Violeta Granera dice que siente pena por la Ley Nica Act que se discute en el Congreso de los Estados Unidos para limitar los préstamos que Nicaragua pueda conseguir ante los organismos financieros internacionales. Sin embargo, no cree que es su responsabilidad o de la oposición las consecuencias que tendrá esa Ley, por el contrario, asegura que el responsable es el presidente inconstitucional Daniel Ortega.
Granera explica en esta entrevista cuáles son los puntos más importantes del trabajo que hacen en los territorios y niega que la oposición esté más fraccionada que nunca, a pesar que desde la salida de Eduardo Montealegre los que antes eran parte del PLI desaparecieron poco a poco o se sumaron a las filas del PLI de Pedro Reyes.
Me gustaría empezar preguntándole ¿cuál es el rumbo de la oposición de Nicaragua en estos momentos?
Yo creo que aquí hay una unidad de criterios sobre lo esencial, lo esencial es que estamos diciendo no a la farsa electoral y estamos llamando a la abstención consciente y activa, y estamos llamando a nuevas elecciones para que se termine la dictadura del señor (Daniel) Ortega, para construir un país donde todos podamos caber y logremos un desarrollo humano sostenible. Queremos un Gobierno que sea política y económicamente incluyente.
Mi pregunta es si hay oposición en Nicaragua en estos momentos.
Claro que hay oposición en Nicaragua. Generalmente se conceptúa el término de oposición solo como de partidos políticos, pero creo que aquí va más allá. Nosotros tenemos ahorita un sistema de partidos políticos, la dictadura, al igual que ha destruido todo el sistema democrático, todos los partidos han sido despojados, ilegal y arbitrariamente de su personería jurídica, pero ahí están los partidos y los movimientos sociales. Más allá de eso hay una gran mayoría de nicaragüenses que están opuestos a la dictadura de Ortega.
Pero eso no parece sentirse, por ejemplo, en las encuestas el presidente Ortega sigue saliendo como una de las figuras más populares, ¿cómo interpreta eso?
Mirá, yo he perdido toda la confianza en las encuestas que se realizan en Nicaragua, totalmente. Y no es cuestión de las firmas encuestadoras, no tengo ninguna razón para dudar de Raúl Obregón por ejemplo. Pero es más que claro que la gente está contestando preguntas económicas con sinceridad, pero cuando se hacen preguntas que se sienten peligrosas, están contestando lo que el poder quiere oír. Y esto no es una novedad. Esto ya lo vivimos en el 90. Recordemos que en 1990 todas las encuestas aquí le daban una victoria arrasadora al señor Ortega y la realidad fue otra.
¿Dónde está toda la oposición? Ahorita no se ven ni manifestaciones en las calles ni acciones para intentar cambiar las cosas en el país.
Nosotros estamos saliendo a las calles. Tuvimos un impasse de unas tres semanas, pero ya el miércoles ya hubo un volanteo fuerte en Gancho de Caminos y dicho sea de paso fue agredido violentamente por 50 personas armadas de garrote y fue tan agresivo el acto que los mismos comerciantes de la zona tuvieron que proteger a los chavalos y chavalas que repartían las volantes. Nos estamos enfocando más en los territorios. Quiero decirte que hay una actividad grande en los territorios de Nicaragua.
Pero esa gran presencia que siempre dicen no se ve. Por lógica si hay manifestaciones masivas se ven en redes sociales o en los medios de comunicación.
Bueno, yo no soy tan de las redes sociales, no puedo evaluar eso. Lo que sí te puedo decir es que no hemos parado de visitar los territorios. Hace unas semanas estuvimos en San Rafael del Norte, ahí se tomaron acuerdos importantes, todos los alcaldes y concejales que están del lado de la oposición ya están haciendo sus planes para trabajar la abstención consciente y activa antes, durante y después de las elecciones para la denuncia de la farsa electoral.
¿Siente que se logró algo cuando hacían los “miércoles de protesta”?
Yo siempre estuve involucrada porque desde la Sociedad Civil estuvimos participando activamente en los “miércoles de protesta”. Luego fue un espacio que estuvo más liderado por los partidos políticos. Yo creo que el impacto no se puede medir en este contexto de dictadura. Ni marchas multitudinarias se pueden medir porque hay una sordera, un autismo total de parte de la clase del Gobierno, pero creo que el impacto debe medirse más en términos de mantener la conciencia de la gente.
¿Cree que la oposición está más fraccionada que nunca?
Fijate que yo no creo. Aquí no hay que hacer un fetiche de la unidad. Y esa es la tendencia en Nicaragua, como que la unidad fuera un fin en sí mismo y la unidad es un medio para lograr un objetivo. Y en la medida que hay más sectores, más movimientos sociales y políticos que coinciden en que se necesitan elecciones libres en Nicaragua estamos formando unidad. La unidad no tiene que ser orgánica, es principalmente de ideas y objetivos.
