Entre finales de agosto o inicios de septiembre, médicos independientes prevén lo que sería el «despegue» de una segunda ola de Covid-19 en el país, y aunque aseguraron no saber si el impacto será mayor en mortalidad o igual que el brote de mayo y junio, afirman que el retorno de la movilidad, la relajación de medidas y la promoción de aglomeraciones podría provocar, no solo un repunte elevado, sino un rebrote de mayor duración.
Ante la falsa normalidad que promueven las autoridades del país, complementado con la llamada “meseta” de contagios y muertes registrados en las últimas semanas por el Ministerio de Salud (Minsa), los expertos consultados señalaron que Nicaragua no ha alcanzando ni el 10 por ciento de la población contagiada, lo que activa la posibilidad de que se agudice la crisis sanitaria.
«En la primera ola los datos que tenemos son bajos, 133 fallecidos los que plantea el Minsa y el observatorio 2652 muertes. Eso es lo que nos dejó la primera ola. Siempre hay más subregistro en las personas que se enferman, pero en las que se mueren hay menos. Es muy difícil precisar si este segundo brote será mayor, menor o igual, es muy difícil, por los datos, porque no sabemos de dónde es la gente que se juntó en los estadios u otras actividades, por eso no podés precisar dónde va a reventar», explicó a LA PRENSA el epidemiólogo Leonel Argüello.
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El especialista señaló que las últimas actividades promovidas por el régimen de Daniel Ortega, «rompe el primer principio de prevención», como es mantener el distanciamiento social al menos de dos metros, sumado a ello que la ciudadanía ha dejado de utilizar mascarillas. «Todos estos eventos masivos son promoción del contagio».
«Aquí se han expuesto a más de 30 mil personas en las últimas semanas y todo esto puede generar más enfermos y más muertos y ahora, la duración de la epidemia se está alargando mucho y ese alargamiento tiene un efecto negativo en la salud mental y la economía del país», manifestó Argüello.
Conocimiento de la población no es suficiente
Al respecto, el epidemiólogo Rafael Amador detalló que, si bien es cierto la población ya conoce las medidas básicas de prevención, eso no garantiza que el rebrote sea menos letal, puesto que la reactivación de actividades ha acumulado la suficiente cantidad de virus en las calles.
«Se han comenzado a descuidar las medidas básicas y el virus está circulando más que al inicio de la primera ola (…) si tenés mucha gente en riesgo de contagio te da muchos contagios simultáneamente aunque la población conozca la enfermedad. Quizás se vaya a morir menos gente porque ya conocemos la enfermedad, pero pudieran (haber) más casos», advirtió Amador.
Sin embargo, aun cuando las proyecciones apuntan a más contagios y muertes, el régimen de Daniel Ortega sigue promoviendo actividades públicas donde se puede observar a las personas sin usar mascarillas o sin el debido distanciamiento físico. La Alcaldía, el Ministerio de Gobernación y el propio Ministerio de Salud serían las principales instituciones públicas que promueven este tipo de eventos.
«La primera ola todavía está en el norte, la segunda la tenemos en una circulación comunitaria bastante alta y cuando empiece el rebrote la aparición de nuevos casos y el colapso de hospitales se van a ver más rápidos», señaló por su parte el epidemiólogo Álvaro Ramírez.
¿Personal de salud preparado?
El personal de salud ha sido uno de los sectores más golpeados por la pandemia, con más de 40 médicos fallecidos a causa del virus según reportes de las organizaciones médicas – dos de ellos en la última semana- , y sacudido por los despidos realizados por la dictadura de Daniel Ortega en contra de al menos 15 especialistas que evidenciaron el mal manejo de la enfermedad por parte del Minsa.
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Al respecto, los expertos coincidieron que este sector ahora mismo se encuentra mejor preparado para enfrentar un posible repunte en los casos. «¿Cómo nos va a encontrar (el rebrote) desde el punto médico? claro que más preparado, porque (al inicio de la pandemia) no teníamos experiencia previa, y segundo, yo creo que el personal de salud, -al menos en los hospitales y unidades de salud como Masaya- la gente tiene equipos donados por la sociedad civil», expresó Argüello.
«A estas alturas, después de pasar un descongestionamiento hospitalario, los médicos están más preparados y ya debería de haber experiencia local, salvando gente con Covid», apuntó Ramírez.
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La doctora Anely Pérez compartió que la Unidad Médica Nicaragüense (UMN) sigue capacitando y colaborando con equipos de protección a los trabajadores de la salud para poder responder a un posible aumento de casos que se proyecta para las próximas semanas.
«El personal de salud a todos los niveles ha logrado aprender sobre el comportamiento de la enfermedad y los signos tempranos de riesgo para que los pacientes no lleguen a los niveles de severidad que llegaban al inicio de la pandemia, ya todos esos casos se están manejando mejor», finalizó Amador.