El abuso sexual en Nicaragua es un problema real y aumentan cada día en las comunidades, familias y en los colegios, sostuvo la coordinadora del Movimiento Contra el Abuso Sexual (MCAS), Lorna Norori.
Esto lo conoce Norori no solo a través del MCAS, sino por los casos que constantemente recibe en su consultorio como psicóloga.
“Estamos hablando de que incluso he tenido situaciones de mamá que tienen a dos niñas paridas, una de ellas con dos niños”, refirió Norori, quien aclaró “eso no fue hace quince años, estamos hablando que la última (menor) tiene 14 años con un bebé de dos meses”.
En el Libro Blanco sobre la incidencia delictiva el Gobierno solo hace referencia a las violaciones que ya ha sido criticado por organizaciones de la sociedad civil, que indican que el tema es más amplio pues se trata de delitos contra la integridad sexual. Según el Gobierno la tendencia de las violaciones es de disminución al pasar de 1,757 ocurridas en 2007 a 980 denunciadas hasta octubre de 2017.
“Bajando, de ninguna manera (…) porque por otro lado estoy viendo como se comporta (el delito) en las comunidades donde trabajamos en el norte, León, Chinandega, lo que nos están reportando las organizaciones de como están recibiendo situaciones de abuso sexual, pero también cómo las familias están diciendo que no quieren ir a denunciar”, sostuvo Norori.
¿Cifras son maquilladas?
Para la dirigente del MCAS con esto el Gobierno lo que está haciendo es “maquillando las cifras” y consideró que entre los factores para que las víctimas no denuncien está que desaparecieron las Comisarías, que consideró uno de los propósitos de esta disposición “ era que la gente no tuviera donde acudir a denunciar, (y) se perdió la ruta judicial”.
La investigadora del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp), Skarlleth Martínez, recordó que organizaciones especializadas en el tema como Ipas Centroamérica ha destacado los embarazos en adolescentes en el país producto de violación.
Según el Ipas en Nicaragua por lo menos ocho de cada diez delitos de este tipo se cometen contra menores de 14 años.
“Realmente tenemos un problema bastante serio en el tema de violencia sexual hacia niñas y adolescentes y no hay información al respecto”, cuestionó Martínez, quien recordó que el Ministerio de la Familia es la institución encargada para velar por la protección de la niñez, y no ha conocido un documento oficial sobre el particular.
“Según Ipas en la última década (que) se incorpora dentro del año de este Libro Blanco, porque son los últimos diez años en Nicaragua ocurrieron 16,400 embarazos en adolescentes y niñas, que según el Código Penal cualquier embarazo en niñas y adolescentes menores de 14 años o menos es considerado una violación sexual, no aparece visibilizado”, sostuvo Martínez.
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El tema ha quedado invisibilizado en el Libro Banco, dice Martínez, quien considera necesario mencionarlo “sobre todo porque Nicaragua es uno de los países que tiene una de las tasas más altas de embarazo en adolescentes y tampoco el Estado se puede desligar al respecto”.
Otra información
En octubre de 2017 un grupo de organizaciones de la sociedad civil en América Latina y El Caribe denunció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que la región vive una pandemia de violencia sexual contra la niñez.
En el mismo informe suscrito por 150 organizaciones de la región, señalaron en esa ocasión, que en los últimos nueve años en Nicaragua aumentaron en un 47 por ciento los embarazos en niñas de diez a catorce años.
18,786denuncias por casos de violación asegura la Policía Nacional que registró en el país entre el 2007 y el 2017. De ese total dice la información oficial 15, 323 casos fueron resueltos.