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Más de 150 presos políticos permanecen detenidos en las cárceles de Daniel Ortega. LA PRENSA/Óscar Navarrete

Presos políticos: son 159 y muchos de ellos sufren olvidados

Antes de la última oleada de reos políticos que inició en mayo de este año, ya había más de cien. Menos visibles por no ser tan mediáticos, pero todos tienen una historia de sufrimiento, y de vida, que contar desde las celdas de la dictadura.

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Norlan Cárdenas Ortiz pasó toda la noche del viernes 29 de noviembre de 2019 trabajando en un bar-restaurante de Masaya. Al amanecer del sábado, terminaba de limpiar y ordenar las mesas que unos borrachines recién desocupaban.

Rellenó los exhibidores de cerveza y se fue a su casa. Llegó a eso de las 9:00 de la mañana, a dormir y recuperar energías para volver a su faena de mesero por la noche. Pero su sueño lo interrumpió el capitán de la Policía de Masaya, Carlos Traña, cuando llegó a sacarlo de su cama a mediodía. El episodio lo cuenta la hermana de Norlan, Ruth Martínez Ortiz.

El capitán Traña había llegado a la casa de Norlan en busca de los “cómplices” de José Isaías Ugarte, alias Chabelo, quien acababa de morir en un tiroteo en el camino viejo a Niquinohomo. En el operativo también murieron dos policías.

En esa casa del reparto Cailagua estaban los padres de Norlan, ambos de la tercera edad y su hijo que en aquel momento tenía 7 años. A Norlan y a su papá los golpearon y tiraron a las cenizas de un fogón que había en su patio de tierra, y según Martínez “le pusieron el AK en la cabeza al niño”.

El preso político Norlan Cárdenas Ortiz, de 33 años. CORTESÍA

A Norlan y a su padre se los llevaron detenidos a la delegación policial de Masaya, y al día siguiente los trasladaron al Chipote. Su familia no supo nada de ellos hasta que el 6 de diciembre, el padre de Norlan fue liberado. Le contó a Martínez que habían sido golpeados y que pasaban esposados en las celdas.

El día siguiente, Norlan fue llevado a audiencia inicial sin que sus familiares o abogado se dieran cuenta. Lo acusaron de posesión ilegal de armas, fabricación de artefactos explosivos e intento de homicidio contra dos agentes policiales.

En febrero de 2020 fue condenado a 15 años de prisión por todos los delitos que le imputaron. Ya tiene 701 días detenido y se encuentra en la celda 17 de la galería cinco de La Modelo, junto con otros veinte reos.

En La Modelo, pero en una celda de máxima seguridad, también se encuentra Jaime Enrique Navarrete Blandón. Él lleva 830 días detenido en la 300, desde el 24 de julio de 2019, pero a esa cifra hay que agregarle otros 360 días que ya había estado detenido desde el 15 de junio de 2018 hasta el 10 de junio del año siguiente.

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Jaime vivía con su esposa y su hija de 13 años en una de las calles aledañas a la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli) y tenía un pequeño puesto donde vendía hamburguesas a los estudiantes.

Cuando la Upoli fue tomada por manifestantes opositores para las protestas de abril, Jaime les llevaba de sus hamburguesas y otros tipos de comidas. En la calle de su casa, los jóvenes hicieron barricadas para evitar el ataque de paramilitares y Jaime normalmente salía a platicar con los protestantes.

Doña Margine Blandón, madre de Jaime, narra que a las 5:00 de la mañana del 15 de junio de 2018, agentes de la DOEP y paramilitares entraron a su casa por el techo y por la puerta de enfrente. Entraron a su habitación, lo golpearon y lo tiraron al suelo.

Jaime vio cuando dos paramilitares manoseaban a su esposa. Trató de levantarse para confrontar a los tipos, pero le dieron dos culatazos en la frente. “Él iba bañando en sangre. Ahí tiene las dos cicatrices”, dice su madre.

