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Alejandro Bolaños, uno de los organizadores del Foro de Convivencia, exhortó a un diálogo entre los nicaragüenses. LAPRENSA/CARLOS LARIOS

Alejandro Bolaños Davis: “Pueblo Viejo se lo vendí a un agricultor, no sé si él es testaferro de Daniel Ortega”

Valiosa propiedad estaba valorada entre 10 millones y 15 millones de dólares, cuando se dieron los reportes de la transacción en 2014

El empresario y expolítico conservador, Alejandro Bolaños Davis, negó que haya vendido directamente el centro de convenciones y Hotel Pueblo Viejo al dictador Daniel Ortega, como informaron reportes periodísticos, y también lo aseguró en una entrevista con LA PRENSA publicada en noviembre del 2019 su tío, el expresidente Enrique Bolaños Geyer.

“Yo no le vendí a Ortega, yo se lo vendí a un agricultor que tiene una empresa y se lo vendí a esa persona, no sé si es testaferro de Ortega, pudo haber sido o no, no sé, no me interesaba eso. No hay ninguna ley que prohibiera eso en ese momento, yo se lo vendí porque él me lo quiso comprar y yo necesitaba venderlo, pero no fue a Ortega. ¿Qué hizo ese señor después con el hotel? No sé”, aseguró Bolaños Davis.

Sin embargo, en una entrevista con LA PRENSA, publicada el 30 de noviembre del año pasado, el expresidente Enrique Bolaños aseguró que Ortega le compró el hotel a su sobrino, Bolaños Davis. “Ortega gasta el dinero de la cooperación de Venezuela como él quiere”, explicó Bolaños. “Compró un hotel, le compró, por ejemplo, a Alex Bolaños una propiedad que él tenía”, aseveró el exmandatario.

Negocio custodiado por Policía Orteguista

Bolaños Davis prefirió no revelar la identidad del supuesto agricultor con el que hizo el negocio. Él era el propietario del lujoso y costoso negocio, que incluso fue utilizado para realizar en diciembre de 2019 la boda de la hija del dictador, Camila Ortega Murillo.

Llamamos a los números telefónicos del negocio y la operadora de la empresa Claro señala que no están asignados, pero uno de ellos fue contestado por una mujer que solo se identificó con el apellido Lacayo, quien aseguró que “la propiedad ahora le pertenece a los Ortega, por eso está vigilada por policías, a nosotros nos asignaron este número, pero ya no le pertenece a ese negocio”.

Un equipo periodístico de este Diario intentó llegar hasta el Hotel Pueblo Viejo, ubicado del obelisco de los Altos de Santo Domingo cinco kilómetros al sur, para confirmar la información, pero los vigilantes de la entrada ubicada en residencial Los Balcones de Santo Domingo —que se debe atravesar antes para poder llegar— no permitieron el ingreso y nos advirtieron que los oficiales de la Policía Orteguista (PO) que custodian el hotel podrían detenernos.

Es la primera vez que Bolaños Davis se refiere directamente sobre la operación de venta del Hotel Pueblo Viejo, un tema que siempre eludió desde que se reportó la operación en 2014. Sobre la presencia de oficiales de la PO en su antiguo negocio se limitó a decir: “No sé si está resguardado por la Policía, no he ido ahí, no sé quién está ahí adentro… nada ilegal se hizo ahí ¿oíste? En venderle a Ortega en aquel tiempo, es más, todo mundo ha hecho negocios con las empresas de Ortega”, dijo Bolaños en referencia a las posibilidades de que el agricultor haya vendido a Ortega posteriormente la propiedad.

El hotel y centro de convenciones, ubicado en una finca de café orgánico de 44 manzanas de extensión, fue adquirido a mediados de 2014 por un comprador ligado a la familia presidencial, por un monto que fuentes de la industria de bienes raíces calcularon entre 10 millones y 15 millones de dólares, según una nota publicada en el medio de comunicación digital Confidencial.

Sin aspiraciones políticas

Bolaños Davis brindó estas declaraciones durante la presentación de las conclusiones del II Foro “Fortaleciendo la convivencia”, una iniciativa que el empresario promueve para realizar un llamado a los diversos sectores sociales de Nicaragua a no “continuar atacándose, dejar de un lado las diferencias ideológicas y políticas para dialogar y encontrar una solución a la crisis social, económica y política que atraviesa el país”.

Sobre el evento, Bolaños Davis rechazó ser operador del régimen enviado a buscar un acercamiento, principalmente con el sector empresarial. Sin embargo, al evento, igual que en su primera edición el 28 de noviembre, llegaron a dar cobertura periodistas de los medios de propaganda de la dictadura y no estuvo asediado por la Policía Orteguista, como ocurre con las actividades políticas de los opositores.

“No tengo ninguna aspiración política para el próximo año, ya estuve en el Partido Conservador, ya fui presidente (del partido), ya me retiré. No quiero nada con la política partidaria. Sí estoy haciendo política, esto que hago es político por el país”, confesó.

El exconcejal conservador por Managua y presidente de Hagamos Democracia, Luciano García, cuestionó las intenciones de Bolaños, ya que recordó que fue él quien “asaltó la institucionalidad del Partido Conservador y lo entregó a Alfredo César (actual presidente de esa agrupación política), que lo convirtió en un partido zancudo del orteguismo”.

Lea además: Desesperación de Ortega por negar la matanza del 2018 alcanza niveles de «descaro», según opositores y líderes estudiantiles

“En el Partido Conservador faltó convivencia, quiso hacerse en arrebato y no pudieron, ¿ideay?, ni modo pues, fue un acto en el que los otros se portaron mal, yo no hice nada malo, más bien salí agredido”, se defendió Bolaños.

El expolítico conservador dijo que de reunirse con el Gobierno y opositores trataría de convertir los pensamientos de estos en acciones positivas y los exhortaría al cambio en pro del bienestar de Nicaragua.

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