Con motivo del terremoto registrado en el estado mexicano de Chiapas, la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia EFE y BBVA, ofrece a continuación algunas claves para una correcta redacción de las informaciones relacionadas con este fenómeno.
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1. “Sismo” y “seísmo”, términos adecuados
Tanto “sismo” como “seísmo” son formas apropiadas para nombrar a un terremoto o sacudida de la tierra. La primera es más común en Hispanoamérica y la segunda en España.
2. “Hipocentro” y “epicentro”
No significan lo mismo: mientras que el hipocentro, también llamado “foco sísmico”, es el lugar en el interior de la corteza terrestre donde tiene origen un sismo, el epicentro es el punto en la superficie terrestre -aunque puede estar sumergido- donde el terremoto es más intenso.
Además, puesto que no son hechos o eventos, sino lugares o puntos de la corteza terrestre, lo apropiado es decir que se localizan, no que ocurren o se producen.
3. “Maremoto” y “tsunami”
“Maremoto” y “tsunami” son dos términos que no conviene confundir, pues no son sinónimos. Mientras que un maremoto es un terremoto cuyo epicentro se localiza en el fondo del mar, un tsunami es la ola gigantesca producida por un maremoto o por la erupción de un volcán submarino.
4. Escalas de Richter y de Mercalli
La escala de Richter mide la magnitud de un movimiento sísmico, la energía que libera (“una magnitud de 6,5 en la escala de Richter”), mientras que la escala de Mercalli mide su intensidad, los efectos que produce (“una intensidad de grado VII en la escala de Mercalli”).
5. “Oaxaca”, pronunciación
El nombre del estado mexicano de Oaxaca, uno de los afectados por el temblor, se pronuncia /Oajáka/, ya que esa “x”conserva, como en el caso de “México”, su antiguo valor como representante del sonido /j/.
6. “Asolar”, conjugación correcta
El verbo “asolar”, cuando significa destruir o arrasar, puede conjugarse de forma regular o irregular, tal como recoge la Gramática académica. Así, se puede decir “asuelo”, “asuelas”, “asuela”, “asuelen”?, pero también “asolo”, “asolas”, “asola”, “asolen”?, siendo esta última la única conjugación apropiada del verbo “asolar” cuando significa secar los campos o causar sequía.
7. “Devastar”, no “desvastar”
El verbo “devastar” es destruir, arrasar un territorio, y no hay que confundirlo con “desbastar”, que significa quitar lo basto o debilitar, gastar, ni con “desvastar”, que es una forma híbrida inexistente en español y que, por tanto, es desaconsejable.
8. “Severo” no es lo mismo que “grave”
El uso del adjetivo “severo” con el significado de grave o serio es un calco inapropiado de la palabra inglesa “severe”, por lo que lo adecuado es hablar de “graves daños” o “daños serios”, no de “severos daños”.
9. “Segar vidas”, no “sesgar vidas”
Cuando se quiere significar matar, acabar con la vida de alguien, lo apropiado es emplear el verbo “segar”, no “sesgar”; por ello, la expresión adecuada es “segar vidas”, no “sesgar vidas”.
10. “Tsunamirresistente” y “tsunamirresiliente”
“Tsunamirresistente” y “tsunamirresiliente”, dos neologismos que aluden a la propiedad que tienen algunas construcciones de ser resistentes a los tsunamis, se escriben en una sola palabra, en redonda y con doble erre.
11. “Tremor”, no “trémor”
En sismología, “tremor” alude a un terremoto característico de los volcanes que refleja modificaciones en su estado interno. Hay que tener en cuenta que se trata de una palabra aguda, es decir, que en su pronunciación se acentúa la última sílaba, /tremór/, y que no está justificado pronunciarla como llana, /trémor/.
12. “Zona cero”, en minúscula
La expresión “zona cero”, que alude al área de mayor devastación en un desastre, se escribe en minúscula y no necesita cursiva ni comillas.
La Fundéu BBVA (www.fundeu.es).