Cuando el cuerpo humano deja de consumir alimentos y tampoco ingiere agua, las primeras alertas que envía el organismo para avisar que no todo va bien pueden aparecer a los tres días. En Nicaragua, este sábado se cumplirán 48 horas en las que nueve mujeres, madres de presos políticos, iniciaron una huelga de hambre en demanda de la libertad de sus hijos, bajo la consigna “Navidad sin presos políticos”.
A las nueve madres se suman otras personas, incluidas el párroco de la iglesia San Miguel, de Masaya, Edwin Román, que acompañaban a las madres en su lucha, pero no necesariamente iban a someterse a la huelga de hambre; sin embargo, debido al asedio policial que han padecido y a la negativa de los agentes para que nadie se acerque a la iglesia, y les pase agua, estos también se han privado de la ingesta de alimentos y líquidos en cantidad.
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Ante la ausencia del consumo de proteínas, carbohidratos y líquidos, el organismo empieza un período de reacomodo, mediante el cual busca compensar lo que por la misma voluntad de la persona que está en huelga de hambre se empieza a descompensar, explica el doctor Alejandro Lagos. A través de la ingesta de líquido se aseguran los electrolitos, los cuales son claves en el funcionamiento cardíaco, conducción nerviosa y otras funciones vitales.
Al no haber ingesta de líquido se empieza a acumular sustancias como la criatinina y el nitrógeno uréico, lo que provoca un problema de descompensación metabólico, a su vez, esta produce que se baje la presión arterial, la disminución del ritmo cardíaco y puede haber hasta una intoxicación del cerebro (encefalopatía), advierte el médico.
El cuadro afecta más a la personas que padecen enfermedades crónicas como la diabetes, que es el caso del Padre Román. De hecho, el médico explica que lo más recomendable es que este tipo de personas no se sometan a una huelga de hambre.
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Por su parte, el doctor José Luis Borge Rayo relató que un grupo de médicos nicaragüenses evaluaron este jueves el estado de salud de los huelguistas y determinaron que algunos de ellos padecen enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial y diabetes mellitus.
La mayoría son adultos mayores de 35 años; once mujeres, dos varones. Nueve son madres de presos políticos. También está entre los huelguista Flor Ramírez, una manifestante conocida por participar en las protestas y bailar con el traje nacional güipil. También participa en la huelga Yonarqui Martinez, defensora legal de los presos políticos.
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El doctor Borge dijo que el asedio de la policía y los parapolicías han sometido a estrés a los huelguistas, lo que afecta su presión arterial. Por su parte, Lagos sostiene que en general el estrés tampoco aporta al organismo, y más cuando se está en una situación de huelga. Cabe mencionar que aunque hayan varias personas sin consumir alimentos, cada cuerpo reacciona diferente y el tiempo, en términos de días, de los posibles efectos varían.
“La respuesta del organismo al estrés es elevar inicialmente la presión arterial y la frecuencia cardíaca y si esto sigue, posteriormente esto puede desencadenar más eventos “, dijo el doctor Borge. Dichas declaraciones fueron compartidas este viernes en una conferencia de prensa de la UNAB.