Se lo llevaron sin camisa y descalzo. Solo en short. Su esposa, por ser estadounidense, fue expulsada del país. Doña Margine cuenta que su casa fue saqueada y se llevaron objetos de valor como alhajas, perfumes y demás.

Fue acusado de haber asesinado a una persona en el barrio Libia y condenado a 23 años y seis meses de prisión. Según contó a su familia cuando fue liberado 360 días después producto de una amnistía, estuvo todo el tiempo en la celda conocida como el Infiernillo.

Jaime Navarrete Blandón estuvo detenido en 2018 y fue recapturado un mes y medio después de haber sido excarcelado. Oscar Navarrete/ LA PRENSA.

“Lo quemaban con cigarro, lo interrogaban constantemente y lo bañaban con gasolina”, entre otras cosas que su madre prefiere no contar. “Lo torturaron demasiado”, dice.

Mes y medio después de haber sido amnistiado, Jaime fue detenido por civiles frente a su casa y ahora está condenado a tres años y seis meses de cárcel por los supuestos delitos de tenencia ilegal de armas y tenencia de drogas.

159 presos políticos

Norlan y Jaime son apenas dos de los 159 presos políticos que el Mecanismo de Reconocimiento para Personas Presas Políticas tiene en su lista actualizada hasta el viernes 29 de octubre de este año. 149 son hombres y 10 mujeres. Todos con una historia que contar.

La lista incluye a 149 presos políticos detenidos en el contexto de las protestas de abril de 2018, además de otras nueve personas que permanecen encarceladas desde 2014 por ser los supuestos autores de un ataque armado a una caravana del Frente Sandinista, y otra persona desde 2011, Marvin Vargas, mejor conocido como el Cachorro, y quien es el preso político más antiguo de la dictadura Ortega Murillo.

Los registros del Mecanismo detallan que 130 de estos reos guardan prisión en los centros del Sistema Penitenciario Nacional, otros 34 en la Dirección de Auxilio Judicial conocida como el Chipote, además de otras dos personas en delegaciones policiales y dos más en arresto domiciliar.

Uno de los miembros del organismo detalla en condición de anonimato que la lista solamente incluye a los reos cuyos familiares autorizaron su publicación.

Familiares de los presos políticos demandando la liberación de sus reos. Oscar Navarrete/ LA PRENSA.

El informe también resalta que hay 24 personas detenidas en condiciones diferenciadas. Doce en máxima seguridad, seis en celdas de castigo y otras en seis en aislamiento. “El uso de estas condiciones diferenciadas dentro del sistema carcelario se da principalmente como respuesta ante los actos de resistencia o denuncia de las personas presas políticas”, se lee en el documento.

En total, 102 de los capturados han sido condenados, 45 están bajo proceso judicial, y dos están detenidos sin procesos judiciales en su contra.

Además, hay un total de 41 personas recapturadas, como el caso de Jaime Navarrete Blandón, o el de Kevin Roberto Solís, recapturado en las afueras de la Universidad Centroamericana, el 6 de febrero de 2020, después de participar en una protesta contra el régimen de Daniel Ortega y acusado del delito de robo agravado.

Solís es uno de los sobrevivientes del ataque a la Parroquia Divina Misericordia del 14 de julio de 2018. Estuvo 11 meses detenido hasta que fue amnistiado y luego recapturado en 2020.

Otro caso es el de Sergio Beteta, el joven que fue detenido por agentes policiales frente a la UCA el pasado 21 de diciembre del 2020, cuando protestó con una bandera azul y blanco contra el régimen de Daniel Ortega.

La Policía alegó que supuestamente llevaba 2,340 gramos de marihuana y un arma de fuego. Beteta, quien estuvo atrincherado en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) en 2018, ya lleva 314 días en la celda 31 de la galería 7A de La Modelo.

