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CONTENIDO EXCLUSIVO.Ignorantes, celosos, entrometidos, una maldición y acusándolos de querer boicotear las elecciones presidenciales de noviembre próximo, así se refiere el régimen de Ortega Murillo a Estados Unidos, España y Costa Rica, a pesar de que por años este Gobierno se ha beneficiado de sus relaciones comerciales con estos países, que representan fuentes de ingresos importantes para la economía nacional y son los principales destinos de nicaragüenses que deciden emigrar. ¿Qué podría perder Nicaragua si desaparecen estos vínculos?
El pasado sábado 14 de agosto, el régimen envió una carta dirigida a la Administración de Carlos Alvarado, presidente de Costa Rica, donde acusaba al vecino del sur de “intromisión” en los asuntos internos de Nicaragua. También los tildó de poseer un “notorio afán de mostrarse superiores y de menoscabar a sus semejantes como si de súbditos se tratara”.
En la misiva también se les acusaba de “envidias y expresiones de celos históricos, se agrega hoy la creación de organismos de membrete con los que se agitan y buscan apantallar, reclamando en otros, lo que ellos mismos no conceden a su pueblo”.
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Antes, el martes 10 de agosto, la vicepresidenta designada y vocera del régimen, Rosario Murillo, sorprendió a la nación al arremeter contra el Gobierno de España durante su acostumbrada intervención de mediodía en los medios de propaganda de la dictadura.
La respuesta de Murillo se dio luego que España refirió el lunes que el Estado nicaragüense debía dotar de forma urgente de una autoridad electoral independiente, imparcial y no controlada por el partido gobernante al actual proceso electoral.
“El día de ayer (lunes) circuló una insultante, ofensiva y mentirosa nota de la Cancillería de España a la que estamos dando respuesta. La verdad os hará libre. El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional lamenta y condena la inadmisible intromisión del Gobierno de España en los asuntos internos que solo corresponde a nuestro país y pueblo”, dijo Murillo en su momento.
También señaló que seguirán “denunciando la cínica y continua intromisión, injerencia, intervención en nuestros asuntos propios de gobiernos, que se dicen democrático, impropios de regímenes que incumplen continuamente los derechos de sus pueblos a la autonomía o procesos autonómicos de independencia”. Y agregó: “Tanta falacia, encubrimiento, mentiras, delitos, crímenes de odio y lesa humanidad, que no confiesan, pero que todo el mundo conoce y condena”.
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Y no hay que olvidar cuando Ortega tildó a Estados Unidos de ser una “maldición”, siendo este su principal socio comercial; por ejemplo, desde 2007 hasta 2020, el 35.7 por ciento de los ingresos por las exportaciones provinieron del país norteamericano.
“El imperio yankee es una maldición para la humanidad. El imperio es un hijo del demonio, de las cavernas, de la maldad; se ensaña en los pueblos del mundo y se ensaña en su propio pueblo, aún en la población blanca”, dijo Ortega durante un acto partidario realizado el miércoles 23 de junio.
Pero eso no fue suficiente, el pasado domingo 25 de julio Ortega volvió a arremeter contra Estados Unidos, esta vez acusándolo de querer “boicotear” las elecciones presidenciales del 7 de noviembre, según él, al “sembrar nuevamente el terrorismo en nuestro país”.
“Los yanquis no respetan, para ellos las elecciones valen solamente cuando ganan sus peleles, o sea los que ellos ponen como candidatos. Si ganan, las elecciones son buenas; si no ganan sus peleles, entonces la elección no es buena y hacen todo lo posible por desestabilizar el país, por destruir el país, como lo han hecho con Cuba, Venezuela, Bolivia, Brasil”, señaló en un discurso tras acudir a la jornada de Verificación Ciudadana.
Todas estas declaraciones se dan en un contexto en que la comunidad internacional demanda al régimen Ortega Murillo que cese sus acciones represivas en contra de precandidatos presidenciales, opositores a su Administración y partidos políticos; acciones que se han arreciado en las últimas semanas, de cara a las elecciones presidenciales.
A pesar de las palabras de Ortega, estos países siguen siendo importantes socios comerciales para Nicaragua, mercados de donde dependen las remesas, exportaciones, cooperación e Inversión Extranjera Directa (IED), ingresos que a lo largo de los años han sido fundamentales para el crecimiento económico del país.
