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CONTENIDO EXCLUSIVO.En momentos en que el comportamiento del virus SARS-CoV-2 tiene gran similitud a un fuerte resfriado, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alentó a los países de la región de las Américas a priorizar las pruebas rápidas de antígenos para las personas que experimentan síntomas de la covid-19, además de ampliar las pruebas a nivel comunitario para quitarle presión al sector público, pero Nicaragua se está quedando atrás en la distribución de estas pruebas.
Desde el inicio de la pandemia, los sistemas de salud de los países en el mundo se han apoyado de estos test para diagnosticar la enfermedad, puesto que son más accesibles que las de PCR (siglas en inglés de Reacción en Cadena de la Polimerasa) por su precio, rapidez de resultados y además de que se puede hacer en casa.
Sin embargo, en Nicaragua la realidad es otra. A casi dos años de que se confirmara el primer caso de covid-19 en el país —el 18 de marzo de 2020—, el régimen de Daniel Ortega no autoriza que el sector salud privado cuente con este producto de diagnóstico rápido, e incluso, las pruebas PCR las mantiene centralizadas.
Es así que los nicaragüenses que acceden a las pruebas rápidas para confirmar o descartar si es covid-19, es porque un familiar trajo una mínima cantidad de pruebas del extranjero o porque las adquirieron a través de personas que las comercializan casi en la clandestinidad. Para ello deben pagar entre 70 y 85 dólares, es decir, entre 2,478 y 3,000 córdobas.
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LA PRENSA intentó hablar con vendedores de este producto, pero compartieron que temen a las represalias del régimen de Daniel Ortega. Dicen que las venden bajo discreción, aunque las pruebas las ofrecen en la red social Facebook.
“No podemos dar esos datos porque nos puede traer problemas, porque no podamos introducir ese producto. Con la situación sociopolítica que se vive en el país, es difícil (…) Cualquier cosa, buena o mala, el Gobierno lo puede malinterpretar y nos puede traer un perjuicio económico, es cierto que no es un producto malo, pero al final, se malinterpreta en el Gobierno, así que preferimos no dar esa información”, dijo a este Diario un ciudadano que ofrece pruebas rápidas para covid.
¿Cómo entran estos test al país?
Una ciudadana que vende en línea pruebas de diagnóstico o para viajes, accedió a hablar bajo anonimato del tema y cómo funciona este trabajo. De acuerdo con la comerciante, el primer paso que hacen los vendedores es cotizar los test en internet, en una página de Estados Unidos.
Posteriormente, llenan los requerimientos y realizan el pedido y el pago. Las pruebas son traídas al país por medio de una agencia de envíos que tiene convenios con el régimen orteguista. Esta se encarga de los gastos aduaneros y demás papeleo, explica la fuente.
La vendedora expone que aunque los pedidos los hacen dependiendo de la demanda de la gente, el mínimo de pruebas que pueden ingresar al país oscila entre 200 y 300 mensuales.
“La demanda va en dependencia del tipo de prueba. Estas pueden ser pruebas covid para viaje o pruebas covid para diagnóstico. La demanda de las pruebas de viaje actualmente ha sido de un 80 por ciento, mientras que la demanda de las pruebas de diagnóstico ha disminuido en un 60 por ciento, esto debido a la gran cantidad de individuos que han decidido vender este tipo de pruebas”, refiere la fuente.
Ella destaca que a sus clientes siempre les avisa que para la realización de las pruebas de antígenos “se necesita discreción”.
De acuerdo con explicaciones de la vendedora, las pruebas diagnósticas son las que se venden individuales y pueden ser de diferentes marcas, ya sea casera o de uso médico; mientras que las pruebas de viaje son para las personas que necesitan viajar a un país que acepte pruebas de antígeno.
“Las pruebas de diagnóstico son utilizadas para determinar o descartar si un paciente está con covid y orientarlo en las medidas que debe tomar. La prueba de viaje viene en una caja completamente sellada, con etiqueta que dice ‘no abrir hasta el momento de la realización’, y es proporcionada por una marca exclusiva que está aceptada por Estados Unidos”, comparte.
Muchos países en el mundo, como Estados Unidos, ya han optado por aceptar las pruebas de antígenos, además de la PCR, como pase para ingresar al territorio. Según médicos internacionales, estos test son efectivos hasta para detectar el contagio por ómicron.
La necesidad de una prueba
En todo el país, solo el Centro Nacional de Diagnóstico y Referencia (CNDR), conocido como Conchita Palacios, y el Instituto Nicaragüense de Investigación en Salud (INIS), ambos en Managua, están autorizados para realizar las pruebas PCR, pero solo a viajeros.
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En los centros de salud del sector público también realizan este tipo de pruebas, pero no comparten los resultados del mismo. Si en caso positivo, solo se notifica al paciente por medio de una llamada telefónica. Se desconoce si el Ministerio de Salud (Minsa) utiliza las pruebas de antígenos.
En el país, la venta libre de estos test solo se puede ver en Facebook, ya que las farmacias, laboratorios, clínicas, e incluso los hospitales privados, no pueden brindan este producto.
“Es una situación demasiado triste, preocupante e incómoda para el gremio médico, ya que nosotros como médicos queremos dar el mejor diagnóstico y tratamiento al paciente y al no tener las posibilidades clínicas y diagnósticas para la enfermedad, resulta difícil ofrecerles todo lo necesario a los pacientes. Considero que el Gobierno debería permitir la venta libre de estas pruebas, aunque sea de manera regulada”, expuso una doctora independiente.
Asociaciones médicas, doctores independientes e incluso la cúpula de empresarios privados solicitaron desde un inicio de la pandemia la importación de pruebas rápidas no solo para uso profesional, sino para que la población tuviera fácil acceso, pero hasta la fecha el régimen ha ignorado esta petición, obligando al nicaragüense a pagar el costo más alto por un test en toda la región.
En Centroamérica, además que el sistema de salud se apoya en las pruebas rápidas, el sector privado dispone de los test de PCR, antígenos y anticuerpos, e incluso, países como Costa Rica y Guatemala han autorizado a una empresa importar pruebas de antígenos.