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A 200 años… la lucha sigue

En el Génesis, según las Sagradas Escrituras, nos cuenta Moisés en su narración sobre los 7 días de la Creación, que Dios se puso a contemplar todo lo que había hecho y mostrándose satisfecho de su portentosa obra “vio que todo era bueno”.

A propósito de que en los próximos días vamos a conmemorar los 200 años de nuestra independencia nacional (15 de septiembre), algunos compatriotas nos preguntamos: ¿Qué estará pensando Dios ahora sobre nosotros los nicaragüenses? ¿Qué dirá cuando vea marchar a nuestros niños y niñas hacia San Jacinto, al son de sus tambores huecos y huérfanos de alegría, porque antes y después de esa fecha solo hemos vivido en guerras fratricidas? Seguramente fruncirá el ceño y, mesándose su alba cabellera, dirá con el rostro compungido: “Pobres los nicaragüenses, les di todo para que fueran felices: tierras fértiles, mar a uno y otro lado, minas pletóricas de oro y un sol esplendoroso, pero todo lo han malversado, por lo que no es bueno lo que estoy mirando”.

Y tendría razón nuestro Creador de pensar así, porque si revisamos los anales de nuestra historia patria hasta nuestros días, los nicaragüenses prácticamente no hemos tenido tregua para vivir en paz y dedicarnos a explotar nuestras riquezas naturales en beneficio de la colectividad nacional. Siempre surge como un fantasma inevitable la figura nefasta del dictador, que con su máscara de caudillo se entroniza en el poder, engañando al pueblo con sus falsas promesas de redención y junto con sus secuaces oportunistas, se dedican a saquear el erario público en beneficio de ellos mismos y sus adláteres de ocasión.

Inventan partidos, unas veces llamándose timbucos y calandracas, legitimistas y democráticos, conservadores y liberales y hasta el día de hoy FSLN y PLC, que se disputan el poder para exprimir la ubre pública y ver qué otro provecho sacan, divorciados de los verdaderos intereses nacionales. Apoyados en la fuerza de las bayonetas, que esgrimen legiones de corruptos cobijados bajo el manto del Ejército y la Policía, no dudan en disparar contra el inerme pueblo, si esa es la orden que reciben del caudillo corrupto y corruptor. Este último a través de la historia solo ha cambiado de nombre, una vez llamándose José Santos Zelaya, luego Anastasio Somoza García y actualmente, Daniel Ortega Saavedra. Más de 100 años viviendo bajo la oscurana de dictaduras, sin ver el sol claro del progreso y la libertad. Carlos Mántica decía atinadamente que “por eso estamos como estamos”. Somos y seguiremos siendo, hasta que cambien las cosas, el segundo país más pobre de Latinoamérica después de Haití. No lo olvidemos.

Otro aspecto que debe de preocuparnos es el éxodo de nicaragüenses hacia el exterior que, según las estadísticas que tenemos a la vista, ya suman más de 40,000 los compatriotas que en lo que va del presente año han tenido que salir huyendo de la represión dictatorial de los Ortega-Murillo y de la debacle económica que ellos mismos han provocado. En los estudios que han realizado nuestros ilustres conciudadanos (ya fallecidos) Emilio Álvarez Montalván y Pablo Antonio Cuadra, nos demuestran de manera incontrovertible el daño que sufre nuestro país con la fuga de cerebros, mano de obra especializada y desintegración familiar, todo lo cual viene en menoscabo de la bienandanza nacional. Se calcula que como consecuencia de estas aberrantes políticas dictatoriales más de un millón de nicaragüenses nos encontramos radicados en el exterior, o sea el 15 por ciento de nuestra población total. Increíble pero cierto.

Esto naturalmente no puede ni debe seguir así, por lo que será responsabilidad del futuro gobierno de transición hacia la democracia hacer hasta lo imposible, no solo por desmantelar todo el andamiaje en que descansa la dictadura actual, sino también en crear las condiciones adecuadas para frenar este absurdo drenaje poblacional, que dé mayor estabilidad a la nación e impida que los nicaragüenses sigamos saliendo por razones ajenas a nuestra voluntad. Mientras tanto, la lucha debe seguir hasta alcanzar la democracia, que es lo único que puede impedir que Nicaragua caiga en el marasmo total, al que la están llevando quienes irresponsablemente pretenden perpetuarse en el poder.

El autor es periodista y secretario general de la Asociación de Nicaragüenses en el Extranjero (ANE).

COMENTARIOS

  1. Hace 3 años

    Montalvan, abonando un poco mas a tu ponencia relacionada con el Genesis, en los cuentos populares de nuestros trovadores y atabaleros de Subtiava se comentaba y se comenta; que el creador paso por nuestros cielos regando nuestros preciado frijoles que son una variedad única en CentroAmerica, a ello podemos también intuir la fertilización de nuestros suelos a travez del magma emanados por nuestros volcanes.

    No cabe duda que realmente tenemos a dos seres malignos ( DOS Y LA ESFINGE) con su coleta diabólica y materialista-marxista que en la practica están remando en un gobierno- Estatista -Estalinista y Castrista, el futuro esta escabroso pero al final lograremos sortear a la fiera.

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