La reunión de este miércoles en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que a partir de esta semana preside Estados Unidos, donde se prevé abordarán la crisis en Nicaragua, es para analistas políticos el escenario determinante para que la comunidad internacional entienda que si no interviene en el caso y no adopta un plan de acción, la crisis podría prolongarse y repetirse una situación similar a la de Venezuela, que enfrenta una dictadura y una severa crisis humanitaria.
Para la directora del Instituto Interamericano para la Democracia (IID), radicado en Miami, Florida, Beatrice Rangel, es esencial que la comunidad internacional tome conciencia que si no adopta medidas en el caso de Nicaragua, Daniel Ortega se quedará en el poder sin importarle las consecuencias que hasta ahora han sido devastadoras con la pérdida de vidas.
“La comunidad internacional debe entender que si no interviene en el caso de Nicaragua, Ortega se va a quedar ahí declarado dictador sin necesidad de antifaz, no le va a importar que le digan dictador y que viola los derechos humanos con tal de quedarse en el poder”, señaló.
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La crisis política se originó en Nicaragua desde el pasado 18 de abril. La represión ha dejado entre 322 y 448 muertos, más de dos mil heridos, más de trescientos presos políticos, decenas de desaparecidos y miles han emigrado.
Posibles escenarios
El exasesor en el Congreso de Estados Unidos, Jason Poblete, estima que el liderazgo de Estados Unidos en la presidencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que asumió el 1 de septiembre, podría influir en el proceso para abordar la crisis en Nicaragua y tomar acciones.
“El país que está en la presidencia crea la agenda, tiene más influencia sobre la agenda a discutir”, explicó Poblete.
Para Rangel, que se conozca del tema “dependerá de qué tan fuerte será la defensa de Rusia y China (posibles aliados de Ortega). Si esos dos países deciden que van a rifarse por la suerte de Nicaragua, el tema no entraría en la agenda del Consejo de Seguridad porque se lo van a vetar a Estados Unidos”.
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La experta se refiere al poder de veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que ejercen de manera exclusiva los cinco miembros permanentes (Francia, China, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos), que les permite evitar la aprobación de cualquier resolución sustantiva.
Fórmula “Arria”
De presentarse ese escenario, la experta afirma que existe otra vía conocida como la “fórmula Arria”.
“El presidente del Consejo de Seguridad puede informarse sobre un problema aun cuando no esté en la agenda invocando la ‘fórmula Arria’”, añadió.
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El objetivo de la “fórmula Arria”, creada por el exembajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Diego Arria (1991-1993), es incentivar un diálogo directo fuera de la agenda del Consejo de Seguridad con distintos agentes implicados en un conflicto, que incluye desde altos representantes de los gobiernos hasta organizaciones internacionales, que facilite a los miembros del Consejo de Seguridad tomar decisiones con base en información de asuntos relevantes proporcionada por expertos.
“El informe que esos expertos produzcan forma parte de toda la documentación del Consejo de Seguridad, por ahí podría ser (que se conozca la crisis de Nicaragua, en caso de veto de Rusia o China) si se toma la fórmula Arria”, indicó Rangel.
Fuerzas de Paz
Si el tema de Nicaragua logra entrar en la agenda del Consejo de Seguridad, Rangel cree factible una “condenatoria al Gobierno de Nicaragua por violaciones a los derechos humanos, pero no veo a Naciones Unidas tomando una determinación de recurrir a su Departamento de Operaciones de Mantenimiento de Paz, para enviar una fuerza a Nicaragua, no en este momento”.
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El Departamento de Operaciones de Paz, conocido en el terreno como cascos azules, proporciona seguridad, apoyo político y consolidación de la paz para ayudar a los países a sentar las bases hacia una paz sostenible.
Poblete por su lado cree que si el Consejo de Seguridad logra aprobar una condena al Gobierno de Nicaragua, debería estar respaldada por un plan de acción, como sanciones multilaterales, o solo “sería crear solo expectativas”.
Expulsión de la Misión
El Consejo de Seguridad podría conocer sobre la expulsión de parte del Gobierno de Nicaragua a la Misión del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh), y del informe que provocó la semana pasada la ira del Gobierno.
La directora del IID explicó que si el Consejo de Seguridad hace suyo el informe de Oacnudh, le da poder de decisión al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, “ahí podría establecerse que Nicaragua está fuera de la Carta Democrática (Interamericana)”.
