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Coalición Nacional

La Coalición Nacional solicitará la mediación de la Iglesia Católica para lograr la unidad de las fuerzas opositoras con vista a las elecciones de noviembre de este año. LAPRENSA/ CARLOS LARIOS.

El “rompecabezas” de la oposición en Nicaragua de cara a los comicios del 2021

El mapa de la oposición está fragmentado. Analistas políticos insisten que no podrán resistir las embestidas de la dictadura si van por separado a la batalla electoral. Aquí te explicamos las alianzas formadas y aquellas en proceso de cara a los históricos comicios de noviembre.

Este año los nicaragüenses enfrentan elecciones generales el próximo 7 de noviembre, pero la opción opositora que enfrente a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo no está conformada. El “músculo” opositor en Nicaragua en este momento se encuentra disperso.

Las organizaciones opositoras que se conformaron después del 18 de abril de 2018, como respuesta a la demanda de quienes anhelan un cambio de rumbo, libertad y democracia, y los pocos partidos políticos de oposición que adversan a la dictadura, han presentado “altos y bajos” que ocasionan esperanza y preocupación entre el pueblo opositor. Algunas alianzas se han desarticulado, mientras algunas organizaciones “coquetean” con partidos políticos.

El 17 de enero del año pasado, se conformó la Coalición Nacional (CN), que actualmente está integrada por cinco grupos:  Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), Movimiento Campesino, Partido de Restauración Democrática (PRD), partido indígena Yatama y la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN).

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“Yo creo que la alianza (política) natural tiene que ser: Alianza Cívica (por la Justicia y la Democracia, ACJD), partido (Ciudadanos por la Libertad) CxL y Coalición Nacional. Esa debería ser la gran alianza y eso implicaría por lo menos tener dos partidos políticos con personalidad jurídica que tendrían que ser el PRD y CxL”, consideró el politólogo José Antonio Peraza.

CxL a punto de concretar acuerdos con la Alianza Cívica

Un partido político con personería jurídica es Ciudadanos por la Libertad (CxL).  Dirigido por Kitty Monterrey, se le considera el remanente de lo que dejó el expolítico Eduardo Montealegre. CxL no quiso integrarse a la Coalición Nacional, se ha declarado “antisandinista” y solo ha mostrado afinidad con la ACJD, a la que ha incluso ha calificado de “aliada”.

Ciudadanos por la Libertad es criticado por  opositores debido a su participación en las elecciones municipales de 2017, a pesar de que sus directivos se quejaban de las condiciones existentes para participar y de los anteriores fraudes electorales.

Este partido político evidencia una evidente antipatía política ante la UNAB y según declaraciones de la misma Monterrey, CxL “sí quiere unidad, pero una unidad decente de la verdadera oposición”.

Recientemente, Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la ACJD, dijo que “la casilla del CxL es el vehículo más apropiado como base de una plataforma electoral”.  Este miércoles 13 de enero,  CxL como la ACJD, anunciaron de forma conjunto su alianza electoral. 

Kitty Monterrey, presidenta de Ciudadanos por la Libertad (CxL).
Kitty Monterrey, presidenta de Ciudadanos por la Libertad (CxL).

“Yo esperaría que CxL por el bien de Nicaragua deje de un lado  las rencillas. Si eso no se da, entonces vamos mal. Aquí no es lo que yo quiero. Si fuese lo que yo quiero, entonces sería imposible, incluso la vida en sociedad. Nadie se puede enfrentar solo al sandinismo. No es cierto que la UNAB va a conglomerar a todo el espectro nicaragüense para enfrentar al Frente Sandinista, mucho menos que la Alianza Cívica por sí sola pueda hacerlo, mucho menos el CxL solo, por lo tanto es una necesidad de sobrevivencia incluso, para poder confrontar al sandinismo”, advirtió Peraza.

