El Ministerio Público (MP) solicitó 110 años de cárcel para Rosario Soza Centeno, autor de las violaciones y asesinatos de dos niñas —de 12 y 9 años— originarias del municipio de Mulukukú, luego de que confesara haber cometido los crímenes, en una audiencia realizada el pasado 15 de septiembre, día feriado nacional en Nicaragua. LA PRENSA tuvo acceso al acta de la audiencia preliminar y admisión de hechos.
Soza Centeno llegó escoltado por policías a los juzgados de Managua. El hombre, a quien en Mulukukú conocen como Chayo, fue condenado ese mismo día por los delitos de violación a dos niñas menores de 14 años y asesinato agravado. Se trata del caso de las dos hermanas encontradas muertas a machetazos, después de haber sido violadas el pasado 12 de septiembre en una finca de Bayardo Jarquín, en la comunidad de Lisawes, Mulukukú, Caribe Norte.
La Fiscalía pidió por el delito de violación 25 años por cada una de las víctimas y 30 años por el delito de asesinato agravado por cada una de las niñas. En total solicitaron 110 años de cárcel para el asesino confeso. La lectura de la sentencia está prevista para el próximo 25 de septiembre.
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Soza Centeno, un agricultor de 32 años, fue acusado en el Juzgado Sexto de Distrito Especializado en Violencia de Managua, a cargo de la juez Karla García, a pesar de que los crímenes ocurrieron en Mulukukú, a 240 kilómetros de la capital.
No obstante, esta decisión los judiciales la justificaron citando la reforma al artículo 20 del Código Procesal Penal, relacionado a la “Competencia Territorial” que indica: Cuando se trate de delitos de relevancia social y trascendencia nacional, así como aquellos en el que exista una pluralidad de afectados, imputados o conductas, será competente la autoridad judicial de la capital de la República.
Lo primero que hizo el acusado fue dirigirse a la juez Karla García y le dijo que no tenía dinero para pagar un abogado defensor. En cumplimiento con la ley, la judicial designó para el caso al defensor público Manuel Antonio Cantón.
De acuerdo con la acusación, Chayo llegó al mediodía del pasado 12 de septiembre donde vivían las víctimas. Les dijo que andaba buscando a la mamá de ellas, Carmen Rodríguez, a lo cual las niñas contestaron que ella andaba en el río. El hombre les pidió que le hicieran el favor de ir a llamarla. Las menores se llevaron un machete y un balde para pescar y luego bañarse en el río.
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Cuando Rodríguez llegó a la casa, solo habló diez minutos con Chayo, porque después este último le dijo que tenía que irse.
Sosa Centeno se dirigió a la quebrada, donde encontró a las menores. Les arrebató el machete y primero despojó de su ropa a la mayor para violarla y luego matarla a machetazos. Luego hizo lo mismo con la menor. Huyó del lugar cuando escuchó los gritos de la madre de las víctimas, quienes ya estaban muertas cuando su progenitora las encontró, una separada de la otra.
Admite que asesinó y violó a las niñas
Ante la evidencia de la acusación, el defensor dijo que su acusado estaba “arrepentido por lo que había hecho” y pidió hacer una admisión de los hechos, es decir aceptar que había cometido cada acción por la cual era acusado por la Fiscalía.
“Aunque el autor del hecho no lo hubiera admitido, había pruebas testimoniales y biológicas, como la presencia de semen del acusado en las niñas, que lo incriminaban”, detalló una fuente a LA PRENSA.
“Sí señora juez, acepto los hechos de forma voluntaria”, dijo Chayo, previamente asesorado por Cantón. La juez García aceptó la admisión de los hechos tras asegurarse de que el acusado entendía bien lo que estaba pasando.
El defensor Cantón le recordó a la judicial que debe aplicar las atenuantes de la admisión de hechos, principalmente para que la pena de cárcel no sea muy grande.
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