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CONTENIDO EXCLUSIVO.Al menos en Nicaragua, entre más discreto es el equipo, más mánagers ha tenido. Y eso, usualmente, tiene que ver con dos factores: la ausencia de un plan, y dos, un nivel de expectativas que por lo general no es realista.
Por ejemplo, Madriz tendrá como mánager a Melvin Castañeda. Será el cuarto timonel en los recientes tres torneos: Bayardo Molina, Ramiro Toruño y Leivi Valenzuela, lo antecedieron.
Y sucede lo mismo con los equipos de Boaco, Río San Juan, Zelaya Central y hasta Chontales, entre otros. Difícilmente repiten mánager. Da la impresión que buscan suerte.
Y lo peor es que casi siempre quedan frustrados y es el mánager quien paga por ese nuevo fracaso aunque el personal a su cargo sea discreto y además está mal preparado porque cada timonel tiene su propio sistema.
Cuando no se dispone de un plan, entonces se juega a lo que salga. Y eso es grave porque se desperdician recursos que pudieron usarse mejor, y además, se pierde tiempo, que es igual a la vida.
Y si hacen expectativas por encima del nivel real, siempre quedará la sensación de fracaso. Conviene entonces hacer una evaluación precisa del personal que se dispone antes de iniciar el torneo.
Aquí hay equipos que tienen chance real de ganar el campeonato, por ejemplo, el Bóer, los Dantos, León, solo por citar unos. Y muy cerca vienen Estelí, Rivas, Chinandega y Costa, que tienen grandes aspiraciones.
Pero luego hay equipos de un nivel más modesto y discreto, que si se dedicaran a través de una planificación a desarrollar jugadores, a la vuelta de unos años, recogerían los frutos.
Y dentro de ese plan, escoger al mánager correcto es esencial. Yo me fijo en Grandes Ligas. Tienen mánager para desarrollar jóvenes y agruparlos en un equipo mientras van creciendo.
Sin embargo, cuando es el momento de ir pelear y ganar, van con otro. Aquí un ejemplo: Rick Rentería es bueno desarrollando. Lo hizo en los Cachorros, pero en 2016 lo reemplazó Joe Maddon y ganó la Serie Mundial.
Luego Rentería agrupó un buen personal en los Medias Blancas, pero ahora que es momento de ganar, entonces traen a Tony La Russa. Y algo igual pasó con Buck Showalter en Arizona y en los Yanquis.
Es un asunto de nivel y eso existe en todos los ámbitos del juego y la vida, pero aquí, cada año todos quieren el título, aunque saben que objetivamente no podrán atraparlo.
Jinotega tiene un equipo peleador, pero no un equipo para campeonizar. Bismarck Guadamuz metió al equipo en la segunda ronda y le hizo pelea a los Dantos. Sin embargo, lo removieron ahora.
A menos que haya sucedido algo internamente que no sepamos, pero Guadamuz parecía un buen timonel para ese conjunto. No obstante, parece que quieren un mentor que los lleve cal título.
Solo con el tiempo sabremos quién tiene la razón, pero mientras se sigan jugando a lo que salga, los mánagers van a seguir rotando y moviéndose sin dejar huellas en nuestro beisbol nacional.
Sigue a Edgard Rodríguez en Twitter: @EdgardR