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La detección de múltiples variantes en una persona podría ser el resultado de la coinfección por diferentes variantes, o la generación de mutaciones en el paciente después de la infección inicial. LA PRENSA/Getty Images

Estas son las variantes del Covid-19 más contagiosas que acechan a Nicaragua, así como el hongo negro

Costa Rica, Panamá y Belice registran las variables de preocupación, mientras que los sistemas de salud de Guatemala, Honduras y El Salvador mantienen vigilancia genómica. El Ministerio de Salud aún no informa cuál es la situación en Nicaragua

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Variantes de Covid-19, que están generando dolores de cabeza en los países industrializados por la mayor capacidad de propagación de estas en la población, están cada vez más cerca de Nicaragua, situación que empeora porque hasta la fecha es el único país que no ha iniciado la vigilancia genómica para detectar variantes del SARS-COV-2 y el contexto epidémico nacional favorece a la aparición de las mismas, explican especialistas del Comité Científico Multidisciplinario (CCM).

En la región, Panamá es el país que ha identificado las cuatro variantes de preocupación; Costa Rica ha detectado tres y Belice, una. Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua son los que hasta el momento no han informado sobre estas, aunque los sistemas de salud de estos tres primeros países ya comenzaron la vigilancia genómica. A nivel mundial estas variantes han sido identificadas como Beta, Alfa, Gamma y Delta, esta última la más contagiosa.

Panamá y Costa Rica son dos destinos de origen de viajeros importantes para Nicaragua. En el primero se han aumentado los viajes y el segundo mantiene abiertas sus fronteras, que es por donde llegan más visitantes, a los que el país continúa pidiendo pruebas negativas de Covid-19, al igual que el resto de naciones.  En Honduras, si bien no se han identificado nuevas variantes, ese gobierno informó a inicios de este mes un caso de hongo negro, otro mal que se está propagando en el mundo.

A diferencia de los seis países centroamericanos, el Ministerio de Salud (Minsa) nicaragüense, a 15 meses de que se estableció la pandemia en el país, no ha desarrollado una vigilancia ni seguimiento epidemiológico del Covid-19, y por el contrario, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo mantiene el férreo secretismo de la situación con la población, gremio médico y hasta con los organismos internacionales. Todo esto propicia que las variantes se movilicen libremente y hagan estragos en el sistema sanitario, apunta el CCM.

“Lo que se hace en otros países, incluyendo Centroamérica, es que se está muestreando. Por ejemplo, Reino Unido tiene un alto nivel de secuenciar el genoma del virus para tratar de ver las mutaciones que se están generando, si son más contagiosas o mortales, pero en Nicaragua no es posible, es especulativo todo, aquí no se sabe cuál es la situación, si hay una variante o no”, lamentó el grupo multidisciplinario.

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El Minsa brinda a cuentagotas la información sobre el comportamiento del Covid-19 en el país y a través de un reporte semanal indica solo los nuevos casos de contagio, pacientes recuperados y las muertes, cifra que se mantiene congelada en 1 por semana, desde hace más de ocho meses. “Es imposible con esa información establecer que estén circulando nuevas variantes en el país”, manifiesta el Comité.

Incertidumbre en el país

Aunque la dictadura Ortega-Murillo ha puesto un candado al acceso a la información pública, el gremio médico nicaragüense ha señalado que hay posibilidades e indicios de que en el país ya hay circulación de alguna variante, pero es imposible conocer cuál. El relajamiento de medidas, falta de campaña informativa y el comportamiento de los últimos rebrotes que se han visto en este año son algunas señales.

“Sería muy raro que no tuviéramos variantes en el país, pero es importante que el Ministerio de Salud alerte sobre esto”, considera el CCM.

El monitoreo independiente que realiza el Observatorio Ciudadano indicó en la segunda semana de mayo que los reportes de niños hospitalizados y la “afectación severa” en los jóvenes es un indicio de la presencia de variantes en el país. “Recibir reportes de niños y niñas hospitalizados con sospechas de Covid-19, y la afectación severa entre jóvenes, es compatible con la circulación de las variantes de preocupación en el país”, señaló esta semana en su reporte el Observatorio.

Síntomas similares, pero más transmisibilidad

Las amenazas de que surjan nuevas variantes son cada vez más altas. Por ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) solo ha identificado como variantes de preocupación a Alfa (originaria de Reino Unido), Beta (de Sudáfrica), Gamma (de Brasil) y Delta (de la India) —esta última es la más contagiosa—. Además, recientemente el organismo declaró como variante de interés a la encontrada en Perú, denominada Lambda o variante andina.

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Esta se une a otras seis mutaciones de SARS-COV-2 que tiene la OMS bajo el concepto de variante de interés, que es cuando se confirma la transmisión comunitaria por esta cepa y debe ser investigada para medir el impacto en los países donde se presenta.

