Aunque la industria del juego tiene un alto potencial para atraer turistas de alto poder adquisitivo, Nicaragua está desaprovechando esta oportunidad. De hecho, en la estrategia turística del país los casinos están ausentes, lo que a criterio de especialistas en este campo restringe el crecimiento de este sector.
Los casinos y salas de juegos son vistos como una vía para obtener recaudación, lo que es una estrategia errada, considera Carlos Augusto Oviedo Arbeláez, especialista en riesgo.
“Ese giro que se dio al pasar del sector Turismo al sector Hacienda para mejorar el recaudo, pareciera un paso correcto en materia de recaudo, pero no un paso correcto en la promoción de una industria. Ese cambio de enfoque lleva a que las casas de juego, casinos, se les vea como unas generadoras de impuesto”, afirmó Oviedo, tras participar en el primer Foro Internacional de Lavado de Activos en la Industria de Casinos y Salas de Juego realizado en Managua en semanas recientes.
Solo los 11 casinos que forman parte de la Cámara de Empresarios de la Industria de Juegos y Apuestas Autorizadas (Ceija) aportan al Fisco cada año entre 1 y 1.2 millones de dólares en impuestos. Además, emplean a setecientos trabajadores de manera directa y a 1,500 de forma indirecta, lo que asegura una inyección salarial mensual por 2.44 millones de dólares.
En una reforma a la Ley 766, Ley especial para el control y regulación de casinos y salas de juegos, el Gobierno ordenó trasladar todas las competencias y facultades que el Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur) tenía sobre el sector casinos y salas de juego al Ministerio de Hacienda y Crédito.
SE PERDIÓ OPORTUNIDAD
El especialista sostiene que con solo esa medida se desvinculó al sector con el turismo, perdiendo así la oportunidad de promocionar entre los turistas una opción de esparcimiento y entretenimiento.
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Y aunque en Nicaragua algunos hoteles, particularmente los de Managua, cuentan con casinos, para Oviedo no existe una estrategia que propicie el desarrollo de este sector de la mano del turismo, como ocurre en Panamá.
Lucy Valenti, presidenta de la Cámara Nacional de Turismo (Cantur), reconoce esa debilidad con el sector casinos y salas de juego y el turismo, pero asegura que el origen de esta situación no se debe a que la administración de este haya pasado a Hacienda, sino al hecho de que en el país hay muy pocos hoteles con categorías 4 y 5 estrellas, que son los que por ley tienen licencia para albergar casinos y salas de juegos.
Entonces Nicaragua al sustentar su oferta turística en sol y playa principalmente y no contar con hoteles de ese tamaño en las costas, entonces tener casinos y salas de juegos prácticamente es imposible, explica Valenti.
Según estadísticas del Intur, de los 355 hoteles que hay en Nicaragua, solo nueve entran en la categoría de cinco estrellas y otros treinta en cuatro estrellas. En cambio, 119 son de una estrella, 104 dos estrellas y 93 tres estrellas.
Todavía no hay infraestructura
“Estoy de acuerdo con el planteamiento de que no se está aprovechando el potencial turístico de la industria del juego, pero no se está aprovechando porque todavía no hemos llegado a tener el tipo de infraestructura adecuada de categoría internacional ni el volumen de turistas para ese tipo de segmento”, afirma Valenti.
“Si te vas a la zona costera te vas a dar cuenta que no hay ni un hotel grande, de marca internacional que son los que normalmente traen junto con sus servicios los casinos y que hay que desarrollar”, afirmó y añadió que esto es algo que sí ocurre en Costa Rica y Panamá.
En el informe del Intur los casinos y salas de juegos están excluidos del registro de oferta de entretenimiento y esparcimiento del turismo nicaragüense.
El perfil de los turistas
Pero ¿cuál es el perfil de turista que atrae la industria del juego? Valenti explica que es el turista de negocio, aunque en otros países tiende a atraer el de tipo vacacional, que es de ingreso medio alto.
Y como en Managua es a donde llega gran parte de los turistas con el perfil antes descrito y por ende están los hoteles más grandes, es por esa razón que Valenti asegura que el sector ha decidido concentrarse mayoritariamente en la capital.
Valenti no cree que la decisión del ejecutivo de traspasar la administración y supervisión de los casinos y salas de juegos a Hacienda sea lo que restrinja el crecimiento de este sector, porque recordó que el Intur no tenía la capacidad de supervisión para desempeñar ese papel.
Buscan otro polo de desarrollo
El secretario de Ceija, Gieorgui Lozev, sostiene que pese a las regulaciones y empujado por el crecimiento económico los casinos han optado por crear su propia infraestructura y expandirse a algunos departamentos donde las actividades económicas son más dinámicas.
“En Estelí hemos visto que hay casinos y salas que están abriendo, porque la economía de Nicaragua ha crecido en los últimos años. Y nosotros somos como un termómetro para la economía porque las máquinas y casinos son parte de la diversión. La gente va a jugar cuando tiene más dinero de lo que gasta, el que no tiene para comer no va a jugar, así que si la gente se divierte y sale, significa que hay crecimiento”, agregó.
También están presentes en León, Chinandega y Matagalpa. Este año, según Lozev, se han concentrado en mejorar las salas existentes, por lo que no se ha abierto ninguna en el interior del país.
Más control contra el lavado
El secretario de la Cámara de Empresarios de la Industria de Juegos y Apuestas Autorizadas (Ceija), Gieorgui Lozev, afirmó que en los últimos años han reforzado las medidas de control entre los clientes para evitar que las casas de juegos se conviertan en canal para actividades ilícitas, como el lavado de dinero.
Desde hace tres años, por ejemplo, todo jugador constante es obligado a llenar una hoja de información donde se recoge su nombre, número de cédula, el origen de los fondos a poner en el juego, para ver si lo que juega se corresponde con lo que gana.
“Hay un control bastante fuerte y es lo que queremos demostrar que las empresas legales estamos controladas por el Ministerio de Hacienda, la Unidad de Análisis Financiero, el Minsa (Ministerio de Salud), Bomberos y la Policía Nacional”, afirma.
Reducir informalidad
Según la Cámara de Empresarios de la Industria de Juegos y Apuestas Autorizadas, la informalidad es otro elemento que restringe el crecimiento del sector. La mala imagen que tienen los centros que no son formales afecta a los que están regulados. El especialista en riesgo Carlos Augusto Oviedo Arbeláez considera que el “alto índice de informalidad” que existe en el país ocasiona también que el Estado pierda recaudo y genera competencia desleal, porque para los informales son más baratas sus operaciones, ya que los formales deben ajustarse a las normas que exigen las leyes de antilavado. Aunque Oviedo prefiere no ponerle número al grado de informalidad del sector en el país, sugiere echar una mirada a los países donde es más desarrollado y a la vez tiene un alto grado de informalidad. “En otros países de la región por cada máquina formalizada puede haber dos máquinas ilegales”, ejemplifica.