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La mayoría de migrantes provenientes de Nicaragua emigran hace Costa Rica, Estados Unidos y a España. LAPRENSA/ JADER FLORES

El paso por la frontera entre Nicaragua y Costa Rica puede ser peligroso. LAPRENSA/ ARCHIVO

Los tres caminos del migrante nicaragüense

Como aves migratorias los nicaragüenses han tenido que salir del país para sobrevivir. Cruzan ríos, desiertos y océanos para llegar a su destino y casi nunca regresan. Este es el camino a los países más buscados

Cuando el invierno ataca las zonas más frías de Suramérica las aves migratorias alzan vuelo hacia el norte en busca de tierras más cálidas. Al igual que los migrantes se van para poder sobrevivir, pero a diferencia de ellas, estos viajan solos, rara vez regresan y se van a tres países en particular. En los últimos cincuenta años se han ido tantos que ya forman más del 10 por ciento de la población de Nicaragua y son una artería fundamental de la economía.

Isolda Molina es parte de esa cifra. Ella se fue a España hace 10 años después que la empresa donde trabajaba cerró y quedó desempleada. Supo que en ese país europeo era fácil encontrar un trabajo donde le pagaran mejor del que podría encontrar si se quedara en Nicaragua y no dudó en irse. Lo curioso es que en ese país nueve de cada diez migrantes son mujeres.

Los otros países en sumarse a la lista son Costa Rica y Estados Unidos. Juntos suman más de 600 mil migrantes, según el estudio Perfil Migratorio de Nicaragua 2012. Y según los expertos en migraciones quienes deciden irse a estos países son completamente diferentes. Estas son algunas historias de los nicas que se fueron para no volver.

Viaje al Sur

Linerth Rostrán junto a su esposo costarricense y sus hijos. LA PRENSA/ CORTESÍA
Linerth Rostrán junto a su esposo costarricense y sus hijos. LA PRENSA/ CORTESÍA

Linerth Rostrán llegó desde Managua directo a uno de los asentamientos más precarios de Costa Rica: La Carpio. Allí las casas están hechas de zinc, plástico y ripios. Están tan juntas que la gente se mueve a través de caminos estrechos y después de las 5:00 p.m. es peligroso salir a la calle. Este es uno de los sitios donde se asienta una gran cantidad de inmigrantes nicaragüenses.

Llegó cinco días antes de cumplir 25 años, un 19 de abril del 2005. Se fue buscando la independencia que no encontraba en Nicaragua y pensando que allá podría terminar la carrera de Derecho que dejó a medias y que con facilidad encontraría un empleo. Sin embargo, nada de eso se cumplió.

En La Carpio vivió durante los primeros meses. Salían todos los días a buscar trabajo, pero de lo único que le ofrecían era servicios domésticos y hasta para eso la rechazaban por ser demasiado joven.

Según la coordinadora de la Red Nicas Migrantes, Martha Cranshaw, aunque Costa Rica es el país que más inmigrantes de Nicaragua recibe, las opciones de trabajo son limitadas. Las mujeres casi siempre van destinadas a labores domésticas y los hombres se emplean en la construcción, fontanería y trabajos en el campo. De hecho, uno de los requisitos para que Migración conceda permisos de trabajo es que el inmigrante demuestre que tiene trabajo en esos oficios. Pero estos procesos de legalización suelen ser muy costosos.

De todos los países a donde emigran los nicaragüenses, Costa Rica es el que va a la cabeza. Según explica la experta, se debe a la cercanía que hay entre ambos países y esto se conjuga con las “redes sociales” que se han establecido en el último siglo, es decir, los vínculos cercanos que hay entre los inmigrantes.

Históricamente se sabe que los primeros migrantes que sentaron las bases de la migración actual partieron en los años cincuenta por los conflictos políticos que hubo en esa década. En las siguientes décadas hubo otras olas migratorias por los mismos conflictos y fue hasta en los noventas que la migración se debió a la pobreza.

El estudio Perfil Migración de Nicaragua, publicado en 2012, enfatiza que una de las razones por las que Costa Rica es el principal destino migratorio es por la cercanía que hay entre ambos países. Esto reduce el costo del viaje y le da al migrante más oportunidades de regresar. Asimismo, explica el estudio, que las rutas para ir a este país dependen del nivel académico y social de cada migrante. Pues, actualmente, es muy raro que los migrantes crucen la frontera de forma ilegal.

La vida para Rostrán cambió definitivamente allá. Consiguió su residencia cuando nació su hija costarricense y aplicó a la residencia por vínculos con alguien de ese país.

Fue hasta 2008 que la situación de Linerth Rostrán se complicó cuando su mamá falleció y ella tuvo que traerse ilegal a su hijo mayor que había dejado en Nicaragua porque el papá de este no le dio permiso para sacarlo del país.

“Le tuve que pagar a un coyote para que nos pasara. En Peñas Blancas nos detuvo el Ejército de Nicaragua. Le dije que iba por una estadía corta y nos dejó pasar. Luego pasé la frontera de Costa Rica y allí me agarró la fuerza pública de Costa Rica y le metí otro cuento y me dejaron pasar. Íbamos en un carro privado. Yo solo me daba cuenta que en cada retén el coyote ponía cinco mil colones. Él me pasó los tres puestos fronterizos y ya después no tenía ningún problema”, narra Rostrán.

Lea también: El drama de los deportados nicaragüenses

Sueño americano

Nery Figueroa junto a los hijos por lo que se fue de mojada a Estados Unidos. LAPRENSA / CORTESÍA
Nery Figueroa junto a los hijos por lo que se fue de mojada a Estados Unidos. LAPRENSA / CORTESÍA

Cuatro meses después de haber salido de Managua, Nery Figueroa llegó a suelo estadounidense. Llevaba una mochila a cuestas y estaba empapada porque hacía unos minutos había cruzado, sin saber nadar, el río Bravo del Norte de Estados Unidos, que es fronterizo con México.

El viaje duró tanto porque el coyote al que le había adelantado 2,500 dólares la dejó abandonada en México. La llevó a casa de una conocida suya y nunca regresó por ella. En Nicaragua nadie sabía qué le había pasado y ella en lo único que pensaba era en los dos hijos que había dejado.

Aunque este es el segundo país donde más migra la población nicaragüense, la experta en migraciones Martha Cranshaw explica que son muy raros los casos donde las mujeres deciden irse ilegales y que las rutas para migrar por donde se van dependen del nivel académico y social del migrante.

“Tu estatus económico social es el que te permite viajar documentado o indocumentado. Por ejemplo, es muy extraño que una persona clase media viaje a Costa Rica indocumentada. Asimismo, es muy raro que las mujeres se vayan por esa vía no solo por la capacidad física sino porque si son jóvenes ese tema se discute entre el grupo familiar y el grupo familiar no lo recomienda. Cuando se van las mujeres en esas condicione es cuando van con su pareja, solas es muy raro”, explica Cranshaw.

La familia de Figueroa pensaba así cuando ella les dijo que se iría mojada a EE.UU., pero la decisión ya estaba tomada. Pues, un par de años antes de irse su esposo falleció y lo que ganaba como comerciante en el mercado Iván Montenegro no le alcanzaba para mantener a sus dos hijos. Entonces contactó a un vecino suyo que conocía a un coyote y juntos armaron su viaje.

En los meses que estuvo en México trabajó en casa de la señora donde la dejaron hasta que recordó que tenía un tío lejano que vivía en Luisiana, EE.UU., él fue quien le ayudó a cruzar la frontera.

“Mi tío no sabía que yo me había venido de mojada. Entonces cuando lo llamo él se asusta. Después me dijo que él iba a hacer todo lo posible para que alguien me cruzara para Estados Unidos”, cuenta vía Facebook desde Nueva Orleans.

De Nicaragua Figueroa partió en septiembre de 1993 y se suponía que llegaría a EE.UU. a la semana siguiente, pero fue hasta el 4 de enero de 1994 que logró cruzar la frontera. Lo último que recuerda cuando estaba en suelo mexicano fue:

—¿Está preparada para cruzar el río más peligroso entre México y Estados Unidos?
—Sí —respondió y se lanzó al río.

