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Zabihullah Mujahid, portavoz de los talibanes. LA PRENSA/ AFP.

Talibanes celebran retiro de Estados Unidos de Afganistán

El último contingente de soldados estadounidenses que controlaba la desesperada evacuación de extranjeros y afganos en peligro despegó del aeropuerto de Kabul el lunes poco antes de medianoche

Los talibanes celebraron este martes con disparos al aire y discursos conciliadores el retiro total de Estados Unidos de Afganistán y el regreso al poder después de dos décadas de guerra devastadora.

El último contingente de soldados estadounidenses que controlaba la desesperada evacuación de extranjeros y afganos en peligro despegó del aeropuerto de Kabul el lunes poco antes de medianoche, culminando una retirada que dañó la imagen de Estados Unidos como superpotencia.

Combatientes talibanes se dirigieron rápidamente al aeropuerto, el último rincón de Kabul que escapaba a su poder, y dispararon sus armas hacia el cielo para celebrar la victoria dos décadas después de ser apartados del poder por Estados Unidos al frente de una coalición internacional.

“Felicitaciones a Afganistán (…) Esta victoria nos pertenece a todos”, declaró Zabihullah Mujahid, portavoz de los talibanes desde el aeropuerto de Kabul, controlado hasta horas antes por las fuerzas estadounidenses.

“La derrota de Estados Unidos es una gran lección para otros invasores”, agregó.

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 Pero al mismo tiempo, reafirmó la intención de los talibanes de ser más tolerantes que en su gobierno anterior.

“Queremos tener buenas relaciones con Estados Unidos y con el mundo. Damos la bienvenida a las buenas relaciones diplomáticas con todos”, expresó Mujahid.

El movimiento islamista hereda un país devastado a pesar de los miles de millones invertidos por Estados Unidos en su reconstrucción, y enfrentado a una pobreza extrema, la sequía y la amenaza yihadista del Estado Islámico (EI).

Además, los nuevos gobernantes deberán confrontar los recelos de parte de la población, que teme un nuevo régimen fundamentalista como el impuesto entre 1996 y 2001, tristemente célebre por su trato a las mujeres, la prohibición de libertades básicas y la brutalidad de su sistema judicial.

Difícil evacuación

Más de 123,000 personas, entre ellas un gran número de afganos que temían represalias de los talibanes por haber colaborado con países extranjeros, escaparon en el puente aéreo habilitado desde el 14 de agosto en el aeropuerto de Kabul.

La retirada llega poco antes del plazo máximo del 31 de agosto impuesto por el presidente Joe Biden para concluir la guerra más larga de su historia, que costó la vida a más de 2,400 estadounidenses.

Las últimas 13 bajas se registraron el jueves, cuando un atacante suicida hizo estallar una bomba en la puerta del aeropuerto, un ataque reivindicado por la rama regional del EI que causó la muerte de más de cien personas.

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Duramente criticado por su gestión de la retirada, Biden anunció que ofrecería un discurso a la nación el martes desde Washington.

“No podemos luchar en guerras interminables, pero el alcance y las consecuencias del fracaso de Biden son abrumadoras”, le recriminó el senador republicano Rick Scott.

Desde el gobierno, el secretario de Estado Antony Blinken se limitó a lanzar un aviso a los talibanes.

“Cualquier legitimidad y apoyo (al nuevo régimen) debe ganarse”, afirmó Blinken, quien anunció el traslado de su personal diplomático en Kabul a Catar.

En la capital afgana, el portavoz talibán Zabihullah Mujahid celebró que Afganistán había “alcanzado la independencia completa”. Uno de los principales dirigentes talibanes, Anas Haqqani, dijo en Twitter que habían “hecho historia”.

LA PRENSA / AFP.

Incertidumbres sobre los talibanes

La atención se enfoca ahora en la gestión que harán los talibanes estos primeros días como única autoridad en el país, y en si permitirán o no salir a los extranjeros y afganos bajo protección occidental.

Blinken admitió que algunos estadounidenses no pudieron ser evacuados, “menos de 200” y probablemente cerca del centenar.

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Además, tanto Washington como sus aliados reconocieron que el fin de la evacuación había dejado atrás a numerosos afganos que trabajaban con el gobierno derrotado por los talibanes o con las potencias extranjeras.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó el lunes una resolución requiriendo a los talibanes un pasaje seguro para estas personas y acceso para la ONU y otras agencias de ayuda.

En cambio, sus miembros no se pusieron de acuerdo para pedir una “zona segura” en Kabul, como defendía el presidente francés Emmanuel Macron.

Los talibanes pidieron a Turquía hacerse cargo de la logística del aeropuerto mientras ellos mantenían la seguridad, pero el presidente Recep Tayyip Erdogan no ha aceptado la oferta.

Tampoco está claro qué aerolíneas estarían dispuestas a volar a Kabul.

Posibles muertes civiles

El Estado Islámico del Khorasan (EI-K) había puesto en peligro la recta final de la retirada, especialmente tras el devastador ataque suicida de la semana pasada.

El lunes también reivindicó el lanzamiento de seis cohetes contra el aeropuerto que, según un responsable talibán, fueron interceptados por el sistema de defensa antimisiles.

Según el Pentágono, el domingo frustraron un atentado con coche bomba del EI-K nuevamente contra la terminal aérea, destruyendo con un dron el vehículo que tenían preparado cargado de explosivos.

Este ataque aéreo puede constituir el epílogo de la larga lista de tragedias con muertes civiles que han manchado las dos décadas de intervención estadounidense y les han hecho perder apoyo local.

Miembros de una familia en Kabul aseguraron a la AFP que se cometió un error fatal y mataron a diez civiles.

“Mi hermano y sus cuatro hijos murieron. Yo he perdido a mi hija pequeña, sobrinos y sobrinas”, dijo desconsolado Aimal Ahmadi.

Internacionales Afganistán Estados Unidos talibanes archivo

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