Desde la aparición del coronavirus o covid-19, las autoridades del Ministerio de Salud (Minsa) sostienen que hasta la fecha se reportan menos de 18,000 personas contagiadas. En este momento hay un poco más de 220 personas fallecidas por coronavirus, según las autoridades sanitarias.
Pero estas cifras del Minsa no cuadran con las del Observatorio Ciudadano, que es una entidad “independiente que recolecta información de voluntarios”, el cual señala que al 26 de enero 2022 había recibido y verificado una alarmante cifra que ronda los 5,973 personas fallecidas por sintomatología asociada o presuntiva de covid-19 , pero si nos basamos en las cifras oficiales de 220 personas muertas a consecuencia del coronavirus que sí fueran verificados por organismos como la OPS y OMS, yo diría que “Dios es bueno con nosotros”. El doctor Leonel Argüello Yrigoyen, de gran prestigio, señala: “Ahí salen y se ven las diferencias, el Minsa tiene un subregistro muy grande”.
Un artículo publicado por el doctor Argüello Yrigoyen afirma que hay que establecer una campaña educativa de carácter permanente en todos los medios de comunicación sin excepción, para motivar y exigir las medidas de prevención, comenzando con suspender la promoción pública del contagio. Añade: “Estamos en tiempo de modificar el curso natural del virus, hoy es ómicron y por su alta contagiosidad, mañana producirá otra variante igual, más débil o más fuerte y debemos estar preparados”. Paradójicamente, los medios de comunicación afines al Gobierno lanzan campañas de actividades culturales y recreativas.
El Estado como autoridad debería como en otros países prevenir contagios con campañas de aislamiento social. El acercamiento social, pero con aislamiento físico puede enseñarnos que dependemos uno del otro.
Sin embargo, al principio de la pandemia en el 2020 una mayor parte de la población tomó conciencia, se encerró en sus casas, los padres de familia suspendieron de manera unilateral la asistencia a las escuelas a sus niños, las universidades privadas y estatales también suspendieron. Mientras se tomaban estas medidas, los defensores de la salud pública impartían campañas de prevención contra esta enfermedad como lavado de manos, uso de las mascarillas y como si fuera esto mucho no evitaron el aislamiento.
¿Acaso debemos nosotros tomar nuestras propias medidas de sobrevivencias contra el enemigo número uno en el mundo en caso de que aparezcan más variantes del covid-19? Ciertamente, tenemos que vencerlo con nuestra propia conciencia, aunque a veces el enemigo somos nosotros mismos, independientemente de nuestro credo político. Las actividades se están llevando a cabo como si nada ha hubiera pasado en nuestro planeta.
El virus no tiene conciencia, se lleva a moros y cristianos. No hay que seguir promoviendo las aglomeraciones ante una nueva oleada pandémica. Debemos unirnos en torno a un común que nos proteja de esta enfermedad. No olvidemos que estamos en peligro ante esta pandemia que apareció en el mundo en el 2020. Por eso, hay que evitar la reedición de una futura variante.
El autor es periodista.