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Cientos de reuniones se realizan en línea en el país, desde que llegó la pandemia del covid-19. LAPRENSA/Roberto Fonseca.

Las constantes caídas del internet, un dolor de cabeza para quienes reciben clases o realizan reuniones en línea en Nicaragua

A cientos de usuarios se les interrumpen las clases u otras actividades en línea cuando el internet comienza a fallar. El problema podría deberse a tener un contrato para un servicio de baja velocidad, pero un defensor de los consumidores argumenta que en Nicaragua el servicio es muy caro y representa un costo más para las familias.

El internet ha sido más útil que nunca en los últimos meses, para poder trasladar las clases y el trabajo al hogar, por el riesgo que existe de contraer la covid-19 en las actividades presenciales. Sin embargo, las constantes caídas del servicio durante las actividades en línea que realizan los nicaragüenses también se han convertido a menudo en un dolor de cabeza.

Carolina Torres, una usuaria de internet, de Managua, perdió una beca de estudios en agosto de este año. Manifestó que debido a los problemas de conectividad que se le presentaron cuando ingresaba desde su celular a una de las plataformas virtuales para recibir clases en línea decidió renunciar a la beca.

“Yo nunca había usado esas plataformas y cuando las descargué empecé a tener problemas de conexión. Se escuchaba cortado cada vez que la profesora hablaba, los videos no me cargaban, se me pegaba el teléfono, y se me volvió todo difícil”, contó Torres.

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Para el director del Centro Jurídico Social de Ayuda al Consumidor, Juan Carlos López, la tecnología en el país no estaba tan avanzada y las empresas de telecomunicaciones que brindan el servicio no estaban preparadas para una situación o una realidad en la que el uso del internet tuviera demasiada demanda como ahora.

“Prácticamente, lo que se establece aquí es que no hay una preparación ni del sector que oferta educación, ya sea universidad, nivel secundario o cursos técnicos, ni de las empresas de telecomunicaciones. Eso hace que las plataformas que se utilizan tengan sobresaturación y luego se refleja en la mala calidad del servicio”, expresó López.

Horacio Borgen, director ejecutivo de la Cámara Nicaragüense de Internet y Telecomunicaciones (Canitel), contradijo a López, ya que manifestó que las empresas de ese sector sí estaban preparadas desde antes de que surgiera la pandemia.

De acuerdo con Borgen, se tendría que evaluar cada caso para llegar a una conclusión del problema y aseveró que esa problemática no se puede generalizar.

“Por ejemplo, si usted tiene contratada una velocidad bien baja de navegación y en su casa están en clases en línea, en videoconferencia, están viendo Netflix o videos en YouTube, el ancho de banda no va a permitir una navegación fluida en las diferentes plataformas que se están utilizando. Entonces, lo primero es que no se puede generalizar, porque habría que ver en las personas que están teniendo dificultad qué ancho de banda tienen”, afirmó Borgen.

Dificultades económicas

Lo que sí admitió el director ejecutivo de Canitel es que, debido a las dificultades económicas que enfrentan los nicaragüenses, no pueden adquirir un mejor servicio de internet, que se ajuste a las plataformas más usadas en la actualidad, como Zoom, Microsoft Team, entre otras.

“Recordemos que el salario mínimo de Nicaragua es el más bajo en comparación con el de los otros países de Centroamérica, y recordemos también que antes de la pandemia no había clases en línea tan frecuentes como ahora, igual con el teletrabajo, por lo tanto, las familias tenían una capacidad de ancho de banda menor que les permitía ver Netflix en determinado momento, ver videos de YouTube, pero no todos estaban utilizando al mismo tiempo el internet”, manifestó.

A Armando Ríos, estudiante de administración de empresas en una universidad privada de Managua, le pasó lo mismo que a Carolina Torres. Desde que se informó oficialmente del primer caso de covid-19 en el país, su modalidad de clases pasó a ser virtual. El joven también tenía problemas con el internet al momento de conectarse y en varias ocasiones tuvo que ausentarse.

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“Los primeros días me estuve conectando desde mi laptop, pero cuando entraba a la sala de clase (virtual) no me conectaba, escuchaba como en cámara lenta, tenía que desconectar a todos en la casa para poder recibir clase y andaba por todo el patio buscando señal. Después, pensé que tal vez si me conectaba desde el celular iba a ser menos pesado, pero era igual, tenía problemas para conectarme y no podía participar, porque a mí se me escuchaba entrecortada la voz y casi siempre tuve ese problema”, reveló Ríos.