1. Las remesas
En el caso de las remesas, cuando Ortega llegó al poder en 2007, estas totalizaron 739.6 millones de dólares y solo en 2020 esta cifra ascendió a 1,851.4 millones, según datos del Banco Central de Nicaragua (BCN).
Del total del año pasado, 1,111.2 millones corresponden solo a los envíos desde Estados Unidos, 271.5 millones a los efectuados en España y 131.5 millones de dólares provienen de Costa Rica. Es decir que el 80 por ciento de los flujos de remesas vienen de esos tres países con los que Ortega está en disputa y basta con una medida que sancione ese “salvavidas” para que la economía se tambalee en cuestión de meses.
Las remesas han sido fundamentales para la reducción de la pobreza y mantener el consumo. Entre el 2018 y 2020, incluso en el 2021, las remesas no han dejado de crecer y han sido claves para evitar un desplome de la economía a medida que en los últimos tres años de recesión ha aumentado el desempleo, reducido el consumo y elevado la pobreza.
De hecho desde el 2016 (año que desglosa el Banco Central de Nicaragua) hasta el año pasado las remesas provenientes del país norteamericano hacia Nicaragua ascendieron a 4,326.7 millones de dólares. Por otro lado, solo en el primer semestre de este año, la cifra se ubicó en 644.7 millones.
En el caso de España, en el quinquenio de referencia han llegado al país 910.2 millones de dólares de esa nación, que ha exhibido significativo crecimiento. En tanto, los datos también indican que entre enero y junio de 2021 se han enviado un total de 152.8 millones.
En el caso de Costa Rica, en los últimos cinco años las remesas sumaron 1,420.4 millones de dólares, teniendo su pico más alto en 2019 (306.5 millones). De hecho, en los primeros seis meses de este año los envíos totalizaron 131.5 millones.
Sin dudas, las remesas representan una importante fuente de ingresos para el país. Economistas consultados por LA PRENSA han explicado que estas han sido fundamentales para reducir la pobreza durante el periodo de gobierno de Ortega, así como para dinamizar la demanda interna, lo que impacta en la recaudación fiscal y las actividades económicas claves en la medición del PIB.
El economista y sociólogo, Óscar René Vargas, explicó que estas transacciones representan “aproximadamente el 17 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Nicaragua” y que de Estados Unidos, España y Costa Rica provienen, en promedio, el 90 por ciento del total de las remesas.
Por lo que, el no contar con ellas perjudicaría en gran medida a los nicaragüenses que han experimentado el deterioro de su poder adquisitivo, tras tres años de recesión económica. El dinero que reciben estas personas lo utilizan, por ejemplo, para comprar alimentos de la canasta básica, que hasta julio rondaba los 15,266.04 córdobas, según el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide).
Pese al riesgo que pueda representar el fuerte vínculo económico de Nicaragua con esas tres economías, Vargas no cree posible que estos países establezcan restricciones a las remesas que se envían desde sus territorios hacia Nicaragua, como sucedió con Estados Unidos hacia Cuba.
A finales del año pasado, el expresidente estadounidense, Donald Trump, prohibió el envío de remesas hacia la isla, con la excusa de que estas ayudaban a financiar a los militares, por lo que más de 400 oficinas de Western Union tuvieron que cerrar. Una medida que agudizó el ahogo económico que actualmente experimenta Cuba y que ha impactado negativamente el nivel de vida de sus habitantes.
“No creo que vayan a utilizar el tema de las remesas, porque en Cuba es un problema de muchos años, tiene otras características que no se aplican aquí. Las remesas representan, aproximadamente, el 17 por ciento del PIB de Nicaragua y sería un golpe fuerte porque son, aproximadamente, 800 mil familias las que reciben estos envíos, pero no veo que sea un instrumento que vayan a aplicar esos países”, recalcó.
2. Comercio
Otra fuente de ingreso fundamental para la economía de Nicaragua son las exportaciones procedentes de esas economías. Las estadísticas del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex) señalan que en 2020 Nicaragua recibió por exportaciones tradicionales un total de 2,952.06 millones de dólares. Durante ese año, Estados Unidos pagó 1,402.07 millones de dólares por los productos nicaragüenses. En el caso de España, la cifra totalizó 15.17 millones y Costa Rica desembolsó 132.21 millones de dólares.