A pesar de que todos estos casos son en contra de personas reconocidas como opositoras y con algún tipo de participación en protestas contra el régimen de Daniel Ortega, el aparato judicial los ha acusado de delitos comunes, contrario a algunos líderes opositores y precandidatos presidenciales acusados de “traición a la patria”.

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“Olvidados”

Norlan Cárdenas ha pasado dos cumpleaños en la cárcel y el próximo 10 de diciembre podría pasar el tercero. Cumplirá 34 años. Estudió un técnico en Programación de Computadoras, habla inglés y llegó a tercer año de la carrera de Química y Farmacia.

Recibe visitas de su familia, pero su hermana Ruth Martínez cuenta que ha sido maltratado por los guardas del Sistema Penitenciario. En una ocasión, la madre de Marlon llegó a visitarlo. “Estábamos haciendo la fila y como ya uno lo tienen visto, no supe qué pasó. Se armó un relajo y ahí miré a mi mamá que me la habían botado”, cuenta.

El niño de Marlon ahora tiene 9 años, y como es un poco gordito, usa ropa grande talla 18. Ruth dice que los guardias obligan a que el niño se quite su ropa porque creen que la lleva para dejársela a su padre. De lo contrario, no lo dejan pasar.

Desde hace cuatro meses, el niño tiene una parálisis facial producto del estrés que pasa cada vez que visita a su padre y lo obligan a quitarse la ropa. “Como que le da pena y él no puede expresarlo. Eso es lo que nos dijo la psicóloga, que es como estrés de él y por eso se le viró su carita”, comenta Ruth.

Son al menos 155 los presos políticos que mantiene el régimen de Daniel Ortega. Oscar Navarrete/ LA PRENSA.

Cuando fue detenido su hermano, Ruth denunció ante medios de comunicación el abuso policial que vivió su hermano y el día siguiente le dieron su carta de despido en el Hospital Manuel de Jesús Rivera “La Mascota”, donde trabajaba como enfermera.

“No me está preguntando, pero yo mañana tengo que ir a entregar paquetería y no tengo ni un peso para irle a dejar paquetería a mi hermano”, dice Ruth entre lágrimas, mientras recuerda las reuniones con los diferentes movimientos opositores a las que asistió en calidad de familiar de reo político.

“A cada rato les pedíamos que se unieran, pero solo pensaban en elecciones”, critica, y por ello considera que, en un momento, antes de la última oleada de presos políticos que inició en mayo, los que ya tenían tiempo detenidos, como su hermano, estuvieron “olvidados”.

Por su parte, a doña Margine Blandón, madre de Jaime Navarrete Blandón, le angustia que su hijo “ha pagado mucha cárcel siendo inocente”, además de que ha estado solamente en celdas de máxima seguridad y de aislamiento.

La segunda vez que detuvieron a Jaime, cerca de las siete de la noche del 24 de julio de 2019, él salió de la casa porque desde un carro blanco alguien lo llamó. Pensó que era un amigo suyo y fue a saludar. Cuando estaba afuera, el carro arrancó y “le gritaron cosas”, dice su madre.

Jaime quiso grabarlos, pero de repente, en la oscuridad de la calle, le apareció una motocicleta con dos civiles que empezaron a golpearlo. Jaime, desde muy joven ha practicado taekwondo y otras artes marciales, así que se defendió. “No podían con él, hasta que los del carro volvieron y entre los cuatro, pero les costó”, cuenta doña Margine.

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Al igual que la primera vez, a Jaime se le metieron a su casa y le volvieron a robar cosas de valor. En esta segunda ocasión, Jaime fue acusado de tenencia ilegal de armas y tráfico de drogas, por lo que fue condenado a tres años y medio.

Ahora está en el Infiernillo, una celda de castigo de La Modelo y recibe visita una vez al mes por cuarenta minutos. Según su madre, Jaime les cuenta que lo torturan psicológicamente y que lo señalan de ser un agente de Estados Unidos.

