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Fabián Medina, En Letra Pequeña

En Letra Pequeña

Rarezas. Si alguien ha marcado estos diez años de gobierno es doña Rosario Murillo quien trasladó su propia personalidad a un país entero.

Rarezas

Del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua se podrá discutir si es una dictadura o un gobierno autoritario, si es de izquierda o de derecha, si es legal o ilegal, pero difícilmente se podrá discutir el sello rocambolesco que nadie pudo siquiera imaginar que tendría cuando el candidato de siempre del Frente Sandinista regresó a la presidencia en enero del 2007. Y decir el régimen de Ortega ya es de por sí una injusticia, porque si alguien ha marcado estos diez años de gobierno es doña Rosario Murillo quien trasladó su propia personalidad a un país entero.

Árboles de la vida

En algún momento, doña Rosario Murillo tuvo que haber comenzado con un primer anillo, pulsera o collar con algún significado mítico religioso que la protegiera, y siguió así hasta que ya no le quedaron más dedos, muñecas y cuello donde ponerlos. Cuando apareció el primer “árbol de la vida”, el 19 de julio de 2013, todo mundo vio una extravagancia más de la Compañera. Y al igual que los anillos, collares y pulseras en su cuerpo, comenzaron los árboles de la vida a multiplicarse en Nicaragua. Se volvieron prioridad de gobierno. Ya vamos por 140, y si no se han seguido levantando más, es porque ya no tienen tanto dinero como el que tenían cuando llegaba a montones desde Venezuela. Cada uno de eso árboles de metal cuesta, según cálculos conservadores, unos 25 mil dólares. Y eso no incluye su mantenimiento y vigilancia. Se podrá discutir si son bonitos o no, pero lo que no se puede poner en duda es que son una excentricidad personal llevada a cosa de Estado.

Meteorito

Aquí cayó un meteorito. La medianoche del sábado 7 de septiembre de 2014 oficialmente cayó un meteorito en Managua. No importa que nadie haya visto la bola de fuego que los caracteriza, no importa que científicos de la Nasa hayan dicho que era imposible que la explosión que estremeció a la ciudad la haya producido un meteorito, no importa que no se haya encontrado resto alguno del meteorito, no importa que el asteroide 2014 RC al que se le atribuye el meteorito estuviese a 13 horas aún de su paso más cercano por la tierra cuando ocurrió la explosión, no importa que no haya ni una sola evidencia científica, aquí, para este gobierno cayó un meteorito. Lo dijo la Compañera y punto. Lo repitieron los expertos que trabajan con ella. ¿Cómo iban a desmentirla? Y hasta el día de hoy sigue siendo un meteorito porque decir lo contrario obligaría a explicar qué demonios fue lo que estalló esa noche de sábado cuando inventaron el meteorito.

Gran Canal

La rareza del “Gran Canal” se explica sola en las palabras del Secretario de Políticas Nacionales, Paul Oquist, en junio de 2013: “Hasta el 2012 tenemos un Producto Interno Bruto (PIB) de  10.5 mil millones de dólares, un 54% más que en el 2006 y con el canal vamos a llegar a tener un PIB de 24.7 mil millones de dólares para el 2018, que es 265 veces más que tuvimos en el 2006, una economía transformada abriendo las puertas para empleo masivo y reducción de la pobreza extrema. Con el canal llegamos a 24.7 mil millones de dólares que es 9.8 mil millones más de lo que tendríamos sin canal, que no es muy distante de 10.5 mil millones de dólares que tenemos ahora, es decir que estamos hablando de doblar la economía”. Sin comentarios.

Ermitaño

No solo es que Daniel Ortega no ha hecho ni una sola conferencia de prensa ni ha dado alguna entrevista a medios nacionales desde que asumió la Presidencia, sino que generalmente no sale de día, solo de noche, nunca se le ve en el cine o en algún restaurante, y en la última campaña ni siquiera salió de su casa. De seguir así, bien, podría convertirse en “El Gran Hermano” de la novela de Orwell, un gobernante que nadie conoce en persona, no saben su nombre real y solo se sabe que esta “ahí”, observándolo todo. Bien podría estar muerto y no nos daríamos cuenta.

Matrimonio presidente

Y como si el faltara más chile al chilero, en noviembre pasado, el matrimonio Ortega Murillo se designó Presidente y Vicepresidente, una línea que muy pocos dictadores en el mundo se atreverían a cruzar. Ninguna de estas rarezas nos salen gratis. La instalación de los árboles de la vida costó, por lo bajo, tres millones y medio de dólares, suficiente dinero para 230 viviendas de interés social, para gozar del “gran canal” se empeñó al país, el meteorito es un misterio que esconde no sabemos qué y para que Ortega lograra imponer a su mujer como vice tuvo llevar las “elecciones” a su ponto más oscuro, echar de mala forma a los observadores, eliminar la oposición y adjudicarse una votación masiva en unas elecciones donde faltaron los votantes. De ahí viene la Nica Act. Ellos son raros. Nosotros pagamos sus rarezas.

Columna del día En Letra Pequeña Fabián Medina archivo

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