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CONTENIDO EXCLUSIVO.La ola sostenida de represión que ha desatado la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en contra de la oposición, organizaciones de la sociedad civil, periodistas, organizaciones no gubernamentales y prácticamente cualquier nicaragüense que piense diferente al orteguismo, hace temer a los analistas que el régimen ya superó en capacidad de represión y violaciones a los derechos humanos a la dictadura de Somoza, contra la que el Frente Sandinista combatió y derrocó en 1979.
Coinciden en que Ortega ya es peor que el somocismo en su conjunto. Para el periodista Luis Sánchez Sancho, los niveles de persecución de la actualidad ya superaron a los de tiempos de la dinastía familiar somocista. “Fui perseguido por la dictadura de Somoza, por lo menos en tres ocasiones y jamás, pero jamás allanaron ni la casa de mis padres, de mi hermana, mi esposa o quien fuera. Nunca hicieron eso para capturarme”, señala Sánchez, haciendo referencia a los recientes allanamientos en contra de opositores.
No está claro quiénes asaltaron la vivienda del escritor Humberto Belli quien está exiliado en Estados Unidos. Luego de un allanamiento policial a su casa, esta fue barrida por 10 hombres encapuchados en presencia de la esposa e hija del exministro de Educación. “El nivel de violencia e irracionalidad de estos últimos días me recuerda los últimos días de la dictadura somocista”, dijo Gioconda Belli, horas después de denunciar el asalto a la vivienda de su hermano.
La Policía orteguista hasta ayer no se había pronunciado sobre este asalto en una zona exclusiva de Managua. “Infundir terror es el modus operandi de las dictaduras. La ciudadanía está indefensa en #Nicaragua. Solidaridad con el pueblo nicaragüense”, denunció en Twitter, Laura Martínez-Belli, sobrina de Belli, al denunciar el robo en la casa del exministro.
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Por otra parte, Sánchez recuerda que por lo general durante los primeros años el somocismo reprimía como una reacción contra los movimientos de insurrección y contra los complots para asesinar a Somoza García. Además, hace la diferencia de que para finales de la década de los 70 lo que había en Nicaragua era una guerra. “El mismo Rafael Solís acepta que en aquel tiempo ellos disparaban a matar a la guardia y la guardia a matar contra ellos”, comenta.
En cambio, desde 2018 Ortega ha respondido con fusiles de guerra en contra de civiles desarmados que en su mayoría eran estudiantes, trabajadores y campesinos. Además ha retomado sus tácticas de los años ochenta, de confiscar bienes privados y fabricar delitos contra sus adversarios.
A diferencia de Somoza, Daniel Ortega es señalado por organismos de derechos humanos por crímenes de lesa humanidad, por el asesinato de más de 328 nicaragüenses desde las revueltas estalladas en abril del 2018. Además ha respondido al sector privado, que le critica, con paquetes económicas severos y mayor control de los flujos externos.
Diferencias ideológicas
La represión contra la oposición es algo transversal y que de alguna manera “une” a las dictaduras tanto de izquierda como de derecha. Ambas reprimen, pero hay ciertas diferencias.
Por un lado la izquierda tiene una concepción más ideológica y una doctrina sobre el poder, mientras que los regímenes autoritarios de derecha pueden tener mucho o poco tiempo de duración, pero en su mayoría no buscan eternizarse en el poder. Mientras que para las dictaduras de izquierda el fin y concepto de todo es mantenerse en el poder para siempre.
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“Cuando la dictadura de izquierda toma el poder, ahí se acabaron los cambios de gobierno. Por lo general los métodos de represión de las dictaduras de izquierda son más duros”, advierte Sánchez.
Voces disidentes del sandinismo también han señalado a Ortega de convertirse en un dictador, peor que Somoza. Dora María Téllez (hoy presa política de la dictadura) y Mónica Baltodano han señalado que Ortega ya superó a Somoza en sus ansias de poder, venganza y el daño que ha hecho al país y a su población.
El escritor Sergio Ramírez, igualmente recuerda la persecución en tiempos de Somoza García y Somoza Debayle, y manifiesta que Ortega ha elevado el nivel en todos los sentidos.
Se parece al modelo de Corea del Norte
El sociólogo y economista, Óscar René Vargas, asegura que es difícil diferenciar una represión de otra, porque los métodos se parecen e igual señala como similitud que tanto Somoza como Ortega subían los niveles de los ataques a la oposición cuando se sentían amenazados.
“Ortega se siente acosado y está debilitado. Somoza también cuando se sentía debilitado reprimía más. La respuesta es la represión indiscriminada. Ortega reprime a personas de todos los niveles, inventa cargos y para eso hizo esas leyes para tener entre comillas una base jurídica”, apunta Vargas.
Sánchez, por su parte asegura que el modelo de represión de Ortega es peor y se parece al modelo de Corea del Norte, en tanto que los ataques, castigos y violaciones a los derechos humanos no van dirigidos únicamente al sujeto perseguido, sino que también son trasladados a las familias, amigos y cercanos.
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“Incluso la represión va en contra de gente que nunca se ha metido en política. Como Luis Rivas, que es un banquero y se le ha criticado y señalado de que son indiferentes”, dice Sánchez, quien además apunta otra razón por la que Ortega ya superó al anterior dictador. El tiempo en el poder.
“Globalmente Ortega ya superó al somocismo. Como régimen autoritario y como dictadura, si sumamos los 10 años de la década de los 80 más los casi 16 años de ahora e incluso el periodo de gobernar desde abajo, ya superó por mucho a los tres somozas”, menciona Sánchez.
Vargas opina que esta escalada de represión es una “cortina de humo” para que no se note que el régimen está cerca de “implosionar en sus propias bases”. Según la teoría del sociólogo puede ocurrir lo mismo que pasó con el somocismo que desde dentro comenzó a caerse.
“Ortega es una copia de Somoza. Los pilares, por decir así, pueden romper con Ortega. La pregunta es si habrá una implosión al interior del Ejército, eso es por poner un ejemplo”, sostiene.