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Desde el pasado 18 de abril, la represión orteguista ha dejado más de 300 personas asesinadas. LA PRENSA/ JADER FLORES

Desde el pasado 18 de abril, la represión orteguista ha dejado más de 325 personas asesinadas. . LA PRENSA/ JADER FLORES

Gobierno se niega a ver crisis humanitaria en Nicaragua

La declaratoria de una crisis humanitaria, según el director del Centro Humboldt, permitiría canalizar apoyo por medio de organizaciones de primera respuesta

Por las dimensiones que ha alcanzado la crisis que inició el 18 de abril en Nicaragua, con más de 322 muertos, miles de heridos, desplazamiento forzado dentro y fuera del país y la privación de atención médica a las víctimas de la represión, debería de ser considerada como una crisis humanitaria, valoró el director de la organización ambiental Centro Humboldt, Víctor Campos.

La declaratoria de una crisis humanitaria, según Campos, permitiría canalizar apoyo por medio de organizaciones de primera respuesta como la Cruz Roja Nicaragüense, la Mesa Nacional para la Gestión de Riesgo, y otras organizaciones, con el objetivo de asistir a la población necesitada.

Sin embargo, la realidad es que el Gobierno no acepta que exista una crisis humanitaria, explicó el también ambientalista.

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Posterior a la ejecución de la “operación limpieza”, disfraz que utilizó el Gobierno para cubrir los brutales ataques armados contra la población manifestante en diferentes ciudades del territorio nacional, el mismo director del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred), Guillermo González, entregó apoyo económico a familias afines al Gobierno, por ser “víctimas del terrorismo”, mientras la Policía Nacional y los paramilitares perseguían a los manifestantes para encarcelarlos.

Campos explicó que instituciones como el Sinapred nunca van a actuar ante la emergencia que vive el país porque son dependientes del Ejecutivo.

“No hay posibilidad que el Estado nicaragüense decrete la crisis humanitaria, cuando efectivamente estamos viviendo una crisis humanitaria terrible”, dijo Campos.

Según la resolución 46-182, para el Fortalecimiento de la coordinación de la asistencia humanitaria de emergencia del Sistema de Naciones Unidas, cada Estado tiene la responsabilidad primordial de ocuparse de las víctimas de desastres naturales y otras emergencias que se produzcan en el territorio.

“Corresponde al Estado afectado el papel principal en la iniciación, organización, coordinación y prestación de asistencia humanitaria dentro de su territorio”, se lee en el documento.

Sin embargo, el Gobierno de Nicaragua, auxiliado por grupos armados irregulares, respaldados por la Policía Nacional, más la asistencia médica de trabajadores del sistema de salud; incluidas ambulancias, integraban la “caravana de la paz”, que dejaba un saldo de muerte y sangre.

Contra el pueblo

A esto se debe sumar que existen múltiples denuncias del Ministerio de Salud, ya que este ordenó a los centros públicos que no atendieran a la población que resultara herida, leve o grave, por los enfrentamientos que, al inicio de las protestas, sostenían con oficiales de la Policía Nacional. El hostigamiento del Gobierno contra las personas que no están con ellos ha escalado; desde despidos de forma masiva a médicos especialistas y trabajadores del sistema de salud, trabajadores del Estado que participaron en protestas, asedio, persecución y cárcel, que ha obligado a miles a dejar sus hogares y exiliarse para resguardar sus vidas y la de sus familiares.

Prohibición de derechos

Para el trabajador humanitario y experto en gestión de riesgo Rodolfo Herrera, la configuración de una crisis humanitaria comienza cuando se impide a las personas que gocen a plenitud de sus derechos. Sin embargo, cada país tiene sus propios parámetros para medir la situación, lo cual podría incluir un porcentaje de población afectada, explicó.

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Para Herrera, en Nicaragua sí hay una crisis humanitaria, precisamente porque una gran cantidad de personas están siendo afectadas.

La situación del país relacionada con el impacto ambiental se presentó en el IX Encuentro Regional Centroamérica: Agua, Clima y Conflictividad, en El Salvador la semana pasada.

Como parte del pronunciamiento final del evento, en el que también participaron otros países de la región, se solidarizaron con las familias de las víctimas de la crisis que vive Nicaragua
desde el pasado abril.

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