujo menstrual en su lugar, minimizando el riesgo de fuga hacia el exterior, con vidas útiles de hasta sesenta lavadas, dependiendo del material y marca elegidos.

Como ven, tenemos diversas opciones para cada una, en relación con los dispositivos menstruales, basta que lo consultés con tu ginecólogo para que te oriente cómo utilizarlos y te atrevás a probar para decidir cuál es el que mejor se adapta a tu estilo de vida.

Vida
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