Fue un acto simple con un discurso trillado: Los yanquis aquí, Sandino allá, que William Walker esto, que Zeledón lo otro, los “vendepatrias”, Carlos Fonseca y la paz.
Nada nuevo en palabras del dictador Daniel Ortega y de su vicedictadora, Rosario Murillo. Se esperaba que tras las sanciones recientes de Estados Unidos a cuatro altos funcionarios de su régimen, se pronunciara, pero no se atrevió y calló.
Lea además: Estados Unidos y Canadá sancionan a Sonia Castro, Gustavo Porras, Orlando Castillo y Oscar Mojica
Ortega se presentó este domingo en el mausoleo donde descansan los restos del fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Carlos Fonseca Amador, ubicado en el Parque Central de Managua, para celebrar el 83 aniversario de su natalicio.
En ese sitio, desde la mañana, empleados públicos fueron obligados a asistir a brindar honores a la figura del sandinismo, junto a fanáticos del régimen, delegaciones de la Policía Orteguista y ofrendas del Ejército de Nicaragua.
En la tarde, el sitio fue llenado por miembros de la Juventud Sandinista (JS) acarreados en buses, uniformados y alineados para aplaudir y cantar cada vez que se les ordenaba.
Lea también: Daniel Ortega aún está sujeto a sanciones de Estados Unidos, aseguran analistas políticos
“Hoy en el aniversario de su nacimiento, le decimos a Carlos, que siempre luchamos por la paz, porque no queremos confrontación, no queremos guerra. La paz que tanto nos ha tocado alcanzar, tantos héroes. Y le decimos a Carlos, a Diriangén, a Zeledón, a Sandino, aquí están tus hijos para defender la paz, con firmeza y sin rendirnos jamás”, expresó Ortega, vestido como siempre con una chaqueta celeste enorme, bajo la cual se percibe un chaleco antibalas.
Ortega, quien se hizo acompañar de toda su familia, hijos, nietos y nueras, aludió durante todo el discurso a los “traidores a la patria”, pero sin precisar nombres, a quienes responsabilizó de las intervenciones bélicas a Nicaragua.
“Los traidores y vendepatrias son los que trajeron a William Walker y a los yanquis que se quisieron adueñar de Nicaragua, los traidores y vendepatrias son los que se rindieron ante los invasores yanquis, a quienes invitaron para invadir Nicaragua y allí quedó la huella del general Benjamín Zeledón, para la dignidad y la defensa de Nicaragua”, repitió Ortega en un discurso anacrónico y sin matices.
Además: Sanción de Estados Unidos a Óscar Mojica es un mensaje para el Ejército, según expertos
Estados Unidos y Canadá impusieron sanciones el último viernes a cuatro funcionarios del régimen de Ortega, entre estos el presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras; la ministra de Salud, Sonia Castro; al ministro de Transporte e Infraestructura, mayor general en retiro Óscar Salvador Mojica, y a Orlando Castillo, director de Telcor. Las causas de las sanciones a los funcionarios orteguistas es corrupción y violaciones a los derechos humanos.
Durante su discurso, el dictador dijo que los “traidores a lo largo de las luchas armadas que han habido en Nicaragua han enlodado la bandera azul y blanco”, por lo que, según el tirano, “no ha habido más alternativas que luchar para defenderla”.
“Sandino levantó entonces la bandera roja y negra para defender la bandera azul y blanco de Nicaragua, que estaba enlodada por los traidores y venderpatrias, y fue la guerra más larga que tuvo Nicaragua en toda esa época, frente a las tropas yanquis. Y al final, las tropas tuvieron que retirarse, porque no pudieron, ni podrán”, dijo Ortega.
Lea más: Sanción de Estados Unidos a Óscar Mojica es un mensaje para el Ejército, según expertos
“No pudieron que Sandino se les rindiera. Allí quedó la huella de Sandino. Luego vino Carlos Fonseca, Tomás (Borge) Silvio Mayorga, quienes levantaron nuevamente la bandera roja y negra para defender la patria y sacarla del pantano donde estaba hundido la bandera azul y blanco de Nicaragua. Carlos, aquí estamos nuevamente librando la batalla, librando la batalla por la paz, por la dignidad, la soberanía de la patria”, señaló Ortega en su discurso de unos 20 minutos.
Es la primera aparición pública que Daniel Ortega hace luego de las sanciones contra sus funcionarios, pero prefirió seguir ignorando las medidas de los Estados Unidos.