La ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, Arancha González Laya, respondió a la frenética carta que le envió el régimen de Daniel Ortega a través del Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua, y dijo que “existe un clamor en la comunidad internacional”, en referencia a la agudización de la crisis sociopolítica y de derechos humanos con las recientes detenciones de cinco precandidatos presidenciales, opositores, periodistas y banqueros en Nicaragua.
Este lunes 28 de junio, González participó en Roma en una reunión de la coalición global contra el Estado Islámico (EI) y al ser consultada por la agencia internacional Efe, sobre la carta de protesta presentada por el canciller Denis Moncada, en la que tilda a la canciller española de “delirante trasnochada mandamás”, aseveró que “los problemas en Nicaragua no son de orden de telegramas o misivas. Hay un serio problema de respeto de derechos humanos y de organización de un proceso electoral libre, transparente y democrático”.
Lea además: Expertos critican lenguaje y tono del régimen contra canciller española y advierten posibles consecuencias
La canciller española insistió en que “esto no lo dice solo España, esto es un clamor en la comunidad internacional” y añadió que “lo dice desde Estados Unidos hasta México y Argentina, lo dicen los países centroamericanos, lo está diciendo la Unión Europea y por supuesto que lo está diciendo España y lo dice porque lo dicen los ciudadanos nicaragüenses”.
Reitera el apoyo de España a los nicaragüenses
Enseguida la ministra del país europeo afirmó que España continuará apoyando a los nicaragüenses. “Siempre y en todo caso va a apoyar a la ciudadanía nicaragüense en su búsqueda por un respeto por los derechos humanos y en su búsqueda por unas elecciones libres, transparentes y democráticas”, remarcó.
Le puede interesar: España le dice a Ortega que «intromisión» no se «puede utilizar como excusa» para ocultar violaciones de derechos humanos
De tal forma que González aseveró que ahora lo que se debe hacer es estar pendiente a lo que hará el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua. “La cuestión ahora es qué va a hacer el Gobierno nicaragüense, qué va a hacer el presidente Ortega para responder a este clamor que es nacional e internacional, si va a liberar a los presos políticos, si va a cesar la represión y si se van a dar unas condiciones libres y transparentes”, indicó.
La canciller española insistió en que la respuesta a la pregunta anterior “está en Managua, no está en Madrid ni está en Washington, ni está en Ciudad de México ni en Buenos Aires. Está en Managua y la estamos esperando todos con gran interés”, concluyó.
Advierten de posibles consecuencias
La furibunda carta de reclamo por parte del régimen orteguista ha sido estudiada por analistas internacionales consultados por LA PRENSA quienes manifestaron que las autoridades nicaragüenses “han perdido la noción de lo que es la diplomacia” al caer en un lenguaje “irrespetuoso y sarcástico”, y por tanto, a su criterio, “un documento así no debió nunca ni siquiera haber sido redactado, y mucho menos enviado”, por lo que no descartan que traerá posibles consecuencias para el régimen.
A juicio de Alberto Cortés, politólogo de la UCR, la carta a la canciller española “solo profundizará su aislamiento internacional y es evidencia de la falta de reconocimiento de la situación en la que se encuentran”. Además que “esa carta pareciera ser hecha por la propia vicepresidenta de la República (Rosario Murillo). Tiene todas las señales de forma, de mal uso de las mayúsculas, del tipo de jerga que ella utiliza y la capacidad de insulto es también propio de ella”.
Por su parte, Eddy Acevedo, exasesor de política exterior de la excongresista Ileana Ros-Lehtinen y asesor sénior del Woodrow Wilson Center, advirtió que Estados Unidos continuará trabajando con los países aliados y la Unión Europea para lograr una respuesta internacional. “Le van a caer más sanciones, que se extenderán a círculos más amplios de allegados y cómplices”, declaró a LA PRENSA, aclarando que la verdadera amenaza para los ciudadanos no es la comunidad internacional, sino el régimen mismo.