Pero es que cada vez hay menos gente que parece pensar como ustedes, y encima hay exclusiones como lo que ocurrió con el MRS.
Dejame aclararte que yo estoy en contra de la división y estoy trabajando con otros como don Fabio Gadea y Luis Callejas para que se restablezca la coalición original. Sí es cierto que hemos pasado por momentos de conflicto, pero es porque aquí tenemos un desarrollo intelectual grande, pero tenemos un enanismo en la inteligencia emocional. Y estos tres meses de inmersión en el espacio de partidos políticos me confirman que ahí hay mucho origen del problema. Esta ha sido una crisis que espero se solvente, no sé si lo vamos a lograr, pero no es lo determinante.
Pero la Coalición ahorita ya no existe.
…Pues existe porque el grupo Ciudadanos por la Libertad la relanzó con una parte de ella. Justamente lo que estamos tratando es que todos reflexiones y pongamos a Nicaragua por encima de estas diferencias.
Y con la salida de Eduardo Montealegre, ¿quién dirige la lucha?
Yo creo que ahorita hay un liderazgo más colectivo. Ciudadanos por la Libertad tiene su presidente ahora que entiendo que es Luis Callejas y los otros movimientos políticos tienen también su liderazgo. Yo estoy acompañando (a Callejas) y lo seguiré acompañando hasta que este rol ya no sea útil. Creo que aquí todavía puedo hacer una contribución, hay un liderazgo mucho más colectivo porque sin duda el peso de Eduardo Montealegre en la política nacional ha sido grande y hay que reconocer que tiene años de estar luchando contra este Gobierno. Y la salida de él ha causado un vacío en Ciudadanos por la Libertad y ese trauma que se vivió en los partidos políticos, especialmente en lo que era el PLI de Eduardo Montealegre, es el origen de los conflictos que se han tenido dentro de la Coalición. No debe ser fácil para Montealegre la frustración de no haber cumplido con un objetivo por el que hemos venido luchando muchos en este país.
¿Cree que esa frustración es lo que lo obligó a retirarse?
Pues yo no quisiera especular. Yo tengo muchos años de tratar de sujetarme a los hechos. Él ha dicho que por razones personales tenía que retirarse y yo me apego a eso.
¿Y usted cómo vio esa salida de Eduardo Montealegre? Fue algo muy repentino.
Yo sentí que fue repentina, pero eso no lo digo como un juzgamiento. A mí me parece que habría sido mejor haber tenido un encuentro con él y haber escuchado sus razones. Pero eso, por alguna razón no se pudo dar.
Y sobre esa campaña de abstención que ustedes tienen, supongamos que la gente se abstenga, ¿después qué va a pasar?
Nosotros tenemos una estrategia clarísima y la estamos implementando. La estrategia apunta a deslegitimar la farsa electoral de noviembre. Llamar a un concepto que hemos llamado abstención consciente y activa, que no es asunto de movilizarse por movilizarse sino crear conciencia en la ciudadanía, participar el día de las elecciones en cualquier actividad que demuestre el rechazo a la farsa electoral. Y luego de la farsa vamos al trabajo poselectoral que es denunciar nula esa farsa electoral y demandar elecciones libres y transparentes.

Pero eso ya se ha hecho, en el 2008 ese fue el trabajo de denuncias que habían hecho y no pasó nada y Daniel Ortega sigue en el poder. ¿Cuál es la estrategia concreta con la que ustedes como oposición piensan hacer que Daniel Ortega deje el poder?
Yo creo que lo más importante o el mayor cambio en esta estrategia es que hay mucho más hastío y conciencia de la peligrosidad de que se mantenga esta dictadura en Nicaragua. Todos los días en los medios de comunicación y en las redes sociales salen denuncias de violaciones a los derechos humanos. Y la otra diferencia es que este desafío que tenemos frente a un régimen de esta categoría trasciende a todos. Y cuando digo a todos me estoy también abarcando a personas que militan en el partido de Gobierno y que no están de acuerdo con el rumbo al que Daniel Ortega lleva al país.
¿Y la abstención se va a notar? Porque muchos dicen que los votos se suman o se restan como mejor le convenga al FSLN.
Justamente por eso y es importante aclararlo, después de una larga discusión con mucha gente, decidimos que la única forma de rechazar la farsa electoral es con la abstención y no con voto nulo. Porque el voto nulo es un voto castigo, funciona en elecciones normales donde se va a contar el voto tal y como la gente lo pone. Pero en este contexto no hay forma de saber si se contó mi voto. Ya tenemos cuatro fraudes a cuestas y ya sabemos cuál es el modus operandi para alterar los resultados electorales. Solo basta recordar el tema de las urnas preñadas y aquella Junta Receptora de Votos donde había más votos que votantes en el Padrón Electoral. Los resultados electorales, a mi juicio, ya están contados, ya hay una definición de los escaños y lo único que van a hacer el 6 de noviembre es anunciar esos resultados. La abstención es la única forma de demostrar el rechazo y lo vamos a documentar.