PLC, el partido mal visto

Después del triunfo electoral de la Unión Nacional Opositora (UNO) en 1990, liderada por doña Violeta Barrios de Chamorro, los partidos políticos y organizaciones que la conformaban siguieron su camino. El PLC fue visto por los nicaragüenses como una opción favorable para que el país siguiera gobernado por demócratas, por lo que era el más claro opositor al FSLN.

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No obstante, esa imagen se “quebró” cuando el caudillo del PLC, Arnoldo Alemán, decidió pactar con el ahora dictador Daniel Ortega para repartirse los cargos en las instituciones públicas. Incluso el primero le abrió el paso, en términos electorales, al segundo para que regresara al poder a imponer un régimen arbitrario, abusivo y criminal.

El PLC actualmente cuenta con personería jurídica y se encuentra fragmentado en dos tendencias, entre los leales a Alemán (presidente honorario de este partido) y los leales a María Haydée Osuna, antigua aliada de Alemán, quienes se acusan mutuamente de tener un pacto con el régimen de Daniel Ortega.

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El PLC fue expulsado de la CN, mientras sus miembros no resuelvan la litis interna y su dirigencia no muestre pruebas que indiquen que ya no es aliado del partido FSLN. “Al PLC yo lo dejaría por fuera en este momento, porque tiene que resolver sus problemas internos, que no los veo yo resolviéndolos en este momento. Veo que si no resuelven sus problemas internos, entonces van a tratar de ir solos a las elecciones. Ya lo dijo la presidenta María Haydée Osuna de que el PLC no va a ir en ninguna casilla que no sea la del PLC. Yo diría que la mayoría del pueblo de Nicaragua no quiere utilizar la casilla del PLC, eso hay que tenerlo bien claro”, dijo el politólogo.

El Partido Liberal Constitucionalista es visto como un aliado de la dictadura. LAPRENSA/ARCHIVO

Partido Conservador y su “alianza”

El Partido Conservador (PC) tiene mucha historia en Nicaragua, pero la mayoría de esta no le favorece a su imagen. Analistas políticos señalan que tiene pocos seguidores, sin embargo participó en las elecciones generales de 2016, a pesar de que no había condiciones de transparencia.

El pasado 18 de diciembre el presidente del PC, Alfredo César Aguirre, aseguró que están preparando la plataforma política denominada Unión Republicana (Unir) para ejecutar acciones correspondientes al año electoral 2021. Sin embargo, adelantó que tendrán que valorar si participarán en los comicios electorales, si acaso el régimen de Daniel Ortega no cede a hacer reformas que permitan un proceso justo y transparente.

“No le veo ningún futuro a Unir, ninguno. Primero, ahí no hay ningún liderazgo que pueda atraer a los nicaragüenses de manera general. Un elemento fundamental es que cualquier unidad debe tener las organizaciones surgidas después de abril, si no, no hay posibilidad. No me atrevería a decir que esta alianza es zancuda, pero definitivamente con esas actitudes no contribuyen a resolver el problema de Nicaragua”, cuestionó Peraza.

Alfredo César Aguirre, exdiputado del PC en la Asamblea Nacional. Foto LA PRENSA/Manuel Esquivel

Advertencia a opositores

“La oposición tiene dos retos importantes: lograr una alianza política y el segundo tema es el de las reformas electorales, porque sin estas va a ser difícil tener elecciones. Eso lo sabremos en los próximos meses, pero la unidad y la alianza política hay que empezar a construirla lo más rápido posible. Si no se da la alianza entre los grupos, entonces definitivamente es gente que no tiene consideración sobre Nicaragua porque están privando los intereses particulares, de grupos y de personas y por lo tanto dejarían mucho que desear”, advirtió el politólogo.

El CSE de Ortega ha permitido la existencia de 18 partidos con personería jurídica, de los cuales nueve han participado en las últimas elecciones generales bajo la Alianza Unida Nicaragua Triunfa, que encabeza el FSLN y que, según analistas políticos y opositores, pretende ejecutar un nuevo fraude electoral.

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