Un día como hoy, pero de 2018, nicaragüenses que estaban cansados de los abusos del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, por sexto día, salieron a marchar a las calles. En Managua se concentraron en la rotonda de Metrocentro para rechazar la violencia policial contra los universitarios, al final se convirtió en una marcha multitudinaria que se enrumbó hacia la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), donde estudiantes universitarios se mantenían en protesta contra el régimen y una noche anterior habían sido atacados por fuerzas policiales y parapoliciales.
En horas tempranas de ese día, miembros del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) habían realizado un llamado a la población para marchar, tras las protestas que habían dejado más de 30 muertes en el país. Los empresarios exigieron al régimen que para sentarse a dialogar debía cesar de inmediato la represión policial y los ataques de sus fuerzas de choque, garantizar el derecho a la libre movilización pacífica y liberar de forma inmediata a los detenidos.
El presidente Daniel Ortega mandó a publicar en la Gaceta Diario Oficial la derogación de dicha reforma, no obstante el sitio web de esta entidad estuvo caído.
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Condena internacional a represión
Este día seguían las condenas internacionales a la represión ejercida por los policías y paramilitares afines al régimen orteguista. El Centro Carter condenaba la escalada de violencia gubernamental y exhortó al Gobierno a cesar la represión contra los estudiantes que ya había causado más de 30 muertos, en su mayoría estudiantes universitarios.
Por otro lado, el informe sobre derechos humanos del Departamento de Estado de Estados Unidos destacaba asesinatos y torturas en Nicaragua, además de los obstáculos a la libertad de expresión y de prensa, incluida la intimidación, hostigamiento y amenazas contra periodistas y medios independientes por parte del régimen.
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La Iglesia católica mantenía su llamado a la paz. El obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez exponía que era necesario el cese de la represión y liberación de presos para que pudieran haber condiciones para realizar un diálogo nacional. Mientras, el sitio web de LA PRENSA sufrió ataque, que buscaba botarlo e intentaba impedir que la prensa independiente informara sobre lo que ocurría en las protestas en contra el régimen
Algunos periodistas y presentadores de programas transmitidos en medios oficialistas renunciaban a sus trabajos por no apoyar las acciones represivas del régimen. Canal 10 cayó en una autocensura por temor a represalias del régimen lo que obligó al periodista Mario Medrano a renunciar a su puesto.