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Juegos electorales: la prueba de fuego de CxL

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Juegos electorales

Hay dos formas de ver las próximas elecciones desde la oposición. O como parte de una estrategia para enfrentar la dictadura o como una repartición cuatrianual de cargos públicos. La primera perspectiva, exige la unidad para, espalda con espalda, defenderse unos a otros y llevar, tanto como se pueda, a Daniel Ortega a un terreno que le resulta hostil: la democracia. El propósito es derrotarlo o hacerlo cometer errores que le quiten la legitimidad que todavía la comunidad internacional le otorga. La segunda implica participar en un juego donde Ortega pone las reglas y distribuye a su conveniencia los resultados finales. Los jugadores son escogidos entre aquellos que aceptan no disputarle el poder. Aquí la desunión es requisito. Quien incumple es eliminado. ¿Cuál juego se juega?

Paramilitares

A veces se nos olvidan que quienes dictan fallos y sentencias son de los mismos que apedrean protestas, que asedian opositores, que ejecutan campañas de desprestigio o que empuñan un fusil Aka o Dragunov para disparar contra ciudadanos desarmados. A su decir, son diferentes “trincheras” para defender lo mismo: la dictadura. Un día pueden estar encapuchados en una caravana de camionetas y al siguiente en un tribunal con toga y mazo condenando inocentes. Y esto ni siquiera es metáfora. Hay más de una foto de algún juez presumiendo el arma de guerra que usa para atacar opositores.

Por el olote

Mi amigo y colega Eduardo Enríquez acostumbra usar la frase “por el olote” cuando un hecho no tiene explicación que la justifique. Para quitarle la personería jurídica a un partido, inhibir a un candidato o condenar a un inocente, esta gente necesita los mismos argumentos que usan para dispararle a un grupo de muchachos que defienden un tranque con morteros y tiradoras: “por el olote”. Si el Consejo Supremo Electoral le quita la personería jurídica al PRD porque hizo alianza con grupos distintos, significa que liberales no pueden aliarse con conservadores o, más claro aún, sandinistas con contras. Ya que tienen los votos deberían integrar a sus leyes el “por el olote” como causal de castigo. Y así todo queda claro.

Guion

Cuando el calendario electoral impuso una semana para inscribir alianzas, yo pensé que el tiro le podía salir por la culata a Daniel Ortega porque el plazo fatal podía conducir más bien a que la oposición se uniera, el escenario que más teme. Sin embargo, tanto el PRD como CxL se buscaron donde sabían que no podían encontrarse. Todo sucedió como un guion. Ahora que ha eliminado la casilla posible de uno de los bloques opositores, corre el gran riesgo que todos los opositores ¡por fin! se unan porque no les dejó más alternativa, a menos que, otra vez, ya el guion esté escrito.

CxL

CxL tiene mucho que demostrar. O está en una estrategia opositora contra la dictadura que hasta puede llevarle a perder su legalidad como partido y a no participar en los juegos electorales de Ortega, o juega bajo las reglas de la dictadura, elude la unidad y recoge los premios de consolación que le asignen. Si la alternativa es la primera, que es lo que el sentido común me indica, debe bajarse de la arrogancia con que se ha manejado hasta ahora, dejar de ver su casilla como el gran tesoro a preservar y abrirse a grupos, que, aunque piensen distintos a ellos, son necesarios para derrotar a la dictadura. El tiempo dirá para dónde tirará. Quiero creer que la sensatez se impondrá.

Prueba de fuego

Es bastante probable que la cabeza de CxL caiga también bajo el hacha del régimen. Igualmente es probable que veamos al verdugo inhibiendo un candidato tras otro. Es la naturaleza de la dictadura. Esos son los riesgos de enfrentarla. Pero, si algún sentido tiene participar en estas elecciones es obligar a Daniel Ortega a que haga estas cosas que lo desnudan como el dictador que es. Un dictador con miedo. Aislado y senil. Después del 7 de noviembre la situación en Nicaragua cambiará para bien o para mal. Lo que hagan los partidos y grupos políticos determinará si tendremos una dictadura más fuerte o más débil. Es el futuro de Nicaragua el que se juega. La historia juzgará su actuación.

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