Cuando Jonathan Loáisiga asomó en las Grandes Ligas, inmediatamente se abrieron los ojos de todos al estar presente ante alguien que podía seguir las huellas de Dennis Martínez y Vicente Padilla, como un abridor de calibre en las Grandes Ligas por todos los elogios que recibía de su potencial. No obstante, dos años después, el camino que lleva el angosto pero humeante tirador, es parecido al de Wilton López, quien ha sido el mejor relevista nica en la historia de las Mayores.
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Wilton debutó en 2009 con Houston y después de seis relevos le dieron la pelota para iniciar dos partidos en el cierre de temporada. Jamás abrió de nuevo, poniendo en marcha una hilera de 282 relevos, hasta su despedida en 2014 con Colorado.
Entre 2010 y 2012, Wilton fue de los principales relevistas de los Astros. En los tres años apareció en 60 o más partidos y en cada uno de ellos tiró por debajo del 3.00, con seis victorias y 10 juegos salvados en 2012, que fue su mejor campaña, al registrar efectividad de 2.17, con whip de 1.04.
Con 28 años de edad, parecíamos disponer de un relevista de calibre para rato, pero los Astros lo transfirieron a los Rockies, que juegan en el paraíso de los bateadores y junto al frío, su rendimiento se vino al suelo.
De forma general, Wilton hizo 290 apariciones como relevista en Grandes Ligas, con 16 triunfos por 15 derrotas y 11 juegos salvados. Su efectividad fue de 3.40 en 296.2 episodios, con la extraordinaria relación de 53 boletos por 218 ponches.
Aunque ha dicho que le gusta más relevar, Jonathan no está para escoger. Apenas inicia su carrera y serán los Yanquis de Nueva York los que decidirán su utilidad. Ahora mismo es candidato para abrir en lugar de James Paxton.
Loáisiga tira para 4.50 como relevista en su carrera, en 20 juegos, con balance de 4-0, mientras que como abridor tiene 2-2 en 10 salidas y efectividad de 4.33. La constante es su ritmo ponchador. Abanica a 44 bateadores en 34 innings viniendo del bullpen e iniciando partidos poncha a 41 en 35.1 episodios.
Antes de convertirse en un abridor de éxito, Dennis Martínez trabajó en el doble rol en sus primeros años en las Mayores con Baltimore. También fue relevista en la recta final de su carrera. Es más, la mayor cantidad de relevos en una temporada fue de 48, precisamente en su último año en el Big Show, con Atlanta en 1998, a la edad de 44 años.
Dennis hizo 130 relevos y consiguió 15 victorias y ocho juegos salvados, con efectividad de 4.22 en 269.1 entradas.
Vicente Padilla debutó como rematador con Arizona en 1999, pero un año después fue cambiado a Filadelfia, que lo transformó en un abridor. Al igual que Dennis, en su último año, 2012, tuvo 56 apariciones como relevista con Boston, con 23 holds (juegos sostenidos) como estadística más sobresaliente.
JC Ramírez es un caso especial, no solo entre los nicas, sino en la historia de las Grandes Ligas, porque inició su carrera como relevista en 2013 y de pronto en 2017, después de 111 juegos metido en el bullpen, los Angelinos lo ponen en la rotación y fue un éxito, aunque agriducle, porque se lesionó al lanzar 150 innings por primera vez y fue un cliente más de la cirugía Tommy John.
JC todavía busca reencontrar su vieja forma tras la cirugía y mientras tanto tiene en su expediente 116 juegos como relevista, con seis victorias y dos juegos salvados, más efectividad de 5.10 en 139.1 episodios. Le costó encontrar su rumbo y cuando lo halló, lamentablemente se lesionó.
La carrera de Erasmo Ramírez se caracteriza por ser utilizado en el doble rol: abridor y relevista. Exclusivamente como hombre de bullpen, el rivense tiene 101 apariciones con siete éxitos y tres salvamentos, más efectividad de 4.19.
El otro nica que abrió y relevó en su carrera fue Devern Hansack, con 3.48 luego de 10.1 innings en seis juegos llegando del bullpen con Boston, del 2006 al 2008.
Solo relevos
De los 11 lanzadores nicaragüenses que han llegado a las Grandes Ligas, tres de ellos han sido estrictamente relevistas.
Porfirio Altamirano, quien tiró para los Cachorros entre 1982 y 1984 tuvo actividad en 65 juegos, con siete triunfos, dos juegos salvados y efectividad de 4.03.
Oswaldo Mairena, el único zurdo pinolero que ha alcanzado la cúspide del beisbol, jugó en el 2000 con los Cachorros y 2002 con los Marlins, en 33 juegos con balance de 2-3 y efectividad de 6.06.
Antonio Chévez es el de paso más efímero. Solamente apareció en dos juegos de 1977 con Baltimore, ambos como relevista y en ocho innings su efectividad fue de 12.38, sin conocer la victoria ni la derrota.