La infección por el virus del herpes simple genital constituye un problema de salud pública global. Se ha documentado un incremento en las infecciones genitales en estudios alrededor del mundo, evidenciándose una amplia diversidad de las formas de presentación de la enfermedad.

Al igual que las demás cepas del virus del herpes, este establece una fase latente seguido de una reactivación de la replicación viral y enfermedad local recurrente; además de esto existe preocupación por la transmisión durante el embarazo, ya que constituye una problema significativo en los recién nacidos.

Una vez aclarado por qué es de importancia reconocer esta enfermedad, es importante saber que en el área genital pueden coexistir infección por el virus del herpes tipo 1 y 2, aunque la mayoría son causados por el tipo 2. La presencia del virus incrementa con la edad, y es más frecuente con el aumento del número de parejas sexuales. La mayoría de las infecciones ocurren en personas que desconocen que tienen la infección, o simplemente son asintomáticas cuando ocurre la transmisión, hasta un 88 por ciento de las personas infectadas desconocen que son portadores.

Cuatro días para síntomas

El periodo promedio entre que contraemos la infección y presentamos síntomas son cuatro días, y las manifestaciones pueden ser diversas, siendo las más frecuentes úlceras genitales dolorosas, dolor al orinar, fiebre e incluso puede presentarse hinchazón en la entrepierna como dato que los ganglios están siendo expuestos al virus.

Las lesiones típicas en la piel son vesículas agrupadas de 2-4 mm con una zona roja por debajo que usualmente progresan hasta una sola lesión de mayor tamaño que se rompe y forma la úlcera. Tras la primera infección que puede llegar a durar hasta 19 días, este virus se aloja en nuestro cuerpo para reactivarse cada vez que disminuyan nuestras defensas.

Ataques en otras estructuras del cuerpo

A pesar de que este virus tiene alta afinidad por la piel y las mucosas, durante la infección es posible que ataque otras estructuras de nuestro cuerpo, las complicaciones fuera de los genitales son poco frecuentes, pero de presentarse son severas pues pueden incluir alteraciones neurológicas, meningitis, inflamación de los nervios que pueden alterar la retención de orina, inflamación del recto, entre otras.

Es importante conocer de este virus, pues en la actualidad contamos con diversos fármacos que hacen posible disminuir la replicación del virus, y si se reconoce la enfermedad durante los primeros días también conseguimos disminuir la duración del episodio. Ante la presencia de algo anormal en tu área genital no dudes en consultar con tu ginecólogo que sin duda sabrá reconocer la infección.