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Rangel dijo dudar de la imparcialidad de la nueva representante de Oacnudh, la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, frente al caso de Nicaragua “dado sus vinculaciones con sectores izquierda y de extrema izquierda en América Latina”.
Sin embargo, en sus primeras declaraciones a la prensa desde su nuevo cargo, Bachelet dijo “sé que las víctimas, que los defensores de los derechos humanos están esperando apoyo de mí y haré mi mayor esfuerzo para estar allí cuando lo necesiten”, según la agencia de noticias Efe.
Informe entierra a Ortega
El 31 de agosto pasado, el exembajador de Nicaragua ante la ONU, Julio Icaza Gallard, valoró el hecho que se aborde el tema de Nicaragua en el Consejo de Seguridad de ese organismo internacional como consecuencia que la actual situación de violación a los derechos humanos en el país es percibido como “un serio peligro para la paz y seguridad internacional”.
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“Un debate amplio sobre la situación en Nicaragua pondría en evidencia el enorme aislamiento internacional del régimen de Ortega. Difícilmente habría países que se atrevan a defenderlo frente a un informe tan contundente como el presentado por el alto comisionado de DD. HH.”, valoró Icaza.
Mal parado por sus acciones
La cancelación de la visita a la misión de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos (Oacnudh) y las feroces críticas al sistema de Naciones Unidas no dejan bien parado al presidente designado por el Consejo Supremo Electoral, Daniel Ortega, ante la comunidad internacional, desde la percepción de los organismos no gubernamentales (ONG), en Ginebra.
Ante la proximidad del inicio del Consejo de Derechos Humanos, a celebrarse el 8 de septiembre en Ginebra, la Red Internacional de Derechos Humanos( RIDH), junto a más de 60 organizaciones, dirigirá en las próximas horas una carta a la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, para solicitar que se pronuncie sobre la situación de Nicaragua, afirmó su representante, Ramón Muñoz.
“Que actúe, hable fuerte como la defensora de las víctimas (…) de la gente que ha estado protestando y ha sido víctima en Nicaragua”, dijo Muñoz.
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Muñoz ve que hay interés en el tema. A su criterio, la situación actual y la decisión de Ortega contra la misión de Oacnudh y la falta de colaboración con los otros dos mecanismos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que también se han quejado porque no tienen acceso a los sitios de detención y otros lugares para poder verificar juicios y torturas, no descarta la posibilidad que esto tenga incidencia en el Consejo de Derechos Humanos.
“En realidad, no estamos seguros de que se vaya a convocar una sesión especial, pero de lo que sí estamos seguros es de que los diferentes Estados miembros del Consejo, no miembros del Consejo, están discutiendo en privado, entre las misiones diplomáticas y embajadas sobre la situación de Nicaragua para ver qué medida van a tomar”, explicó Muñoz.
Además manifestó que existe la posibilidad que si no hay una sesión especial se puede presentar durante el Consejo otra alternativa, que es un debate urgente; dado la gravedad de la situación en Nicaragua.
Otra posibilidad consiste en que algunos grupos de regiones puedan hacer una declaración conjunta sobre la situación de Nicaragua, durante el Consejo de Derechos Humanos o se abra un espacio para que la alta comisionada presente el informe oficialmente ante el Consejo para un debate.
Una declaración conjunta tiene mucho menos efectos, pues es simplemente una declaración política, que no es suficiente dado la gravedad de la situación en Nicaragua.
Por eso “estamos pidiendo a la alta comisionada que ponga esto sobre la mesa, aunque ella no tiene la autoridad de llevar esto al Consejo, más que su declaración inicial de apertura, que sería muy importante”.
El desarrollo de un debate urgente en medio del Consejo de Derechos Humanos es importante.
“Y puede haber posibilidad que se apruebe una resolución ordenando alguna acción concreta, una comisión de investigación como sugirió el alto comisionado (saliente) que se creara una comisión mixta (internacional y nacional)”, confió Muñoz.
Moncada insiste en golpe
El canciller de Nicaragua, Denis Moncada, acusó a la CIDH de “mentir” en sus informes sobre la violencia en el país por ser un “instrumento” de Estados Unidos, e igual al alto comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas de “carecer de objetividad” por haber responsabilizado al Gobierno de reprimir y criminalizar las protestas ciudadanas. En una entrevista con un medio oficialista, dijo que se “ignora la realidad del golpe de Estado” que, según él, sufrió el país desde abril pasado. El ejecutivo no reconoce haber masacrado a manifestantes pacíficos.