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Gobierno mira leve reducción en el subempleo y el desempleo en Nicaragua, según cifras del Inide

Los datos del Inide revelan que el subempleo está golpeando más fuerte a las mujeres y en menor medida a los hombres. En el 2020 los indicadores cayeron ligeramente respecto a 2019. Economistas creen que la situación empeorará en el 2022, tras una mejora en el 2021

Tres años de recesión económica mantienen prácticamente estancada la lucha contra el subempleo en Nicaragua, lo que condena a los trabajadores a recibir salarios precarios, sin goce de prestaciones sociales y carentes de tecnificación. Al cierre del 2020, según muestran cifras del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide), el subempleo afectaba al 46.1 por ciento del mercado del trabajo, lo que significa que cinco de cada diez nicaragüenses tienen salarios paupérrimos.

Los niveles de subempleo en el 2020 seguían aún por encima de lo visto en el primer trimestre del 2018, es decir previo al estallido de la crisis sociopolítca, cuando se ubicó en 44.1 por ciento, según el reporte del Inide recién publicado en su sitio web.

El año pasado, durante dos trimestres consecutivos este indicador se deterioró comparado con lo que se tenía al primer trimestre de ese año que había logrado ubicarse en 44.8 por ciento, un nivel casi similar previo a la crisis sociopolítica. En el último trimestre del 2020 (octubre-diciembre) la tasa registró una leve reducción, dejando el subempleo casi igual que en el 2019.

Según el Inide, el subempleo se refiere a las personas ocupadas que trabajan menos de las horas establecidas por semana por causas involuntarias, y que están dispuestas a trabajar más horas. También se incluye a las personas ocupadas que, durante el período de referencia, trabajan más de las horas establecidas y ganan menos del salario mínimo. Es decir, son empleos precarios y mal remunerados.

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El sociólogo Cirilo Otero duda poco que en el 2020 se hay registrado una ligera merma en el subempleo comparado con el 2019 y que esté casi a niveles previo a la crisis del 2018, como si en Nicaragua no se ha perdido una fuerte cantidad de fuente de trabajos formales. Recuerda que desde que inició la recesión el comercio y los servicios informales, a los que el gobierno llama como Economía Creativa, han aumentado exponencialmente y estos en vez de bajar siguen creciendo.

“Cuando se hace la encuesta la muestra trae errores, por eso muchas veces los datos muestran una realidad distinta a la que observamos y mientras la economía no se recupere no va a haber oportunidad para que surjan nuevas empresas y aumente la formalidad, lamentablemente el subempleo ha sido la única alternativa que le ha quedado a muchas familias y eso va en crecimiento”, dijo Otero, aunque los números oficiales muestran un estancamiento en la tasa.

En los últimos dos años, el régimen de Daniel Ortega ha anunciado la creación de masivas plazas de trabajo de la mano de la conformación de negocios de subsistencia, en su  mayoría comiderías, ventas de productos, talleres de mueblerías, entre otros. El Gobierno los denomina Economía Creativa.

Para el economista Luis Murillo, la situación es compleja porque la informalidad no abona al crecimiento económico, porque no genera un registro para las cuentas nacionales, pero además tampoco son empresas formales, cuyos trabajadores aporten a la Seguridad Social.

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Eso sí, Murillo espera que haya una cierta reducción en el subempleo, impulsada por la creación de fuentes de trabajo por los proyectos que se vaya a impulsar con recursos externos provenientes de los bancos multilaterales.

“Creo que este año va a aumentar el empleo porque se espera un mejora en el PIB, porque los recursos que entraron al Gobierno se esperan que dinamicen un poco la economía; el problema va a ser en el 2022 cuando vengan los ajustes, ese año va a ser muy duro y lo que se logre este año posiblemente lo perdamos el próximo”, alertó Murillo.

¿Qué está pasando con el desempleo?

Además del subempleo, la encuesta señala que la tasa de desempleo en el cuarto trimestre del 2020 se ubicó en 4.8 por ciento, registrando una reducción de 0.1 puntos porcentuales en relación al cuarto trimestre de 2019, cuando fue de 4.9 por ciento y mucho menos del 5.4 por ciento que alcanzó hasta la segunda mitad del año pasado.

No obstante, las estadísticas del Banco Central de Nicaragua (BCN) muestran que desde febrero —antes que iniciara la pandemia— hasta diciembre se perdieron 19,404 afiliados al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), lo que equivale a una contracción del 2.6 por ciento.

Otro dato importante es que el desempleo afectó más a las mujeres que a los hombres, puesto que al término del 2020 este indicador alcanzó un 4.9 por ciento para las mujeres, dos puntos porcentuales más que en el 2019. Mientras que en los hombres se ubicó en 4.8 por ciento y este disminuyó tres puntos porcentuales con respecto al mismo periodo del 2019.

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Al respecto el economista Maykell Marenco manifestó que es evidente que con la pandemia se perdieron muchos empleos en manos de mujeres y que el impacto no fue propio de Nicaragua.

“Eso fue algo que ocurrió en el mundo, los primeros que perdieron su empleo fueron mujeres, eso exacerbó la brecha de género y envió a muchas mujeres a la informalidad. Según un estudio de la Cepal, fueron 13 millones de mujeres que vieron desaparecer sus empleos a causa de la pandemia en América Latina y el Caribe, lo cual fue un retroceso sin precedentes en la tasa de participación laboral”, dijo Marenco.

Managua con las peores cifras

Pero lo peor del desempleo y el subempleo está en Managua. Según la encuesta oficial, el desempleo en Managua hasta diciembre del año pasado se ubicó en 7.6 por ciento, inferior 0.1 puntos porcentuales con respecto al término de 2019 y muy por encima de la media nacional (4.8 por ciento).

En tanto, la informalidad o subempleo afectó al 45.7 por ciento de la población asentada en Managua. Esta tasa de cierre, no obstante, es menor comparada con el segundo trimestre del año pasado, en plena pandemia, cuando se ubicó en 50.6 por ciento.

A nivel nacional las mayores tasas de desempleo e informalidad están en la zona urbana y en menor medida en la zona rural, según las cifras oficiales.

Al respecto, Otero explica que esto se debe a que es en la ciudad donde se concentra el empleo, sobre todo en Managua. “En Managua se concentra la mayor parte del empleo y cuando todo está focalizado en un punto, cuando se da una afectación el impacto es mayor, es catastrófico”, comentó.

Economía Desempleo Inide subempleo archivo

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