Después que fue suspendido canónicamente por el Papa Juan Pablo II, hace 34 años, el sacerdote jesuita y poeta Ernesto Cardenal acompañado de sus amigos celebró solo y por primera misa en su residencia en Managua, dio a conocer su asistente Luz Marina Acosta.
Vestido de blanco, sobre su cabeza un cintillo color café en vez de su clásica boina negra y una estola, el poeta realizó una ceremonia sencilla, de comunidad. Fue asistido por el sacerdote padre Moisés Pérez, y le acompañaron Luz Marina Acosta, Blanquita Ramos y Cuta Castillo.
En las últimas semanas el poeta había permanecido internado en el Hospital Vivian Pellas. Antes de ser dado de alta, el domingo 17 de febrero concelebró una misa con el nuncio apostólico Stanislaw Waldemar Sommertag.
También recibió del nuncio la carta donde el Papa Francisco le levantada el castigo el cual le prohibía oficiar misa y dar los sacramentos.
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El autor del libro El evangelio de Solentiname fue suspendido legalmente “A divinis” por el Papa Juan Pablo II, en enero de 1985, por propalar la teología de la liberación y apoyar al gobierno sandinista. Entonces ocupaba el cargo de Ministro de Cultura.
“Ayer celebró misa con los amigos y fue algo espectacular”, reveló Acosta.
Acosta también recordó que durante la concelebración con el nuncio no estuvo activo, porque estuvo postrado en una cama del hospital, casi “moribundo”; pero ahora fue una misa celebrada por el poeta.
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Además ha vuelto a leer y está en proceso para escribir otro poemario más. En los dos últimos años, y en ocasión de sus cumpleaños 93 y 94, el bardo publicó, Así en la tierra como en el cielo, e Hijos de las estrellas, ambos bajo el cuido de la editorial de Anama.
Con relación a la asombrosa recuperación del poeta, Acosta dijo que el poeta “está como que no ha pasado nada. Está muy bien, de correr y parar ”, está más vivo que nunca.
Desde el año pasado hasta inicios de febrero el poeta había tenido cinco recaídas, dos de ellas había sido llevado a cuidados intensivos. A final del 2018 se ausentó de dos homenajes que le tributaron en México y Paraguay.
Premios, actividad política y religiosa
El poeta Ernesto Cardenal ha sido propuesto como candidato al Premio Nobel de Literatura en cuatro ocasiones. Cuenta con el Premio Internacional Mario Benedetti (2018), el cual el poeta lo dedicó al niño mártir Álvaro Conrado.
El Premio Internacional Pedro Henríquez Ureña (2014), Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2012), Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2009), Premios Ondas Mediterráneas (2005), Premio de la Paz del Comercio Librero Alemán (1980), entre otros.
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Participó en la llamada Revolución de Abril de 1954, contra el dictador Anastasio Somoza García. Se retira de la actividad política e ingresa a la abadía trapense de Nuestra Señora de Getsemaní (Kentucky, Estados Unidos).
Conoce a su maestro el monje y escritor Thomas Merton, a quien el poeta miró como su “padre espiritual”. En 1959 continúa sus estudios de teología en Cuernavaca, México.
Es ordenado sacerdote en Managua en 1965. Funda la comunidad de Solentiname. Lleva vida monástica y promueve las artes naif entre los isleños. Escribe el celebrado libro El Evangelio en Solentiname (1975).
Al triunfo de 1979 es nombrado Ministro de Cultura, para entonces el primero en ocupar este alto cargo en Nicaragua. Promueve el exteriorismo y los talleres de poesía.