14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

La huida de Daniel Ortega

Contenido Exclusivo CONTENIDO EXCLUSIVO.

Metástasis

Daniel Ortega ha dejado de ser un problema solo de los nicaragüenses y se ha convertido en un tumor que está haciendo metástasis. Es su forma de huir hacia adelante. “Si la situación está mal, pongámosla peor a ver si se compone”, parece decir con sus últimas acciones. Cercado por las sanciones, aislado en el mundo y despreciado hasta por la tradicional izquierda que antes le aplaudía, Ortega ha decidido internacionalizarse como problema, con la esperanza de sobrevivir en el club de los indeseables, sin percatarse que solamente acelera su fin.

Jochador

La actitud de Ortega ante el desprecio del mundo a su dictadura ha sido la que en el campo se le llama de “jinca la yegua”. Jochadora. Insulta a todos quienes lo critican. Se junta con la gente de la peor calaña del planeta. Ortega es aquel hombre al que sus vecinos le reclaman que se comporte en su casa para armonía del barrio, y él responde apedreando las casas del vecindario y trayendo delincuentes para beber guaro en la esquina. “¡Si ya saben cómo soy para qué me provocan!”

Sueños

Le excita una llamada telefónica de Vladimir Putin. Se frota las manos usando la migración como arma política. Se regodea a la par de Mohsen Rezai, terrorista iraní buscado por Interpol. Hará todo el daño que pueda. Sueña con ver tropas rusas desfilando por la avenida Bolívar o misiles nucleares instalados en Managua. Ya se ve en sus delirios de grandeza a la par de Putin y Xi Jinping, decidiendo la suerte del mundo, sin darse cuenta del pigmeo que es. Si por Ortega fuera, Nicaragua ya sería colonia de Rusia o China. Busca darle un sentido geopolítico a su dictadura.

Huir hacia adelante

La respuesta de “huir hacia adelante” fue registrada por el fisiólogo estadounidense Walter Cannon, y la página Español Avanzado la describe como la reacción de quien “al encontrarse en una situación difícil, insiste en el avance, ignorando las señales que invitan a detenerse, a replantear, a modificar el rumbo o a retirarse, aplazando un inevitable desenlace con la falsa esperanza de que de alguna forma las cosas se solucionen”.

Dinosaurio

Recordemos que Daniel Ortega es un dinosaurio de la política. Para él, el mundo ideal es aquel de la guerra fría donde por un lado estaba Estados Unidos y por el otro la Unión Soviética, divididos por una “cortina de hierro”. Bastaba alinearse en uno u otro lado para tener equipo. Ortega sueña con un mudo así. Todo cambió. Ni Estados Unidos es el Estados Unidos de aquellos tiempos, ni Rusia o China son la Unión Soviética.

Peón

No se da cuenta Ortega de su rol de peón en un pleito de gigantes. Prescindible. Solo será tomado en cuenta mientras sea útil. Ya sucedió una vez. Los nueve comandantes apostaron la revolución al mundo socialista de aquel entonces. Ellos se veían enfrentados a Estados Unidos al lado de la Unión Soviética. Y siendo las cosas más tensas que ahora, Estados Unidos y la Unión Soviética negociaron un acuerdo que incluía la cabeza de los sandinistas. En 1988 vino a Nicaragua Boris Yeltsin —entonces alto funcionario del Partido Comunista ruso y quien luego llegaría a ser presidente—, les cortó la ayuda y les dijo que se entendieran con los contras y con Estados Unidos. La Unión Soviética les dio una patada en el trasero. Se acabó de un solo la revolución que iba a durar mil años.

Cabeza

Daniel Ortega está huyendo. No lo parece porque huye hacia adelante. El asunto es que, dicen los expertos, huir hacia adelante nunca soluciona los problemas y, por el contrario, los agrava. En la medida en la que se vuelve un problema para el resto de países, por lógica, el resto de países va a tratar de salir de él. No hay forma de que se salga con la suya por mucho tiempo. Huye hacia su propio fin. Cada vez tiene menos amigos y más enemigos. Y si bien se siente por ahora acuerpado por la tercia geopolítica que lo está utilizando, en cualquier momento entregan su cabeza en una mesa de negociación. Es un peón regalado. Prescindible.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí