Ni una palabra mereció de la jefa de facto de la Policía Nacional, primera comisionada Aminta Granera, el reclamo que le hace la madre campesina, Elea Valle, para que se le permita estar presente en la exhumación y se le entreguen los cuerpos de sus dos menores, quienes fueron asesinados por el Ejército el 12 de noviembre pasado.
Granera apareció públicamente el lunes pasado en un acto oficial junto con la pareja presidencial designada por el poder electoral, Daniel Ortega y Rosario Murillo, y el jefe del Ejército, general Julio César Avilés.
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La jefa de facto de la Policía participó en la graduación de 28 nuevos oficiales de la Academia de la Policía Walter Mendoza, siendo ese un acto protocolario más en los que solo suele aparecer Granera, desde hace más de un año que se le prorrogó al frente de la institución.
Culto a Murillo y Ortega
En su discurso Granera elogió a los graduados por su alto promedio académico, les habló de los retos de la profesión y les llamó a practicar “el carácter humanista”, que según ella, distingue a la Policía.
La jefa de facto policial no olvidó hacer culto a la personalidad de Ortega y Murillo, pues les dijo a los nuevos oficiales que los retos los lograrían superar “con la ayuda de Dios, con el apoyo incondicional que recibimos de nuestro presidente y jefe supremo, y de nuestra vicepresidenta, la compañera Rosario”.
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El discurso de Granera contó con 1,396 palabras, pero ninguna fue en referencia a la masacre en La Cruz de Río Grande y al reclamo de la madre campesina por los cuerpos de los suyos, y a la demanda de la sociedad civil de que se investigue el asesinato cometido por el Ejército.
Ha pasado más de un mes desde que oficiales del Ejército mataron a seis personas en la comarca San Pablo XXII, en el municipio de La Cruz de Río Grande, en el Caribe Sur. La versión que dio el Ejército es que hubo un enfrentamiento con “elementos delincuenciales”, versión que respaldó la Policía al asegurar que exhumarán los seis cuerpos que fueron enterrados en una fosa.
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Elea Valle rechaza que la Policía y el Ejército llamen delincuentes a sus hijos Francisco Alexander y Yojeisel Pérez Valle, de 12 y 16 años, respectivamente, quienes son dos de los seis asesinados por los militares.
Cenidh la critica
“Es lamentable que una persona inteligente, preparada como es la comisionada Granera, a quien conozco personalmente desde hace muchos años, haya llegado al extremo de someterse al discurso de Ortega y solo repetir las incoherencias de este”, criticó la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez.
Para Núñez, “al ignorar esa masacre”, la comisionada Granera “se vuelve cómplice”, pues recordó que como jefa de la Policía tiene la responsabilidad de dirigir las investigaciones “y de tomar las medidas correctivas y disciplinarias para deslindar las responsabilidades en este caso”.
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Valle ha presentado dos cartas, la última el lunes pasado, dirigidas a la comisionada Granera exigiendo respeto por la memoria de sus hijos y demandando se le indique la fecha en que los cuerpos de sus hijos serán exhumados.
Valle desconfía de la Policía y por eso pidió se le realicen exámenes de identidad a los cuerpos que se le entreguen para tener certeza de que sean en efecto sus hijos.
La presidenta del Cenidh afirmó que hasta el martes la primera comisionada Granera no ha respondido las cartas de la madre campesina.
Solo cuentan los oficiales caídos
Los únicos muertos a los que el presidente designado por el poder electoral, Daniel Ortega, hizo referencia el lunes pasado, fueron los oficiales que han caído en acciones en contra de grupos de “delincuentes y criminales”, que según dijo, “ven en un policía a un enemigo, al cual hay que eliminar”. Ortega afirmó que 77 oficiales han sido asesinados en los últimos diez años.
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La presidenta del Cenidh, Vilma Núñez, dijo que la muerte de policías también es lamentable, “pero de ninguna manera” se justifica “que estén encubriendo un crimen tan atroz que cometió el Ejército en La Cruz de Río Grande”.