El Cetrex también indica que en los últimos cinco años, el valor más alto generado por las exportaciones hacia España fue en 2019, cuando se facturaron 23.25 millones de dólares. Y en el caso de Costa Rica, fue en 2017 (137.32 millones).
En Europa, el mercado español es clave para el país porque es la puerta para Europa y en Centroamérica, el mercado costarricense es el segundo comprador más importante de productos nicaragüenses después de El Salvador.
Solo en este año, entre enero y julio se generaron 2,171 millones de dólares en ingresos por exportaciones. Estados Unidos continúa ubicándose como el principal destino, con 1,035.40 millones de dólares. En tanto, España pagó 7.86 millones y Costa Rica, 90.69 millones de dólares.
Al respecto, Vargas sostuvo que aproximadamente “el 50 por ciento del comercio exterior de Nicaragua está en esos tres países y romper vínculos con ellos significaría una crisis económica importante para el país”.
“No habría cómo buscar alternativas dónde colocar los productos, por ejemplo, el principal importador de carne de Nicaragua es Estados Unidos. Todo esto tendría repercusiones, no solamente en el volumen de dinero que se reciben de los ingresos, sino también en el empleo”, expresó.
Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de zona franca. Más del 90 por ciento de los productos que vende este régimen arancelario especial se envían al mayor mercado del mundo y esto permite la generación en Nicaragua de más de 120 mil empleos.
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Una medida encaminada a sancionar el comercio entre Nicaragua y dichos socios comerciales sería devastador. “Esos serían los dos factores más importantes, caídas de los ingresos y pérdida de los empleos. Eso implica que tendría consecuencias negativas como una disminución del PIB, del mercado interno, es decir, del consumo interno. Asimismo, se incrementaría la pobreza por la falta de trabajo, etcétera. Sería algo catastrófico para el país”, enfatizó.
“Pero no creo que sea el instrumento que vayan a utilizar esos países, sería un instrumento político de última posibilidad. No lo veo en el escenario inmediato, ni a mediano plazo”, concluyó.
No obstante, cabe mencionar que en Estados Unidos en el Congreso avanza el proceso de aprobación de la Ley Renacer, que incluye entre sus cláusulas revisar la participación de Nicaragua dentro del DR-Cafta, el principal soporte de las exportaciones locales y que permite a los empresarios vender en ese país libres de aranceles que los hace competitivos.
3. Fuente de inversión
También estos países son fuentes clave de inversión para Nicaragua, aunque por ahora estos flujos en general se encuentran paralizados como consecuencia de tres años de aumento de la incertidumbre por la represión estatal.
Pero los números actualizados hasta el 2016 revelaban, según la Agencia de Promoción de la Inversiones de Nicaragua, que en ese año ingresaron 1,442.01 millones de dólares, de ese monto el 9 por ciento venía de España, el 13 por ciento de Estados Unidos y el 4 por ciento de Costa Rica.
A nivel de Centroamérica, en ese año solo Panamá superaba a Costa Rica con una participación del 22 por ciento del total, le seguía Estados Unidos. Y en el caso de España era el principal de Europa, aunque cabe mencionar que desde ese año a la fecha varias inversiones españolas han salido de Nicaragua.
4. Destino clave de migración
Tres años de recesión económica, una crisis sociopolítica, una sanitaria y la continua represión que ha estado ejerciendo el régimen de Ortega Murillo con el fin de mantenerse en el poder, ha impulsado a los nicaragüenses a migrar en busca de mejores condiciones de vida y oportunidades laborales.
Según el sitio web, Datos Macro, hasta el 2019 Nicaragua tenía 682,865 emigrantes, es decir un 10.46 por ciento de la población total.
En ese periodo, el principal destino fue Estados Unidos, con 302,845 emigrantes nicaragüenses, que representa el 44.35 por ciento del total. Seguido por Costa Rica, con 296,541 emigrantes (43.43 por ciento). Asimismo, España se ubicó con 25,969 (3.80 por ciento).