Por mar y tierra, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) estima que hasta veinte mil africanos vienen en tránsito hacia Costa Rica, desde diferentes países de América del Sur, como parte de un viaje cuyo destino final es EE.UU.
El dato lo reveló la directora interina de la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica, Gladys Jiménez, en entrevista con el diario La Nación.
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Jiménez explicó que se han identificado más de veinte rutas para el tráfico de personas desde el continente africano, que cambian constantemente y dificultan la labor de las autoridades.
Estas vías contemplan unas que pasan por países sudamericanos hasta llegar a Costa Rica, y las de ultramar, que incluyen el tráfico de estas personas desde África y puertos de España y Portugal.
Los migrantes —hombres, mujeres y niños— llegan inicialmente a Brasil, aunque también hay reportes de desembarcos en países como Colombia.
La llegada de estos migrantes no tiene fecha ni hora, y se daría con cuentagotas por diferentes puntos de la frontera con Panamá.
Jiménez consideró que ningún país del istmo está preparado para esta oleada. “Pensábamos en algún momento que si las naciones de la región buscáramos una respuesta, esto se puede regularizar; el problema es que, dependiendo de los cambios que se dan en cada país, usted verá un contingente en otro país. Los países no estamos preparados para este flujo. Las respuestas de la legislación es para flujos regulares (visa, tránsito, permanencia), pero no para esto”, detalló.
TAPÓN EN NICARAGUA
En el mapa de ruta, Costa Rica es el último escalón de tránsito libre, en vista del cierre de la frontera que custodia el Ejército de Nicaragua. La posición del gobierno de Daniel Ortega se endureció en noviembre pasado cuando unos setecientos cubanos lograron entrar a suelo nica y fueron repelidos por los militares.
La migración africana empezó a golpear con fuerza a Costa Rica a partir de abril pasado, justo después de que lograran contener la ola migratoria cubana, que obligó a la apertura de cuarenta albergues para evitar problemas sanitarios y de derechos humanos. El número de cubanos atendidos llegó a los ocho mil, y obligó a los municipios, iglesias y otros grupos organizados a atender la crisis.
SIN ALBERGUES
En el caso de los africanos, el gobierno ha mantenido un discurso de no apertura de albergues, sino de centros de atención primaria. A la fecha, tiene registrados 2,600 migrantes que recibieron atención en alguno de los cuatro centros administrados por la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
El ministro de Comunicación, Mauricio Herrera, dijo que mantendrán la política de atención primaria, despejando la ruta fronteriza en los puestos de Paso Canoas (Panamá) y de Peñas Blancas (Nicaragua). Empero, aún no hay respuesta sobre qué sucederá cuando lleguen los veinte mil africanos.