El aumento en la extracción de enormes tucas de árboles de pino de las profundidades de las montañas sobre la cordillera de Dipilto y Jalapa, y que se entiende por la zona indígena de Mozonte, en Nueva Segovia, están siendo denunciadas por organismos ambientalistas y familias campesinas del lugar.
El despale es ejecutado por unos 26 dueños de empresas madereras que en las últimas cinco semanas han aumentado el uso de camiones y maquinaria pesada para la tala de enormes extensiones de pinares, en las profundidades de las montañas de los municipios de Mozonte hasta Dipilto y Jalapa, saturando los aserríos.
Toda la zona que comprende la cordillera de Dipilto – Jalapa, y que se extiende por las montañas de Mozonte, se vio seriamente afectada durante el periodo de verano, a inicios de abril de este año, con enormes incendios forestales que con las quemas arrasaron con más de 2 mil 487 hectáreas de bosques de pino en esas áreas del departamento de Nueva Segovia, aunque en una nota informativa (022/2020) del primer comando regional del Ejército de Nicaragua, acantonado en la base militar El Quiabú de la ciudad de Estelí, solo dio cuenta en esa ocasión de 1,582 manzanas de bosques de pino afectados.
Estos daños deterioraron las fuentes hídricas que dejaron a inicios de año sin el consumo de agua a más de 37 mil habitantes de la mitad de los 50 barrios que conforman la ciudad de Ocotal, en Nueva Segovia, y a unos 2 mil 800 pobladores de los municipios de Dipilto y Mozonte, por la destrucción de unas grandes 20 vertientes de agua que bajan de la reserva protegida de la cordillera de Dipilto – Jalapa.
“Había un acuerdo con las autoridades de Marena (Ministerio del Ambiente y Recurso Naturales) e Inafor (Instituto Nacional Forestal), donde estuvieron las autoridades de la Policía y la Alcaldía de Mozonte, para que únicamente saliera madera que ya estaba tumbada por anteriores cortes y por los incendios forestales, pero el despale sigue a otros bosques que son parte de la cordillera de Dipilto- Jalapa”, denunció Juan Esteban Bautista Gómez, miembro de una comisión comunitaria protectora de los recursos naturales de ese municipio indígena.
Mentiras oficiales
La delegación de 11 campesinos de varias comunidades indígenas de Mozonte, en Nueva Segovia, afectada por el despale, los incendios forestales y la sequía que imperó en los primeros meses de este año, obligaron a las autoridades a sostener el encuentro para escuchar sus exigencias y reclamos.
Acordaron, el 8 de mayo de este año, con respaldo de los líderes de los Pueblos Indígenas, a no permitir más el despale o extracción de madera y a no extender nuevos planes de manejo forestal a madereros. “Acordamos que íbamos a ir con ellos a contabilizar la madera tumbada y que sería la última vez que se les permitiría sacar madera y se haría una inspección de los ríos que se secaron y que los empresarios, invirtieran en reforestar este año los lugares afectados”, dijo Juan Bautista Gómez.
“Nosotros llegamos varias veces a los lugares que se están despalando y encontramos tractores de orugas abriendo trochas y constatamos que los daños continua en los pinares. También constatamos que es falso que en los arboles de pino que se están tumbando estén afectados por el gorgojo descortezador, por lo que estamos exigiendo se pare ya la tala”, dice una carta enviada por los miembros de la comisión campesina, apoyada por el Grupo Ambientalista Mogotón y una comisión de la Universidad Católica del Trópico Seco de Estelí (UCATSE) y del organismo cristiano Caritas, a los líderes de los Pueblos Indígenas de Mozonte para que estos ayuden a parar los daños.
¿Y la protección forestal?
Los comunitarios de Mozonte, denunciaron que desde hace varias semanas se han adentrado hasta la franja fronteriza, 5 kilómetros del territorio nacional que colindan con Honduras, y que son áreas designadas para su protección por parte del Ejército de Nicaragua, varias maquinarias (tractores de orugas y palas mecánicas) y camiones que salen sobrecargados con grandes cantidades de rollos de madera de pino de las áreas que están siendo despaladas.
“Pasan a diario entre 18 camiones pesados cargados de tucas de pino. Están acabando con los pocos bosques de pinares que tenemos en estas zonas que se suponen protege el estado y hasta el Ejército de Nicaragua. Como es posible estar escuchando los mentirosos discursos del gobierno que se llena la boca hablando de proteger y defender los recursos naturales, si ellos son como enormes gorgojos descortezadores que arrasan con nuestras montañas”, dijo indignado Reynaldo Machado Gutiérrez, poblador de Mozonte.
Las voces de reclamos en contra de los daños ambientales dirigidas a las autoridades locales del gobierno central y de las alcaldías se han extendido por los municipios de Mozonte, Dipilto, San Fernando, Ciudad Antigua, Santa María y Macuelizo, en Nueva Segovia, sin que el gobierno y los alcaldes orteguistas, tomen acciones contra los despales que ya causaron que este año varios ríos se secaran y dejaran sin agua de consumo a centenares de familias.