En EE.UU. se reunió con su tío y él la hospedó en su casa. Fue hasta ese momento, después de cuatro meses, que logró hablar con su familia. En los meses siguientes sus parientes le ayudaron a conseguir trabajo y le ayudaban a comunicarse con sus jefes porque ella no sabía inglés. De día cuidaba niños y de noche limpiaba cines, bingos y bancos.

Al igual que los otros dos países las oportunidades de trabajo son para mujeres en el área de servicios de limpieza y en salones de belleza. Por su lado, los hombres van al trabajo de la construcción. Pero las diferencia entre lo que reciben a cambio es significativo.

Su suerte mejoró cuando conoció a su actual esposo. Él es hondureño y al igual que ella se fue en busca del sueño americano y que para cuando lo conoció ya era ciudadano. Sin embargo, durante el proceso de legalización tuvo que regresar voluntariamente a Nicaragua en 1997. Esa fue una de las decisiones más difíciles porque no sabía si podría regresar a EE.UU.

El proceso de legalización fue largo, fue hasta en el 2002 que le dieron la residencia. Luego inició el proceso para llevarse a sus dos hijos y ahora todos viven allá.


Nicaragua destino de migrantes

No siempre Nicaragua fue un país que generara miles de migrantes. A principios del siglo pasado recibió en el país a migrantes de otros países. Unos de ellos fueron los migrantes chinos que se asentaron en los años veinte, explicó el periodista y secretario de la Asociación China Nicaragüense, Fernando Centeno Chiong. Estos provenían de Cantón y se asentaron en la Costa Caribe atraídos por la minería. Luego se trasladaron al Pacífico.

Asimismo, Nicaragua al igual que los países del istmo centroamericano ha servido como país de tránsito a los migrantes que viajan hacia Estados Unidos. El año pasado si dio la fuerte ola de migrantes africanos que pretendían pasar por Nicaragua para ir en busca del sueño americano.


España, el nuevo destino

Isolda Molina emigró a España hace 10 años. Estuvo ilegal por tres años y actualmente está en proceso de convertirse en residente. LAPRENSA / CORTESÍA
Isolda Molina emigró a España hace 10 años. Estuvo ilegal por tres años y actualmente está en proceso de convertirse en residente. LAPRENSA / CORTESÍA

Entrando en una estación de tren, Isolda Molina fue interceptada por agentes de Migración, y aunque tenía dos años de estar viviendo y trabajando ilegal en España, hasta ese día no había pensado en que podría ser deportada.

—Me permite su documentación —le dijeron los agentes.
— No, yo no tengo documentación —respondió ella.
—¿Usted a quién le trabaja?
—No, a nadie —se apresuró a responder.
— ¿Tienen a quién avisarle que la vamos a llevar detenida?
—Sí —respondió.

Acto seguido se la llevaron a la estación de Policía y la encarcelaron.

En Nicaragua Isolda Molina trabajaba en una empresa donde revelaban fotos. Allí estuvo durante 10 años hasta que la empresa cerró. Unas primas y amigas que se habían ido a trabajar a España le contaron que allá les iba mejor, que había trabajo como doméstica y que la paga era buena. Por eso se fue.

De los tres países donde más nicaragüenses emigran, España es el más reciente en sumarse a la lista. La primera ola de gente para allá se dio en 2010 y se evidenció hasta dos años después. Asimismo, se constató que quienes se iban a este país son las mujeres por las oportunidades de trabajo que ofrecen. Nueve de cada diez migrantes nicaragüenses son mujeres.

En la cárcel estuvo un par de horas. Un abogado que le contrató la familia donde estaba trabajando le ayudó. Él le explicó que como tenía casi tres años de estar laborando en España tenía la opción de aplicar a arraigo laboral, es decir, un permiso para poder trabajar en España. Al año siguiente inició el proceso y le dieron su primera tarjeta de trabajo que tenía vigencia de un año.