Informes periodísticos apuntan que la variante Delta ha sido detectada en al menos 74 países. Según el medio BBC, en Reino Unido ya se estableció como la variante dominante y ahora representa el 90 por ciento de los casos de Covid en ese país.

Explicaciones de especialistas que cita ese medio de comunicación señalan que los síntomas que provoca la variante Delta se pueden confundir con una gripe común, y aunque el paciente no puede resultar grave, sí puede ser más contagioso.

Los síntomas que ha reportado Reino Unido son: dolor de cabeza, dolor de garganta y secreción nasal. Los síntomas clásicos de Covid-19: tos, fiebre y pérdida de olfato o gusto, ahora son menos comunes, aunque persiste la fiebre.

“El problema de estas variantes es que en la medida que se vaya modificando la misma, esto te puede, primero, alterar la presentación de la enfermedad. Hasta el momento las características clínicas son similares al virus original, no estamos observando cambios importantes. Segundo, sí es mucho más transmisible y eso es un peligro, porque es más difícil parar la epidemia. Tercero, se va haciendo más dominante, en algunos países la mayoría de la epidemia está determinada por una variante específica, y cuarto, pone en peligro las vacunas, porque va a llegar un momento en que no serán efectivas si siguen haciendo cambios”, explica el Comité Científico Multidisciplinario de Nicaragua.

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El Centro Nacional de Diagnóstico y Referencia (CNDR), conocido como Conchita Palacios, es el encargado de realizar el tamizaje para detectar las variantes. Este se apoya en los laboratorios de la red regional de vigilancia de la OPS. Pero hasta la fecha aún no han comenzado a remitir las pruebas. LA PRENSA/WILMER LÓPEZ

¿Qué se debe hacer?

El grupo multidisciplinario nicaragüense plantea que el Ministerio de Salud debe establecer una trazabilidad, muestreo masivo, medidas con la finalidad al contagio, sobre todo de aquellas variantes que pueden ser un riesgo mayor de contagiosidad y mortalidad.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) donó en mayo equipo para que el sistema sanitario del país realice tamizaje molecular y así detectar las variantes. Hasta la fecha, el Minsa no ha comenzado a hacer dicho análisis ni tener una vigilancia genómica y epidemiológica adecuada, según lo expuesto por el organismo en la conferencia  de prensa del 16 de junio.

“Hemos sido informados que el país está finalizando el método y los procedimientos para la selección de las muestras y en corto plazo estará implementada la vigilancia para detectar las variantes. Por lo tanto, se espera que en las próximas semanas, Nicaragua pueda remitir las muestras que sean altamente sospechosas de contener variantes a uno de los siete laboratorios de referencia que forman parte de la red regional de vigilancia genómica que facilita la OPS”, dijo uno de los funcionarios de la OPS el 16 de junio.

El CCM enfatiza que la vigilancia epidemiológica del Minsa debe incluir vigilancia a los síntomas de los que están enfermando, analizar las razones de por qué mueren las personas y el comportamiento social de la población frente a la epidemia.

“Se vigila porque ya con las variantes dentro del país te puede complejizar el asunto y producir mucho mayor cantidad de casos (…) Cualquiera de las variantes puede reproducir un rebrote, es difícil saberlo si no se hace un muestreo genómico, es mandatorio que se haga de parte del Ministerio y que publique esta información, saber dónde están estos focos de infección y evitar la diseminación de estas cepas que son más contagiosas y pueden ser más letales”, declara el CCM.

Más amenazas

Por si esto fuera poco, la mucormicosis  o el hongo negro es otra de las afectaciones que atemorizan a la región de las Américas, ya que hay reportes de que se ha identificado en Estados Unidos, Brasil, México, Paraguay y Uruguay, anunció a inicios de junio la OPS.

El 7 de junio, Honduras confirmó el primer caso de hongo negro en un paciente recuperado de Covid-19 en el país, lo que sería el primero en Centroamérica en detectar esta enfermedad. Esta enfermedad es una “infección fúngica rara y peligrosa que ataca agresivamente la nariz, los ojos y, algunas veces, el cerebro de los seres humanos”, explicó el sistema de salud hondureño.

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Esos hongos están presentes en el suelo, las plantas, el estiércol, las frutas y verduras en estado de descomposición. No es una enfermedad contagiosa ni la produce el Covid-19, pero sí los pacientes de coronavirus son vulnerables a este padecimiento, así como las personas diabéticas o las que tienen historia de cáncer o trasplante de órganos.

Por ahora, el Minsa tampoco se ha referido a esta enfermedad, pese a que la diabetes es una de las enfermedades crónicas que más padecen los nicaragüenses. “Una limitante en el país es la carencia de datos del Minsa que nos diga o avise a los médicos, sector público y privado, qué enfermedades están circulando, cuál es la característica, a qué son resistentes o su comportamiento, de tal manera que podamos diagnosticarlo, porque si no, nos pasa enfrente y no nos damos cuenta”, manifiesta el CCM.

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