Para superar ese problema, el joven tuvo que contratar un nuevo servicio de internet, con una mayor velocidad, pero su paquete pasó de 35 dólares a 55 dólares, porque su contrato anterior ya incluía servicio telefónico y televisión por cable. No obstante, asegura que “de vez en cuando” siempre tiene problemas de señal.

“Claro, es una oportunidad para el empresario porque está vendiendo el servicio y la demanda obviamente es mayor, pero no existió una prevención para mejorar el servicio o prepararse para un aumento de la demanda. Es posible que en casi un 90% de los casos, los que están teniendo problemas son los que tienen internet domiciliar, y la mayoría de los planes promedio por la capacidad de wifi solamente son precios de 30 a 45 dólares o de 20 a 35, el más barato, pero con una capacidad muy corta”, insistió Juan Carlos López.

El consumidor o usuario, según López, tiene que ajustarse al servicio que puede pagar, porque “las compañías ofrecen el servicio de internet condicionado con otros productos, que en mucho de los casos sobrepasan los 50 dólares, si se necesita una buena capacidad de alcance o para tener una mejor conectividad.

“Yo recargaba mensualmente alrededor de 250 córdobas, (pero) cuando empecé con las clases en línea recargaba más de 400 córdobas al mes, sin embargo, seguí teniendo problemas. Se suponía que tenía más gigas y que iba a navegar más rápido. O tal vez será por la zona donde vivo que estoy teniendo problemas. No sé. Pero debido a eso perdí mi beca”, lamentó Torres.

Borgen argumentó que las empresas tienen diferentes ofertas tanto de internet móvil, como de internet fijo, pero insistió que la economía de las familias está afectada por las diferentes crisis que vive el país, lo que les dificulta contratar mayor velocidad.

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“Más o menos se aconseja contratar entre dos o tres megas por personas, porque eso es más o menos lo que requerimos de ancho de banda. Mejor dicho, las plataformas eso requieren para una navegación adecuada”, indicó Borgen.

Para Juan Carlos López, el servicio de internet en Nicaragua es el más caro de Centroamérica.

“Es caro para el poder adquisitivo del nicaragüense, y en realidad, hoy en día, con este problema del covid-19, la gente está recibiendo muchas clases o cursos obligatorios en línea. Eso ha venido a representar un costo para los hogares, ya que en muchos colegios y universidades no están dispensando los pagos de las mensualidades, y si no tenían internet en su hogar, tuvieron que aumentar las recargas para el celular o hicieron un contrato con una empresa de telecomunicaciones”, añadió.

Problemas con la energía y las lluvias

María José Rocha, docente de economía en la Universidad Católica (Unica), dijo que al problema con la conexión a internet se suman las constantes interrupciones de la energía eléctrica, las que en su opinión se han intensificado desde junio a la fecha.

“Esos son los grandes desafíos de las clases en línea que a mi criterio se deberían de trabajar en un futuro. Tratar de mejorar el acceso a internet y el servicio de energía eléctrica. Tengo estudiantes de diferentes zonas del país y al menos dos o tres veces en lo que va del semestre han tenido problemas”, manifestó Rocha.

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Mencionó que “hay que tener en cuenta que no todos los estudiantes son de Managua”.

“Hay estudiantes de diferentes zonas del país y a medida que están en zonas más lejanas los problemas de internet son más frecuentes”, reveló la catedrática, quien vive en Nueva Segovia, en el norte del país.

Al ser consultado por las quejas de la población en redes sociales por el servicio que brindan algunas compañías, el director ejecutivo de Canitel dijo que hay situaciones que no está en las manos de las empresas de telecomunicaciones resolverlas inmediatamente. Por ejemplo, mencionó que debido a las lluvias y el viento en esta época caen muchos postes y árboles y eso, según él, está fuera del control de las compañías.

Borgen, sin embargo, sostuvo que las empresas están preparadas para brindar un mejor servicio a la población, porque, aun cuando pase la pandemia, muchas actividades y reuniones se seguirán haciendo en línea.

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