La diferencia con lo que ganaba en Nicaragua y lo que gana ahora es abismal. Por eso, asegura que regresará al país hasta que ya no pueda trabajar más. “No puedo comparar lo que ganaba en Nicaragua con lo que gano aquí. Con decir, que mi liquidación por los 10 años que trabajé allá fue de 400 dólares y aquí gano el triple de lo que ganaba allá. Aquí me pagan por hora como unos 10 euros y eso no me los voy a ganar en Nicaragua”, asegura vía telefónica desde Barcelona, España.

Además: A lomo de la Bestia

Giro de 360 Grados

La vida de estas tres migrantes cambió radicalmente desde que se fueron. Tanto así que ya no planean regresar a su país de origen. En el caso de Isolda Molina asegura que lo hará hasta que ya no pueda trabajar y para asegurarse que podrá vivir bien, le paga mensualmente al Seguro Social una cuota para tener derecho a su jubilación.

Por su parte, Nery Figueroa, quien emigró a Estados Unidos, asegura que su vida está allá. A Nicaragua solo viene de vez en cuando en las vacaciones. “Mi vida está aquí, gracias a Dios, es próspera y bendecida. Tengo una familia maravillosa y un trabajo muy bueno que me permite ayudar a mi mamá”, concluye.

De las tres quien tiene planes de regresar a su país es Liniert Rostrán. Asegura que la vida en Costa Rica es cara, pero se vive bien. De momento, no se regresa porque sus hijos están estudiando allá, pero sí le gustaría volver a su país. Después de que ella se fue las redes de Migración se fortalecieron, pues su hermana también se fue. Así, según los expertos, se forman las cadenas de migraciones.

 

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COMENTARIOS

  1. LEONIDAS BODAN
    Hace 6 años

    Hay que quedarse en su pais mejor e ir a paser a USA en navidad.

  2. Inmigrando a Estados Unidos?
    Hace 6 años

    ¿Pensando en migrar a los Estados Unidos? Entonces piénsalo de nuevo.

    Durante las últimas elecciones presidenciales en los Estados Unidos, la promesa principal de Trumps a sus seguidores fue deshacerse de los inmigrantes ilegales y controlar la inmigración legal. Desde su elección, hemos visto cambios en esa dirección.

    Tres cambios más que probablemente tengan un impacto en la inmigración nicaragüense a los Estados Unidos en el resto de los años de Trump en el cargo son la probable eliminación del Programa Diverso de Visas (la lotería) y el TPS, así como la disminución de varios tipos de visas de trabajos y cuotas legales de inmigración a los Estados Unidos.

    También es probable que veamos un aumento en el rodeo y la expulsión de inmigrantes ilegales en el país. Además, el clima político actual bajo Trump ha hecho que sea más difícil para los inmigrantes ilegales encontrar trabajo en los Estados Unidos, aun cuando hay numerosas vacantes en construcción, agricultura, etc., que usualmente emplea muchos inmigrantes hispanos.

    En resumen, el futuro no se ve muy bueno para inmigrantes nicaraguenses pensando trasladarse a los Estados Unidos.

  3. Conciencia
    Hace 6 años

    Si salen no critiquen al país al que van, ni violen las leyes

  4. Carlos M Alvarado
    Hace 6 años

    La migracion es normal y sucede en todo el mundo, lo anormal es la migracion de miles de Jovenes de Honduras,Guatemala,ElSalvador en el Tren de la Muerte o la Bestia como le llaman, en donde los Nicas son una minoria Gracias a Dios

  5. el carolingio
    Hace 6 años

    Los que abandonan Nicaragua, bien se sabe, no es por pedir asilo politico lo cual si ocurre es escaso, pero si por las precariedades y la pobreza de Nicaragua. Esto no deberia pasar, dado que si se tuviese un gobierno diferfente no emigrara la gente, si hubiera oportunidades parejo para todos, no saliera la gente. Reitero, son los gobiernos y sus sistemas los que obligan a salir a sus ciudadanos

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