Jessica Rivas, Juana Ramírez y Gioconda Ríos sostienen una manta que pide que en Nicaragua no sigan los asesinatos, ni las masacres y que sí haya justicia por los muertos que ha dejado la represión gubernamental, que justamente hoy cumple un mes desde el inicio de las protestas nacionales.
Son las 4:00 p.m. y el sol pica, pero estas madres que viven en dolor porque a sus hijos se los mataron en la cruda violencia desatada por fuerzas paramilitares y antimotines, no las hostiga y algunas con la voz quebrada gritan que los responsables deben ser castigados y señalan al gobierno de Daniel Ortega como el único responsable de estos actos que han dejado luto en muchas familias.
“Nosotros tenemos pruebas que fue la Policía que disparó y mató a mi hijo, nosotros le entregamos pruebas a la Fiscalía de eso. Quiero que se haga justicia acá en Nicaragua y responsabilizo al gobierno porque los policías son mandados por él, mandó a matar a todos los jóvenes”, acusa Rivas, quien el 22 de abril perdió a su hijo Jessner Rivas luego de que recibió un balazo en el barrio La Fuente, cerca de un supermercado.
A su lado está Ramírez que también recibió la mala noticia de que su hijo, Marlon Martínez, murió por un impacto de bala en el enfrentamiento del 20 de abril en el sector de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Cuenta que él apenas estaba en secundaria pero que se unió a las protestas del bando de los universitarios porque no consideraba justa la reforma al Seguro Social -que fue el detonante de las manifestaciones en el país.
“Fue un pueblo que a él (Daniel Ortega lo subió) y ahora está matando a quien lo puso ahí”, reacciona Ramírez, quien acusa a los médicos de negarse a atenderlo cuando fue herido. A Martínez le pegaron un balazo en la cabeza a las 4:20 p.m. de ese 20 de abril y falleció 4 horas después.
Estas madres que a los cuatro vientos demandan justicia, este jueves estuvieron acompañadas por un nutrido grupo de ciudadanos en la rotonda Rubén Darío, donde por varias horas se mantuvo un plantón denominado Madres de abril.
A escasos metros de donde están ellas, Jesser Chavarría carga en brazos a su hija de 2 años de edad, quien ondea una bandera azul y blanco y luego busca refugio en el hombro de su padre. A su lado está su otra hija, de 3 años y su esposa.
Comenta que ha llegado al plantón porque es demasiada la violencia desatada por el gobierno en turno y no quiere que sus hijas crezcan en un país donde no hay justicia.
“Daniel (Ortega) viene haciendo arbitrariedades hace tiempo y lo que hizo fue crear una olla de presión y reventó cuando empezó a matar a la gente”, sostiene Chavarría.
Cuando el sol desaparece, en la rotonda Jean Paul Genie, ubicada a pocos kilómetros del plantón Madres de abril, empieza a concentrarse ciudadanos que también demandan justicia en el país.
En el municipio de Ticuantepe, ubicado más hacia el sur de Managua, los ciudadanos se suman a la protesta, convocada por el Movimiento Ticuantepe Despierta. Realizan una marcha pacífica, que tiene punto de partida el parque Juan Ramón Padilla con rumbo a los semáforos.
56
personas han muerto en Nicaragua por la represión gubernamental, según la confirmado LA PRENSA. Todo inició el 18 de abril en León y Managua y se recrudeció en los siguientes días.