Para las protestas opositoras en Cuba que estallaron en julio, su madre cuenta que los guardas del sistema penitenciario lo interrogaron sobre qué sabía al respecto.

Jaime tiene 38 años y desde muy pequeño vivió en Estados Unidos con su madre. Allá se bachilleró, y quería estudiar Derecho, pero un fatal accidente de tránsito se lo impidió. Por ese accidente, actualmente tiene dos lesiones en el cerebro, dice su madre. Desde 2016 vive en Nicaragua con su esposa y su hija.

Breves historias de presos políticos

Bryan Cruz Calderón

Fue detenido en agosto de 2018, acusado de tentativa de homicidio, robo agravado y lesiones. Denunció que un policía le había cercenado uno de sus testículos por ser sospechoso de haber participado en un tranque de Jinotega. Fue excarcelado en abril de 2019, pero fue recapturado el 23 de junio de 2019. Tiene 861 días en el Sistema Penitenciario Puertas La Esperanza de Estelí.

Carlos Bonilla López

Se unió a la protesta estudiantil en la Upoli. En octubre de 2019 fue condenado a 90 años de prisión por el supuesto asesinato de un policía. Fue amnistiado casi once meses después. El 18 de enero de 2020 fue detenido nuevamente y acusado por el supuesto delito de “atentar en contra del Estado de Nicaragua”. Tiene 652 días en el Infiernillo de La Modelo.

Walter Montenegro Rivera

Fue detenido el 1 de noviembre de 2018. Recibió dos balazos cuando huía de policías y paramilitares, y estuvo sin atención médica en la cárcel. Se le condenó a cinco años por homicidio y portación de armas de fuego. Tiene 1,095 días en la celda 9 de la galería 2, de la cárcel Waswalí de Matagalpa.

John Cerna Zúñiga

Iba de camino a la universidad cuando fue detenido el 28 de febrero de 2020. Fue acusado por supuesta posesión y venta ilegal de drogas. Está condenado a 12 años de cárcel y una multa de 37,000 córdobas. Tiene 611 días en La Modelo.

Karla Escobar Maldonado

Había sido amnistiada el 15 de marzo de 2019, pero la Policía la volvió a capturar el 30 de abril de 2020 y fue presentada el 4 de mayo junto a Wilfredo Brenes y César Medina. La Policía los acusó de trasladar “tres libras de marihuana, 72 gramos de cocaína, dos revólveres y una pistola”. Tiene 549 días en el Sistema Penitenciario para Mujeres La Esperanza.

Kevin Zamora Delgado

Era un manifestante autoconvocado. Estudiaba quinto año de secundaria y asistía a clases de inglés cuando fue capturado por la Policía el 10 de septiembre de 2019. Su madre ha denunciado torturas que lo dejaron sordo. Fue acusado por tenencia ilegal de armas y condenado a seis años de prisión. Tiene 782 días en la celda 51 del pabellón 6 de La Modelo.

Yader Polanco Cisneros

Fue detenido el 25 de septiembre de 2018, y condenado a 22 años y 6 meses por el supuesto asesinato de Juan Tinoco. Su familia afirma que él apoyó con víveres al tranque de la Cañada en Boaco y a eso se deben las represalias. Tiene 1,132 días en el Sistema Penitenciario Waswalí de Matagalpa

María Esperanza Sánchez

Madre de tres hijos y originaria de Matagalpa, fue encarcelada el 26 de enero de 2020. Es acusada de tráfico de drogas. Tiene 644 días en el Sistema Penitenciario para Mujeres La Esperanza

Ángel Sequeira Zamora

Junto a su hermano se dedicaba a elaborar gorras, camisetas y emblemas alusivos a las protestas opositora a Daniel Ortega. Fue detenido el 20 de noviembre de 2019 y acusado de tráfico de drogas. Lleva 711 días en la cárcel.

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