¿Cómo ve usted la decisión de Estados Unidos de aprobar una ley que limite los préstamos para Nicaragua? Algunos dicen que esto va a afectar solamente a la gente de la calle.
Y eso es muy cierto y es muy lamentable. Pero también es muy cierto que esto que está ocurriendo con la Ley Nica Act es responsabilidad de Daniel Ortega. Yo dije temprano y lo sostengo, que reivindico mi derecho como ciudadana nicaragüense de denunciar ante el mundo lo que está pasando en mi país y lo voy a seguir haciendo. Yo no tengo ningún poder para ir a decirle al Congreso de los Estados Unidos que hagan tal o cual ley. Esta es una ley que la elaboraron porque tienen la información y es probable que toda esa información la hayan obtenido de todas las voces que estamos lanzando la alarma.
Ustedes anduvieron en Washington no hace mucho, ¿cabildearon por eso?
Nosotros estuvimos en Washington e hicimos un trabajo de denuncia. Estuvimos con el señor (Luis) Almagro (secretario de la Organización de Estados Americanos), que ya pronto va a salir un informe, ciertamente estuvimos con algunos miembros del Congreso y también del Departamento de Estado. Nos hemos reunido con gente de países amigos y que han sido solidarios con Nicaragua y lo vamos a seguir haciendo. Aunque sea irrelevante, tengo que decir que cuando nosotros fuimos ya estaba elaborada.
Lo que algunos analistas están diciendo es que la oposición parece no poder hacer cosas por sí misma, tomando en cuenta que van a Washington a cabildear para que actúen en contra de Ortega.
Esa es una interpretación errónea. Porque tenemos una estrategia que tiene dos componentes, una de trabajo a nivel nacional y otra a nivel internacional. Y esto no es nada nuevo. El mismo Daniel Ortega cuando era opositor al régimen de Somoza usó también el trabajo internacional y eso que ellos estaban dando una lucha con las armas que no es el caso de nosotros. Nadie puede olvidar aquí que lograron derrocar al régimen de Somoza a través de los Estados Unidos. Aquí el señor Miguel D’Escoto usó asientos de países amigos para denunciar lo que pasaba en Nicaragua. Aquí no podemos usar la doble moral y hacer evaluaciones hipócritas.
¿No le preocupa que esto afecte a la gente? Lo digo porque los préstamos se usan para la construcción de carreteras, hospitales o edificios.
Me apena, me apena mucho, pero repito, la responsabilidad es de Daniel Ortega. O esto lo solucionamos porque con ley o sin ley, este país va a tener consecuencias iguales o peores. Aquí el tema no es el crecimiento económico, es el desarrollo humano integral. No podemos seguir con este modelo excluyente tanto política como económicamente. Yo espero que el señor Ortega tenga la sensatez de reconocer que no puede seguir con esta forma dictatorial de gobernar.
Me gustaría saber cuál va a ser su futuro en la política.
Yo hace rato entendí que la política es asunto de la gente. Y es lo que he venido haciendo desde hace 20 y pico de años que llegué a Nicaragua. Esos son actos políticos, me imagino que te referís a la cuestión más partidaria. Yo acepté el reto de participar en esta trinchera partidaria, así es que voy a mantenerme ahí. Mi candidatura a la Vicepresidencia está totalmente a la orden, puede ser que en un nuevo escenario ya no sea importante mi candidatura.
¿Va a regresar al Movimiento por Nicaragua?
Yo soy del Movimiento por Nicaragua, pero tenemos un reglamento interno que aplicamos estrictamente, que es que cuando alguien quiere participar en política tiene que separarse de los cargos de dirección. Yo puse mi carta de renuncia, sigo queriendo al movimiento, tengo muy buenos amigos y pues yo sigo siendo parte del movimiento. No necesariamente tengo que regresar, yo creo que el trabajo se puede hacer en cualquier lado.
Plano personal
Violeta Granera tiene 63 años y cinco hijos.
En el 2013 tuvo un duro momento cuando falleció una de sus hijas.
Sus primeros pasos como activista fueron en el grupo Fundemos y la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos.
Fue trabajadora del Banco Mundial, pero al reconocer que no era su vocación, decidió retirarse.
Este año renunció a su cargo de directora del Movimiento por Nicaragua para lanzarse como candidata a vicepresidenta del Partido Liberal Independiente que lideraba Eduardo Montealegre.
Le gusta el nacatamal, hacer manualidades, pintar y arreglar cosas.