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Dolores Prado. Cortesía/LA PRENSA

Dolores Prado, la nica que está al frente de una importante empresa cementera de Sudamérica

Originaria de Managua, y con más de 36 años de experiencia gerencial, Prado está brillando en el exterior. Esta es su historia

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Dolores Prado es una empresaria nicaragüense que cuenta con 36 años de experiencia gerencial en dos sectores. Trabajó 13 años en turismo, como gerente general de la línea aérea española Iberia, y ya lleva 23 años en la empresa Holcim, desempeñándose primero como directora general regional (CEO) de Nicaragua, Costa Rica y El Salvador y, desde enero de 2021, como CEO de Holcim Ecuador, una de las operaciones más grandes de este grupo en Latinoamérica.

Prado se convirtió en 2021 en la primera mujer que dirige Holcim Ecuador, el mismo año en que esa compañía arribó a 100 años de fundada.

Antes fue la primera mujer CEO de Holcim en el mundo, cuando desempeñó ese cargo en Nicaragua. Posteriormente fue CEO de la compañía en El Salvador y después de los tres países de Centroamérica donde el grupo suizo tiene operaciones.

¿Cuáles fueron sus primeros pasos en la industria de la construcción?

En diciembre de 1998 inicié en Holcim Nicaragua, como fundadora de la empresa. Llegamos a abrir mercado y a luchar contra un monopolio estatal que tenía más de 50 años en el país. Fue una experiencia súper interesante iniciar una empresa de cero, crear marca, contratar personal, introducir servicios, y hoy por hoy esa empresa es líder del sector en el país, con muchas unidades de negocio como cemento, concreto, agregados, Disensa (una red de ferreterías), etcétera. Esa fue mi mejor maestría, aprender haciendo.

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¿En qué año salió de Nicaragua y cómo fue su transición de vivir y trabajar en otro país?

Salí en 2014 hacia El Salvador. Realmente fue una experiencia muy bonita. El salvadoreño es muy trabajador, creativo y empeñado, y fui muy bien aceptada, aunque me tocó reemplazar a un CEO que tenía 21 años en ese puesto. Hicimos un trabajo fantástico. Logramos resultados extraordinarios y se creció mucho. Posteriormente yo solicité mi regreso a Nicaragua, me hacían mucha falta mis hijos, nietos, familia y amigos, y regresé a mediados de 2018. Pero realmente vivía montada en un avión, ya que manejaba tres países y eso me obligaba a tener mucha presencia en Costa Rica y El Salvador, además de la responsabilidad de la operación en Nicaragua.

¿Cuál es su valoración en cuanto al clima en que se desenvuelven las mujeres empresarias en la actualidad?

Creo que ha habido muchos avances al respecto, pero aún hay que seguir rompiendo estereotipos. Definitivamente, si somos el 50 por ciento de la población, no hay por qué no seamos el 50 por ciento de la fuerza laboral, jefaturas, directores, CEO, etcétera. A eso tenemos que aspirar, aunque reconozco que es mucho más difícil para una mujer, ya que carga con la gran responsabilidad de madre, porque no siempre hay una división equitativa en el rol de madre y de padre.

¿Cree que Nicaragua es un país óptimo para el desarrollo de las mujeres?

Creo que hay muy pocos países con igualdad de oportunidades y lo ves en las estadísticas. Las jóvenes (y la sociedad en general) tenemos aún mucho por avanzar para asegurar la tan deseada igualdad de oportunidades, pero lo más importante, la igualdad, en dividir el trabajo en el hogar, que le permita a la mujer desempeñarse profesionalmente como los hombres. Mientras esto no se logre, la mujer siempre tendrá un ancla muy pesada que cargar.

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Como empresaria, ¿cuál es su mayor satisfacción y qué lecciones ha aprendido en estos años de trabajo?

Tengo muchas satisfacciones en mi carrera. Haber cambiado de la industria de la aviación al mundo de la construcción, fue algo muy gratificante, significó para mí salir de mi zona de confort y demostrar que también podía ser buena en otro segmento de negocio.

Haber sido partícipe de la creación de Holcim Nicaragua y haber estado ahí, acompañando el crecimiento y diversificación de ese negocio y ser ahora la empresa que es, ver hacia atrás y recordar el gran camino avanzado.

Mi paso por Holcim El Salvador, cambiar una cultura, acompañar ese crecimiento que nos llevó a tener resultados extraordinarios —rompimos récord año tras año—, fue también un gran logro y satisfactorio.

Y ahora en Ecuador, a pesar de la crisis de la covid-19, estamos mejorando mucho los resultados, pero sobre todo sentando las bases para crecer sostenidamente y acompañar al país hacia la senda de la construcción sostenible.

Pero puedo decir que mis mayores satisfacciones tienen que ver con la gente. Cuando una chica o chico me dice que le ayudé a crecer, que lo obligué a dar lo mejor de sí mismo, pero al mismo tiempo lo guié, lo acompañé, eso me satisface mucho. Soy muy inclinada a darle oportunidades a los jóvenes y muy intensa en temas de diversidad y de apoyar a otras mujeres a crecer y creer en sí mismas. Mi mayor lección es que lo más importante para contratar a un colaborador sea actitud, positividad, motivación; que los títulos profesionales, con la actitud, puedes llegar muy lejos.

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¿Cómo se ve a largo plazo en el ámbito profesional?

(Sonríe) Buena pregunta. Yo diría que debo quedarme unos años en Ecuador y llevar a esta organización a dar lo mejor, crecer, diversificarse y eso me entusiasma… Después Dios dirá (sonríe)

¿Cuál considera que es la clave del éxito?

No puedo responder por todo el mundo. A mí me ha resultado mucho ser muy disciplinada, sistemática, automotivada, con mucha energía, soy muy trabajadora y también soy muy comunicadora, siempre digo lo que pienso, soy muy franca.

Para mí ha sido fascinante descubrir que los mayores logros se consiguen entendiendo a las personas, conocer qué los motiva, dándoles responsabilidades y apoyándolos, que vean claro dónde están sus oportunidades de carrera y de crecimiento. Si todo esto se logra, hay muchísimas probabilidades de tener buenos resultados. Ahora tenemos un nuevo desafío y es lidiar con los millennials (sonríe). Piensan diferente, tienen aspiraciones diferentes, y eso también hay que entenderlo y lograr sacar lo mejor de ellos, entendiendo sus aspiraciones y motivaciones.

Plano personal

Dolores Prado disfruta de ir a las montañas y lugares para hacer senderismo, asistir al gimnasio, hacer yoga y pasar tiempo con su familia.

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