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En los últimos días, la Policía ha salido a las calles junto a civiles que intimidan a la población y desbaratan las barricadas. LA PRENSA/Roberto Fonseca

“Estrategia del horror” de Ortega es incapaz de aplastar resistencia ciudadana, aseguran expertos

Expertos en seguridad opinan que la Policía, al mando de Daniel Ortega, está dirigiendo una ofensiva contra la insurrección ciudadana de la mano de mercenarios, sicarios y fuerzas de choque

Expertos en seguridad opinan que la Policía, al mando de Daniel Ortega, está dirigiendo una ofensiva contra la insurrección ciudadana de la mano de mercenarios, sicarios y fuerzas de choque que provocan el terror en la población nicaragüense, lo que es calificado como una “estrategia del horror” por la socióloga Elvira Cuadra.

Esta estrategia se explica porque la rebelión civil, en diferentes partes del país, supera el número de agentes en la institución policial, por eso coinciden en que la estrategia oficial es atacar una ciudad cada día.

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En los últimos días, la Policía ha salido a las calles junto a civiles que intimidan a la población y desbaratan las barricadas que los ciudadanos levantaron por su seguridad en la entrada de sus barrios. Cientos de videos, grabados por ciudadanos, muestran a la Policía con parapoliciales en las calles de Managua, Masaya, Estelí, Jinotega, Matagalpa, Chinandega, Jinotepe, principales departamentos donde hay rebelión en contra del gobierno de Daniel Ortega.

Roberto Cajina, experto en seguridad, señaló que la actuación policial demuestra que el Gobierno no tiene la capacidad de enfrentar toda la situación. Según el informe anual de la Policía Nacional en 2016, el más reciente publicado, el país tenía entonces 15, 139 oficiales para darle cobertura a 121, 428 kilómetros cuadrados, es decir la república tenía un promedio de 24 policías por cada diez mil habitantes.

“Han tenido que sacar a los (policías) manga chinga porque ya ni los antimotines ni los paramilitares le dan abasto para enfrentar todos los focos de insurrección cívica que hay en Nicaragua, entonces han optado por ir un lugar a la vez”, opinó Cajina.

Sicarios, mercenarios y terroristas

Cajina manifestó que los francotiradores y los paramilitares que acompañan a la Policía cumplen con la definición de sicarios, porque reciben un pago de entre 200 a 500 córdobas al día por matar, mientras que los que aparentemente son militares retirados, que también andan armados acompañando a la Policía, caben dentro de la definición de mercenarios.

Por último diferenció a los grupos que la población llama miembros de la Juventud Sandinista (JS) y los calificó de fuerzas de choque, porque estos no se ve que andan usando armas de fuego.

Cajina dijo que en general todos están dentro de la calificación de terroristas, porque su intención es infundir el miedo entre los que están participando en las protestas y los que podrían apoyarlas.

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La estrategia paso a paso

La socióloga Elvira Cuadra, también especialista en seguridad, consideró que la represión gubernamental en varias ciudades del país, es una es una “estrategia de terror” ante la incapacidad que tiene la Policía Nacional para frenar las marchas multitudinarias y las protestas que se han dado en todo el país.

“Desde la última sesión del Diálogo Nacional quedó claro que su preocupación principal eran los tranques o las barricadas, en el caso del Gobierno, y que querían levantarlos a como fuera. Pues frente a su incapacidad de contener las marchas multitudinaria que se realizaron en días anteriores, orquestaron una estrategia de terror utilizando policías –civiles y uniformados– así como los grupos parapoliciales armados también para llegar a los barrios a causar terror”, expresó Cuadra.

Aún así, la especialista señaló que a pesar de la fuerza bruta utilizada por estos grupos parapoliciales, la estrategia del horror no ha dado resultados.

El comandante Henry Ruiz, quien fue uno de los nueve comandantes que dirigió el país en los años ochenta, calificó la actuación de la Policía como una ofensiva a la “sublevación general del pueblo”. Para Ruiz esta situación no estaba prevista en los cálculos del orteguismo, por eso le ha sido más difícil controlarla.

“Cuando se hizo el llamado de trancar Managua, pareció una especie de broma del movimiento civil (de los autoconvocados) que hizo el llamado, pero después cuando hubo el desfile de la marcha por los barrios orientales, los barrios marginales de Managua (realizada el domingo), que teóricamente son su bastión social de este régimen populista, sin embargo, cuando comenzaron a alimentarse los tranques de manera masiva (al orteguismo) les entró el pánico. Entonces eso no lo van a permitir, están botando la máscara, y van con todo”, dijo Ruiz.

 “Escuela de delincuentes”

El general en retiro Hugo Torres manifestó que el mayor peligro de armar a las pandillas y a los delincuentes comunes es la creación del futuro “crimen organizado” en el país.

“Ortega ha hecho en estos dos meses una gran escuela del crimen, porque al involucrar a estos muchachos de las pandillas, organizarlos, armarlos y darles un manto de impunidad, los está convirtiendo en el futuro crimen organizado del país, en las futuras maras de Nicaragua, por eso te decía que Ortega ha convertido a Nicaragua en una gran escuela del crimen, en tanto ha recogido a toda la delincuencia para que defienda el poder de su familia”, dijo Torres.

El país vive su día número 58 de protestas  ciudadanas, en la que el pueblo reclama la salida de Ortega del poder. Desde el 18 de abril iniciaron las manifestaciones que han sido reprimidas por el Estado, dejando un saldo de al menos 151 muertos.

Política Daniel Ortega Nicaragua Policía Nacional archivo

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