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El MRS y la herencia orteguista

El Estado nicaragüense, como otros en Latinoamérica y hoy ensangrentado ante la represión del régimen de Daniel Ortega, no podrá avanzar hacia una propuesta de nación mientras no se logren ciertas metas que le permitan superar escollos enraizados desde la propia conquista española hasta hoy.

Entre estos, los más sobresalientes vienen a ser el impedimento de un relevo generacional que tome distancias iniciales del agotado caudillismo, la recurrente implantación presidencialista por inducción familiar de apellidos tradicionales, que han usurpado al Estado con el enriquecimiento ilícito como principal eslabón de la corrupción y el continuismo a como dé lugar, para la perpetuidad en el poder, en el que liberales y conservadores, orteguistas del oficialista FSLN y miembros del Movimiento Renovador Sandinista (MRS) —gestor el primero de la rapiña capitalista y propagadores de un exorcismo de izquierda con ínfulas socialistas democráticas el segundo—, luchan contra viento y marea por seguir siendo parte del Estado botín.

Pero de esta fauna tradicional, el caso más sui géneris lo conforma el MRS, fuerza minoritaria en lo electoral pero de gran despliegue mediático nacional e internacional, con influencia social incluso en capas empresariales, oportunista en su sostenibilidad presencial, viciada por la corrupción a través de las leyes 85 y 86 conocidas como “La Piñata”, recolectora de fondos de algunas desvencijadas oenegés europeas, empoderada en un sector de la cultura sobre todo en la literatura, responsable de muchos crímenes incluidos de lesa humanidad cuando fue monolíticamente hablando parte del FSLN hasta 1994, e instancia beneficiada por la raquítica memoria histórica que cuenta con estos y otros señalamientos fatídicos en su memorial.

La crítica situación que el país enfrenta, nuevamente a la deriva social y económica, sin padrinos como Rusia o Venezuela, ya a las puertas de la aplicación de leyes demoledoras provenientes de Estados Unidos como presión al orteguismo y con una primavera social naciente que aún bajo las balas y asedios del Gobierno continúa viva, abre la oportunidad para una rectificación de lo cometido por quienes militan en el MRS, fomentando un exhaustivo autoanálisis.

Este les permitiría darse cuenta, por respeto a tanta sangre derramada, que la mejor propuesta que puedan devolverle a la ciudadanía sería, además de darle paso al ansiado relevo generacional, llevar a cabo una recapitulación por los abusos cometidos, devolver lo robado (existen muchas personalidades que dicen no saber nada de esto), pedir perdón a Nicaragua e incluso, someterse a una nueva aplicación de la justicia para muchos violadores de derechos humanos en el pasado negro de la década de los 80.

¿Quién, de los herederos de Ortega, comienza?

El autor es escritor y periodista nicaragüense exiliado en Estados Unidos.

Opinión herencia orteguista MRS archivo
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