El régimen de Daniel Ortega se burló este lunes de los testigos y acompañantes de la mesa de negociación, luego que rechazara, entre otras medidas, una propuesta para liberar anticipadamente a través de una calendarización a los 232 presos políticos que ya están conciliados por el Comité de la Cruz Roja Internacional.
Al filo de la noche, los delegados de la dictadura habían aceptado firmar el pacto antes mencionado, pero una consulta a la Secretaría del Frente Sandinista —que duró más de una hora— mandó al traste el intento por superar el estancamiento de las conversaciones.
Tras varias semanas de estancamiento, el delegado de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Rosadilla, y el enviado del Vaticano, Waldemar Sommertag, que actúan como testigos y acompañantes en la mesa, convocaron este lunes a un encuentro entre la Alianza y los delegados del régimen para presentarles un paquete de propuestas con el fin de superar el impasse.
Una de las propuestas que estaba lista para firmarse era la liberación anticipada de los 232 presos políticos mediante una calendarización. Antes de asistir al Incae, donde fueron citadas las partes a las 11:00 de la mañana, esta ya estaba prenegociada y casi lista para firmarse.
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Sin embargo, ya casi al caer la noche y cuando incluso estaba listo el comunicado para anunciar el acuerdo, los delegados del régimen orteguista pidieron en la mesa un tiempo antes de firmar para consultar a la Secretaría del Frente y reaparecieron con una contrapuesta que echó por la borda los avances.
El nuevo planteamiento hecho por el régimen, según José Pallais, delegado por la Alianza Cívica, era excluir del acuerdo logrado en la mesa de negociación lo prenegociado en el tema de la liberación de los presos políticos, y que esta fuera una decisión unilateral del Gobierno.
De esta manera, Ortega dejó en evidencia una vez más la falta de voluntad para superar la crisis política, pese a que a diario sus delegados leen comunicados donde reiteran “el compromiso” del Gobierno de cumplir los acuerdos que hasta hoy no han puesto en marcha, a pesar de que lo firmó el 29 de marzo.
Pallais dijo que en la mesa se había planteado que este preacuerdo sobre los presos políticos le iba a dar credibilidad a las negociaciones y evidenciaría la voluntad del régimen de cumplir lo que firme.
“El objetivo era dar una señal positiva de valor, de credibilidad, a este diálogo, a esta negociación, en el sentido que los acuerdos pueden cumplirse y deben cumplirse”, enfatizó el delegado de la Alianza.
Propuesta de testigos es más amplia
La liberación anticipada de estos presos políticos, es decir antes del plazo de vencimiento de los noventa días el próximo 18 de junio, era apenas una de las iniciativas que incorporaba la propuesta de los testigos sobre la mesa, lo que deja en evidencia que el camino para lograr un pacto más amplio y completo con el objetivo de retomar las negociaciones aún es largo.
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Pallais admite que lograr ese preacuerdo sobre los presos políticos había tomado horas. “Ya estaba trasladado a un comunicado que se iba hacer público, cuando la delegación del Gobierno solicitó tomarse un tiempo para consultar. Cuando regresaron de la consulta, trajeron una contrapropuesta que rompió totalmente el consenso”, explicó.
Rechazan devolver papel
Otro de los puntos que también mantiene en jaque este intento por superar el estancamiento de la mesa, que este martes se volverá a retomar en el Incae, está relacionado con la devolución de las materias primas a los medios de comunicación.
El régimen mantiene retenido a los medios escritos como LA PRENSA, el Nuevo Diario y el Hoy la tinta, repuestos y papel, entre otros, que son necesarios para la circulación de los periódicos. Según Pallais, el Gobierno adujo que no estaba listo para cumplir con ese compromiso, sin dar mayor explicación.
También la dictadura pone obstáculos en materia de restitución de los derechos civiles de los nicaragüenses, que incluye los permisos para manifestaciones cívicas públicas.
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LA PRENSA conoció que tras el fracaso de este intento de negociación, los testigos abandonaron molestos las instalaciones del Incae ante las vacilaciones de la dictadura.
De esta manera, Ortega sigue sin escuchar los llamados internacionales para que dé muestra de voluntad y credibilidad en la mesa de negociación, lo que le garantizará esquivar los paquetes de sanciones que se están promoviendo en la Unión Europea, Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA).
No dan la cara
Antes de este fracaso, el régimen de Daniel Ortega por la mañana emitió un comunicado en el que reafirmaba “el compromiso del Gobierno y el Estado nicaragüense de cumplir con lo acordado y avanzar, según la agenda consensuada, hacia nuevos acuerdos”.
Pero al término de la reunión y tras el incumplimiento, la delegación orteguista huyó de los medios de comunicación